10 jefes finales tan grandes que casi se salen de la pantalla
Algunos rivales creen que el tamaño sí importa.
by Roberto Pineda
Luchar contra un jefe final es uno de esos momentos para los que todo jugador se prepara durante su viaje. Subir de nivel, comprar objetos o perfeccionar habilidades son elementos básicos a la hora de encarar a ese enemigo especial. Ese que no está dispuesto a ponernos las cosas fáciles y que nos obliga a dar lo mejor de nosotros mismos.
Hemos luchado contra jefes de todo tipo: dragones, humanoides, máquinas... No importa a cuántos hayamos derrotado; siempre tenemos ganas de más. A menudo, los jefes nos intimidan por su tamaño. Hemos visto grandes rivales en sagas como Dark Souls o The Legend of Zelda, pero, ¿cuáles son los más grandes? Recordamos 10 jefes tan grandes que casi se salen de la pantalla.
Nier: Automata nos dejó varios combates entre las unidades Goliat y los androides 2B y 9S, entre otros. Las máquinas robaron la Tierra al ser humano y ahora son ellos los que usan máquinas para recuperarla. Su tamaño es imponente y los combates tanto a pie, como a los mandos de unidades de vuelo, son realmente impresionantes.
No hay duda posible: Gongen Wyzen de Asura's Wrath es uno de los jefes más grandes que se han visto jamás. Es el Dios de la Violencia -el nombre le va que ni pintado-, cuenta con más de 12 milenios a sus espaldas. Espaldas que, por cierto, miden en torno a 8.000 km en su versión definitiva. Y eso es un poco menos de los que separan a España de Japón...
Los Helghast se las sabían todas en Killzone 3. Y es que la unidad MAWLR es una máquina de guerra colosal. Del tamaño de un rascacielos, su poder ofensivo es capaz de borrar del mapa a toda una ciudad en un abrir y cerrar de ojos. Además, su diseño interior permite transportar ejércitos enteros a bordo. Difícilmente olvidaremos el combate contra él.
El jefe final más grande de la franquicia de Hidetaka Miyazaki. Nos espera en el Santuario de Dragones de Dark Souls II y, a pesar de que inicialmente no muestra hostilidad hacia nosotros, provocarle da lugar a una batalla de lo más exigente. Puede aniquilarnos con un simple pisotón y es capaz de hacer arder muchos metros del campo de batalla.
A estas alturas, Kratos está acostumbrado a desafiar a cualquier Dios que se cruce en su camino. Sin embargo, nosotros continuamos sorprendiéndonos cuando vemos a uno del tamaño del titán Cronos, hermano y esposo de Rea. La batalla contra el titán en God of War 3 nos dejó uno de los momentos más impresionantes de la pasada generación.
El Adamantaimai ya es todo un clásico en la saga Final Fantasy. Nos hemos enfrentado varias veces a él, pero nunca nos había impuesto tanto gracias a su tamaño. En Final Fantasy XV, el combate contra esta bestia no solo cuenta con una espectacular puesta en escena; también puede durar incluso más de media hora debido a su formidable resistencia.
Shadow of the Colossus podría haber protagonizado toda la lista, pero no sería justo con otros videojuegos. Así que nos hemos quedado con el inolvidable Coloso 16: Malus. La batalla es épica como ella sola; sabemos por lo que luchamos y nuestro oponente es una de las criaturas más grandes que hemos visto jamás. Un duelo inoldivable.
Probablemente, los Scarab hayan protagonizado varios de los momentos más épicos de la franquicia de Microsoft. Su nombre de pila es Plataforma Ultra Pesada Tipo-47 y su poder de destrucción es temible. Inconfundibles por su forma arácnida y su color púrpura. 172 toneladas de metal y un solo objetivo: destruirnos. ¿Los veremos en Halo Infinite?
Sinh es uno de los personajes más relevantes de Final Fantasy X. No solo por su trascendencia en la historia, sino por sus apariciones como jefe final durante el viaje de Tidus, Auron, Rikku y compañía. Con un aspecto similar al del mítico Leviatán y parte de la ciudad de Zanarkand sobre su cabeza, Sinh es uno de los jefes más grandes que hemos visto nunca.
Los necromorfos son una especie altamente recombinante. Hemos derrotado -y desmembrado- a cientos de ellos. Algunos del tamaño de un autobús, aunque no podíamos imaginar que acabaríamos enfrentándonos a uno del tamaño de una... bueno, es una luna directamente: la de Tau Volantis, el planeta que nos tocó explorar en Dead space 3.