La disposición de un taxista en Ciego de Ávila

Quizás en sus 40 años de experiencia como chofer no imaginó que algún día tendría que lidiar directamente con personas relacionadas con una peligrosa enfermedad, mucho menos con un coronavirus que se ha expandido con rapidez por el mundo y por Cuba.

Ernesto León Arcia Carrasco, taxista de agencia de taxis Jardines del Rey, de Ciego de Ávila, rememora como una de sus vivencias más impactantes en esta etapa la ocasión en que, al principio de la presencia de la COVID-19 en Cuba, llevó muestras de casos sospechosos al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, conocido popularmente como IPK.

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“No puedo ocultar que sentí un poco de temor, pero había que enfrentar la situación y dar el paso al frente, porque el esfuerzo de nosotros también resulta importante y necesario.

“Recogí las muestras en el laboratorio provincial de Ciego de Ávila. Junto con un especialista de ese centro, salimos a las 4:00 de la mañana hacia La Habana.

“Por supuesto que, tanto él como yo, tomamos todas las medidas de precaución establecida, usé el nasobuco, guantes, el vestuario que debía. Llegamos al IPK en unas cinco horas, y en esa misma jornada viramos, con la misión cumplida.”

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También recuerda cuando tuvo la responsabilidad de transportar a dos pacientes ya dados de alta que donaron su plasma para la recuperación de los enfermos.

“Tomé de nuevo todas las medidas de seguridad para cada una de estas ocasiones. Uno era del municipio de Ciego de Ávila, y una muchacha de Morón. Fueron de los primeros en donar.

“A cada uno lo recogí en su casa y lo llevé hasta el Banco Provincial de Sangre, esperé que terminaran y después de nuevo para sus viviendas”.

En estos momentos Ernesto tiene entre sus misiones el traslado de trabajadores del sector Eléctrico en Ciego de Ávila, entre estos operadores de las subestaciones radicadas en Ceballos y Ciro Redondo.

“Al suspenderse la transportación pública de pasajeros, somos una parte de los encargados de mantener la vitalidad de este importante servicio y asegurar, entre otros, los cambios de turnos de estos obreros, que recogemos en sus casas y, al término de su jornada de labor, los llevamos de vuelta.”

En el momento de la entrevista, Ernesto se disponía a trasladar hacia Gaspar y Baraguá a dos trabajadores de la Empresa de Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos (GEYSEL) que llevaban 24 horas de guardia.

Así, el veterano dirigente sindical sigue predicando con el ejemplo, puesto él y su taxi a disposición de la misión que sea necesaria asumir.