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IMPREVISTO

El particular último deseo de Barreda

Pablo Martí, el biógrafo del odontólogo femicida, contó los últimos días del homicida en un geriátrico de José C. Paz.

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El múltiple femicida Ricardo Barreda tuvo como último deseo antes de morir que su cuerpo fuera cremado y sus cenizas esparcidas en la cancha de Estudiantes de La Plata, lo que no se pudo cumplir porque a los 84 años murió solo en un geriátrico de la localidad de José C.Paz, según contó hoy su biógrafo Pablo Marti, la única persona que lo visitaba en ese establecimiento.

"Su última voluntad era ser cremado y que se esparcieran sus cenizas en la cancha de su amado Estudiantes de La Plata. Lo conocía desde hace más de un año y le pedí escribir un libro sobre su vida. Lo vi por primera vez en un bar frente a la estación de trenes de San Martín, y después lo seguí viendo en el Hospital Eva Perón, donde se generó un vínculo a través de las visitas y empezó a contarme cosas", aseguró a Télam Marti, quien contó que se enteró de la muerte del odontólogo el lunes por un llamado desde el geriátrico, ya que era la única persona que tenía contacto con él.

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"Tenía problemas en la próstata, demencia senil, deterioro cognitivo, estaba postrado en silla de ruedas y conectado permanentemente a una sonda. Estaba parcialmente ubicado en tiempo y espacio. Hubo momentos que estaba lúcido y otros en que no sabía ni quién era", señaló el dueño del establecimiento.

El odontólogo fue condenado a prisión perpetua en 1995 por el triple homicidio calificado de su esposa, Gladys McDonald (57); sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24); y el homicidio simple de su suegra, Elena Arreche (86), cometidos en su casona de La Plata.