Eutanasia en mascotas: un adiós cargado de amor
by Andrea JumiqueLa eutanasia tiene como fin evitar el sufrimiento de la mascota, una decisión de los dueños con ayuda del veterinario.
Hablar de la muerte de una mascota es difícil, porque durante años es una fiel compañía que entrega amor incondicional y es causante de muchas alegrías. Sin embargo, la vida es un ciclo y en algún momento hay que decirle adiós. Por el cariño y agradecimiento que se le tiene, es importante evitar su sufrimiento hasta el final.
La eutanasia es un tipo de muerte inducida, en la que se utilizan procesos químicos, farmacéuticos o anestésicos. Se considera una opción cuando se presentan enfermedades, en su mayoría terminales, que hacen que la mascota sufra.
“Los animales llegan a ser miembros de la familia y uno no quisiera decirles adiós. Nunca se está preparado para una despedida. Sin embargo, en algunas ocasiones, se entiende que la mejor opción es ponerlos a dormir para que ya no sufran, porque no lo merecen. Después de todo el amor y felicidad que nos han dado, lo que menos se desea es ver que tienen dolor y sentirse impotente al saber que no hay cómo curarlos”, comenta la psicóloga Irma Castellanos, quien hace cinco meses tuvo que practicar la eutanasia a su perro debido a que padecía cáncer.
La decisión de cuándo es el momento correcto para dejar partir al animal es dura, porque un diagnóstico terminal no basta como motivo. De acuerdo con la veterinaria Jennifer Ponce, cuando se ha diagnosticado algún problema en la salud y se recurre a medicamentos y tratamientos para curarlo, pero no se obtiene éxito, se puede recurrir a la eutanasia.
Sin embargo, cuando el animal todavía come y defeca bien puede ser un indicio de que tiene ánimos de vivir. Por ello, la decisión final siempre la tendrán los familiares de la mascota, el médico únicamente hará las observaciones respecto a su salud.
Aunque, la eutanasia es más conocida en perros y gatos, se practica en cualquier animal, como las vacas o caballos, cuando sufren alguna fractura y pierden la movilidad, ya que su recuperación es muy difícil y poco probable.
La despedida
Si la mascota no está grave, come y defeca, podría programarse la eutanasia para otro día y así la familia puede prepararse para la despedida. Será el veterinario el que recomiende el tipo de actividades que puede tener el animal debido a su enfermedad.
Según Castellanos, es importante pensar en el tipo de despedida que se le quisiera dar a un integrante de la familia que ha dado mucho amor. Puede incluir un paseo en los lugares favoritos de la mascota, sus juguetes, su comida preferida y la compañía de las personas que lo aman.
“A mi perro le encantaba el mar, así que la eutanasia la programamos para la tarde. Queríamos que uno de nuestros últimos recuerdos fuera en su lugar favorito. En la mañana fuimos a Monterrico. Corrió en la playa y fue feliz, así como siempre. Eso a mi familia nos reconfortó y nos dio fuerza para afrontar el doloroso momento”, relata la psicóloga.
Los dueños de la mascota deben prepararse y ser fuertes. Pensar que la decisión tomada es por el bien del animal y para evitar sufrimiento. Cuando el día llegue, la familia debe tratar de mantenerse calmada y prestar atención a sus necesidades, en concreto la cercanía.
Los animales son conscientes de su entorno, del comportamiento y sentimientos de sus dueños. Si su mascota fue apegada a todos los miembros de la familia, se debe procurar que la mayoría lo acompañe.
El destino del cuerpo
Luego del momento más doloroso, queda decidir el destino del cuerpo. La veterinaria Anne Gamalski recomienda, en el caso de los gatos, llevar el cuerpo a casa, si hay más gatos. Porque los otros se despiden hasta por cuatro horas. Es considerado un proceso importante para su psique. Otros animales no adoptan esta conducta.
Algunas personas deciden dejar el cuerpo en la clínica y, la mayoría de las veterinarias, los entierran en una fosa común. Otros dueños piden enterrar a sus mascotas en el jardín para tenerlos cerca. Ante esta opción, Ponce recomienda que el agujero sea de más de un metro de profundidad y, antes de introducir el cuerpo, se coloque gran cantidad de cal, para evitar mal olor.
¿Dónde enterrar a mi mascota?
En Guatemala existen cementerios para mascotas, así como lugares que ofrecen el servicio de cremación, para que los dueños guarden las cenizas en casa o las entierren en el jardín. Las opciones son disponibles para cualquier tipo de mascota doméstica, como perros, gatos, conejos, iguanas, etc.
- Camposanto de Mascotas Los Rosales: Ubicado en San Lucas Sacatepéquez, este cementerio ofrece el servicio de inhumación en una fosa colectiva o en una individual. Garantiza el descanso de la mascota en el lugar por cinco años —tiempo aproximado en que se desintegra el cuerpo—. Debido a las restricciones de movilización por la pandemia del covid-19, actualmente ellos hacen el entierro y a los familiares envían un video como recuerdo y evidencia.
- Almapet: Dedicados a la cremación de mascotas, ofrecen el servicio de recoger el animal en la veterinaria y una cremación individual o colectiva. Las cenizas las entregan en una urna estándar, que puede personalizarse. Los precios varían según el peso de la mascota.
- Pet dignity: Ofrece tanto el servicio de cremación como de cementerio. Para el entierro se permite máximo cinco personas. La cremación es individual y entregan el certificado, así como la urna, un libro de recuerdos con fotos y cartas de despedida y, si la raza lo permite, un mechón de pelo.