“Todos le dijimos a Federer que no saliera con Mirka Vavrinec”
Roger Federer no siguió el consejo de su grupo y su relación con Mirka Vavrinec cambió su vida personalmente y profesionalmente
by Ángel RigueiraRoger Federer es, a sus 38 años, el tenista masculino con el récord de títulos de Grand Slam, 20, y de semanas en el número uno mundial (310). Ha prolongado su trayectoria en esa cadena mutua de retroalimentación que ha acabado construyendo con otros dos fenómenos del deporte mundial y del tenis en particular, Rafa Nadal y Novak Djokovic, que siguen apretando por llegar a sus números y batirlos.
Federer representa para la mayoría de aficionados la perfección en una pista de tenis, por su estilo fácil y limpio, técnicamente una virguería continua y moviéndose con la agilidad y velocidad de una gacela. Además, se significa como un caballero de las canchas por su excelente etiqueta en los modos. Cada año recibe el premio de tenista más votado por los fans en la encuesta popular lanzada por la ATP.
Casado con la ex tenista profesional suiza, nacida eslovaca, Miroslava Vavrinec , y padre de cuatro hijos. Completa su imagen idílica con esta estampa familiar. Y si alguien tiene mucho que ver en esta imagen es ella, ‘Mirka’, esposa de Roger Federer desde el 11 de abril de 2009, madre de las gemelas Myla y Charlene (23 de julio de 2009) y los mellizos Leo y Lenny (6 de mayo de 2014).
Me compensa cambiar una tonelada de pañales con tal de vivir mi sueño con Mirka
“Me niego a dormir en la cama sin mi esposa. Siempre quisimos tener hijos, pero mi sueño era estar con ella en la misma habitación, no en otro cuarto o en otra piso, me compensa cambiar una tonelada de pañales con tal de vivir mi sueño con Mirka”, decía Roger Federer en una entrevista al ‘The Sunday Times’ sobre cómo compatibilizar una víspera de un partido importante con bebés cerca.
“Si mi esposa dice que pare, lo dejo”, repite Federer como uno de los motivos que podrían poner punto y final a su longeva y exitosa trayectoria. Una muestra más del peso sentimental, y también profesional, que tiene Mirka Vavrinec, una figura fundamental en la reconversión de un Roger entrando en el mundo adulto del ATP Tour siendo adicto a los videojuegos, sufriendo arrebatos incontrolados de rabia, alejándose de la disciplina. Un genio por encauzar, madurar física, táctica y emocionalmente.
“Con 16 años ya se le veía un artista, creativo. Tenía unos movimientos suaves. Faltaba el desarrollo físico y adquirir más fundamentos, pero ya se veía que podía ser bueno. Aunque nadie podía pensar que pudiera ganar veinte títulos de Grand Slam”, recuerda el entrenador Sven Groeneveld, por entonces al cargo del tenis suizo. Federer dejó de niño su Basilea natal para acudir al centro nacional de tenis de su país, en el cantón francés, un idioma que entonces no dominaba porque al alemán de la zona añadía el inglés natural de su madre sudafricana.
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El técnico holandés Sven Groeneveld recordaba en un Live del dominio de lengua germana tennisnet.com su encuentro con el joven Federer, que decidió que el sudafricano Peter Carter se encargarse de su formación cuando estuviera en Suiza y el sueco Peter Lundgren le introdujera en el ATP Tour, ya que había llevado a más tenistas de élite, como el chileno Marcelo Ríos.
Aunque Groeneveld señaló como clave “los Juegos Olímpicos de Sydney, cuando empezó a salir con Mirka”. Ella y Roger se dieron el primer beso, como luego confesarían, en la cita olímpica de 2000 en la ciudad australiana, donde ambos compitieron por Suiza. El de Basilea se quedó a un paso de la medalla, pero resultó más vital no hacer caso a sus personas más próximas a diario, todo el cuerpo técnico.
Todos le dijimos que no lo hicera, que era muy joven. Tomó la mejor decisión de su vida
“Preguntó a todos si debía estar con Mirka. Todos le dijimos que no lo hiciera, que era muy joven, que mejor seguir libre. No lo hizo y tomó la mejor decisión de su vida”, rememora Groeneveld, subrayando que “Roger no estaba emocionalmente formado, pero todo esto paró ahí”, cuando entró en acción la mujer que aparece en las grandes citas al lado de los componentes del cuerpo técnico vigente, con el incombustible suizo Severin Luthi, capitán de Copa Davis y amigo personal de la familia, y actualmente el croata Ivan Ljubicic.
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Mirka firmó su mejor ranking WTA posteriormente, en 2001, siendo la 76 del mundo. Las lesiones la fueron apartando del circuito, hasta que colgó la raqueta la primavera de 2002, por limitaciones físicas pero también porque decidió centrarse en el desarrollo de un diamante en bruto que enseguida pulió: Roger Federer inauguró su palmarés ATP en Milán 2001 y el de Grand Slam en Wimbledon 2003.
Tanto protagonismo ha adquirido Mirka, que también ha provocado incidentes con los rivales de su marido, como cuando se las tuvo con Stan Wawrinka en un duelo en el Masters, justo días antes de que unieran fuerzas para ganar la Copa Davis. Lo solucionaron Roger y Stan en el viaje a Lille en tren.