La rabia: enfermedad letal, pero prevenible

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La doctora María Eugenia Escobar Pérez es especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología. Foto: Carlos Rafael

 
La rabia es una enfermedad muy antigua y también una de las más temidas por la humanidad, según lo recoge la historia. Aún hoy se mantiene como una de las zoonosis de mayor importancia a nivel mundial hasta constituir un problema de salud en determinados países.

Para el control de este mal, en Cuba desde 1962 existe un programa liderado por el Ministerio de Salud Pública y en el que están involucrados otros organismos, lo cual permitió en la década (1977-1987) tener un “silencio epidemiológico” de la rabia humana, para reemerger en 1988 por la trasmisión a través de animales silvestres.

En tanto que en la provincia de Holguín de 1988 hasta 2000 se reportaron seis casos en los municipios de Banes y Cacocum, con dos cada uno y en “Calixto García” y “Frank País”, uno per cápita.

En los últimos 20 años no se había diagnosticado rabia humana; aunque sí, alrededor de 60 casos de focos de la rabia animal (perros, gatos, murciélagos, mangostas, bovinos).

Sobre este sensible tema y tras el reciente evento ocurrido en la ciudad de Mayarí, donde fallecieron tres personas adultas de un núcleo familiar, a partir del contacto y lesión con un gato enfermo, la doctora María Eugenia Escobar Pérez, especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología, ofrece detalles de suma importancia sobre esa letal enfermedad infecciosa, que se trasmite de los animales al hombre y provoca una encefalitis aguda progresiva, pero que bien puede prevenirse.

¿Cuáles son los mamíferos que la trasmiten con mayor frecuencia en Cuba?
Los perros y gatos, dentro de los domésticos; además los murciélagos y mangostas, aunque cualquier mamífero puede trasmitir el virus, que pertenece al género Lyssavirus, familia Rhabdoviridae. Este género comprende siete serotipos, siendo el uno, el de la rabia clásica.

¿Cómo ocurre la trasmisión?
Se produce por el contacto del virus a través de la saliva del animal infectado con la piel mediante mordedura o arañazo y, también, por una herida abierta en la piel o a través de mucosas laceradas. La difusión de persona a persona no se ha demostrado todavía, aunque en la saliva de los enfermos se ha encontrado el virus.

¿Cuál es el período de incubación?
Es variable, pero lo más frecuente es que suceda entre tres a ocho semanas; sin embargo, puede ser tan largo como de varios años y tan corto, como de unos pocos días. Todo depende del sitio de la lesión, de su gravedad, si lesiona directamente el nervio, de las características del individuo. Este período prolongado es peor ya que las personas no relacionan los síntomas afrontados con la mordedura de un animal.

¿Cuáles son los síntomas en las personas?
Los primeros pueden resultar inespecíficos: cansancio, dolor de cabeza, fiebre, falta de apetito, náuseas, vómitos y entumecimiento en el sitio de la mordida o arañazo; seguidas de dificultad para tragar, rechazo al agua, desorientación, alucinaciones visuales u olfatorias, crisis convulsivas y de excitabilidad.

En el 20 por ciento de los casos, aproximadamente, la rabia puede mostrarse como una parálisis fláccida. Estas manifestaciones clínicas son seguidas por un período de coma y que tiene como desenlace el fallecimiento en la gran mayoría de los afectados.

Pero, sintomáticamente, el paciente pasa por cuatro fases: la de incubación, que se extiende entre 60 días y un año y es asintomático; la prodrómica, cuya duración oscila de dos a 10 días y aparecen síntomas inespecíficos; la neurológica con curso entre dos a siete días y afecta al cerebro. El paciente puede manifestar hiperactividad, ansiedad, depresión, delirio, sentimientos de violencia, ganas de atacar, parálisis, espasmos faríngeos (horror al agua).

Además, está la fase de coma, con extensión de uno a 10 días, cuando finalmente fallece por paro cardíaco, o bien por infecciones secundarias.

Cuando la enfermedad se diagnostica en las dos primeras fases es posible evitar el desenlace fatal.

¿Doctora, por ese importante dato, qué conducta adoptar ante la mordedura de un animal?
Lo primero y de manera inmediata es el lavado a chorro con agua jabonosa, detergente o con agua sola del lugar afectado. Es una medida indispensable en todas las mordeduras. Luego echar o aplicar alcohol al 40-70 por ciento, tintura de yodo o solución yodada.

Luego, sin pérdida de tiempo, acudir a su policlínico, donde se decidirá su tratamiento: suero, vacuna o ambas y en algunos casos es suficiente la vigilancia y seguimiento.

¿Y cómo se infiere cuándo un animal está enfermo y de agredir a una persona cuál es la acción cumplir?

Por lo regular muestran cambios de conducta. Por ejemplo, pierden apetito, puede estar agresivos, babear, mostrarse agitados, movimientos de las orejas, caída del tren posterior, ataca objetos inanimados (por alucinaciones) etcétera.

Nunca tras ser atacado se golpeará o matará al animal. Debe atarse, darle comida y suficiente agua. Además, se vigilará por el personal de Salud por 10 días, que es el tiempo máximo de transmisibilidad (tres a siete días) y si no desarrolla la enfermedad, no hay riesgo de enfermar de rabia y si se había iniciado el tratamiento, se suspende.

El médico decidirá, en dependencia de la gravedad de la lesión, de las características del animal lesionador y de su estado, la aplicación de vacuna o suero antirrábico o ambas.

La máster en enfermedades infecciosas, tiene recomendaciones…
Ante todo los dueños de mascotas deben recordar su responsabilidad para con ellas. Si decidió tenerlas es preciso cuidarlas, no dejarlas sueltas en la calle y mucho menos deshacerse del animal cuando están enfermos o prolifera su descendencia, como muchas veces ocurre, de ahí la cantidad de perros y gatos abandonados a su destino hoy.

La población, en lo fundamental los niños, debe abstenerse de tocar perros, gatos y otros animales ajenos o errantes.

Concluida la conversación con la especialista conocimos que hoy en Mayarí están en marcha un grupo de acciones, a partir de una estrategia de trabajo multisectorial, para ante todo proteger la salud de la población-que sin dudas es lo más importante-, elevar la percepción de riesgo sobre esta enfermedad y se mantiene la vigilancia de la rabia en diferentes especies de animales.

Además, inició una campaña de vacunación de perros y gatos casa a casa, sin costo alguno para los dueños y como medida esencial los callejeros están siendo evaluados y atendidos en un centro especial habilitado con ese objetivo en el municipio, donde como en ningún lugar pueden permanecer en la calle como sucede hoy, porque está demostrado el peligro a que conlleva dejar a a merced del destino a esos animales.