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José Antonio Perelló Morales. /LP

Fallece José Antonio Perelló Morales, figura política que impulsó la llegada de Ford a Almussafes

Abogado y economista, natural de Xàtiva, fue procurador enCortes y presidente de la Diputación de Valencia de 1970 a 1974

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No entendía que la política pudiera caminar sin el apoyo del compromiso y la honradez y ese es el legado, la huella indeleble que deja José Antonio Perelló Morales a su familia y a todas las personas que compartieron con él su pasión por las cosas bien hechas. Hombre adelantado a su tiempo, su historia comienza en Xàtiva, hace 93 años. Hijo de Francisco Perelló de la Peña, notario de la ciudad setabense, y de Josefa Morales Morales. Estudió en Harvard, era abogado y economista, y fue precursor en muchas cosas, hasta en utilizar carteles electorales para poder ser procurador en Cortes. Lo fue desde 1967 hasta 1974. También asumió la presidencia de la Diputación de Valencia, desde 1970 a 1974. Durante esos años una de sus batallas fue frenar la urbanización de El Saler, asunto muy cuestionado que logró salvar. Luego se hizo cargo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y del Ateneo Mercantil de Valencia. Siempre entendió la política «como un verdadero servicio público, era una persona íntegra, progresista y tremendamente comprometida. Lo que más valoró durante toda su vida fue la honradez y la honestidad, algo que nos inculcó a todos nosotros y de lo que siempre hemos estado muy orgullosos», recuerda su familia.

José Antonio Perelló se casó con Delia Ferreres Carceller y fue padre de Rosa, Francisco, María Jesús y Miguel Perelló (productor de cine y televisión). Tenía seis nietos. Entre sus muchas aportaciones destaca la de impulsar la llegada de la factoría Ford a Valencia cuando se sopesaba su instalación en Zaragoza. Su incansable labor logró que la multinacional se instalara finalmente en Almussafes. Siempre valoró este logro que generó importantísimas inversiones a partir de entonces y miles de puestos de trabajo, un revulsivo que marcó un antes y un después en la historia de la economía valenciana. Precisamente, el férreo compromiso que siempre imprimió a todo lo que hacía le obsequió durante su larga vida de amigos de todos los colores políticos. «Su labor fue muy apreciada tanto en políticos de derechas como de izquierdas, siempre fue ecuánime y justo y esos valores siempre los hemos tenido presentes en casa». A finales de los años setenta su actividad política se fue diluyendo poco a poco.

En 1995 el PSPV-PSOE de Xàtiva barajó su nombre como candidato a la alcaldía. Devorador de todo tipo de libros y prensa, las letras impresas lo mantuvieron activo hasta el último momento. «Era una persona inquieta y tremendamente inteligente y disfrutaba muchísimo con la lectura, afición que siempre nos inculcó a todos», destaca su familia. Su marcha deja un gran vacío pero «un legado maravilloso por todo lo que nos enseñó. Fue un hombre honrado desde el primer día hasta el último y con eso nos quedamos quienes hemos tenido la suerte de conocerle».