En clínicas y en el Centro, bares ocupan varias mesas

Una recorrida permitió observar que se va distendiendo esa restricción. Comerciantes reprochan que “no hay ley pareja” si unos prestan servicios y otros no.

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Un café, sentado. Ya se ven en bares de Córdoba que algunos clientes volvieron a las mesas. (Pedro Castillo)
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Listos. Los "shoppings" elevaron propuestas de protocolo. (La Voz/Archivo)

Un mensaje de WhatsApp hizo vibrar el celular el miércoles. El remitente: un reconocido comerciante de la zona sudoeste de la ciudad de Córdoba. Su negocio está cerrado por el decreto presidencial de aislamiento social obligatorio, pero enfrente hay un restaurante, dentro de un sanatorio, que funciona todos los días, de 8 a 22.

“Me enoja que el bar del hospital (se reserva el nombre) nunca haya dejado de atender al público”, reclamaba Ricardo.

Horas más tarde, La Voz visitó el sitio señalado. La puerta principal del comercio gastronómico estaba clausurada, pero se anunciaba que se podía ingresar por la guardia del sanatorio. A unos metros, personal del centro de salud privado controlaba la fiebre con un termómetro digital. Un amplio espacio vidriado daba cobijo a unas 40 mesas con sus respectivas sillas.

Allí, un cliente tomaba un café. No tenía protección en su boca. Al frente, un grupo de cuatro mujeres de diferentes edades conversaba acerca de la merienda. Todas tenían tapabocas, pero en sus peras. Más allá, un hombre y una mujer mantenían su charla.

Reclamo

Andrea (no es su verdadero nombre) tiene un quiosco-bar frente a esa clínica. “Las primeras dos semanas no trabajé. Luego tuve que abrir. Cuando saqué las banquetas, la Policía me hizo retirar todo. Mi clientela es la gente que se hospeda o que tiene a un familiar internado”, explicó la joven.

En la cuadra donde Ricardo y Andrea tienen sus locales, hay nueve comercios. De ellos, seis se dedican a la venta de comida y de café al paso. A metros de Ricardo y Andrea, otro comerciante sostiene el mismo reclamo: “tuvimos que cerrar nuestros locales, pero ellos permanecieron con su bar”, comentó.

Zona norte

Ese punto gastronómico no es el único que tiene atención en mesa. En la zona norte de la ciudad hay otro importante centro de salud privado. Nada restringe allí el paso hacia su bar, otro espacio vidriado a escasos metros de una puerta principal.

Ante el pedido, un mozo explicó el miércoles que no quedaban jugos exprimidos. Así que el pedido fue por un café chico. El bar y restaurante –en comparación con el del otro sanatorio, más pequeño en dimensiones– se encontraba muy concurrido. Pero en este caso, el uso de cubrebocas era casi generalizado.

Al frente del restaurante, una comerciante se hacía las mismas preguntas que sus pares: “Por qué no puedo atender a los pacientes del hospital, y ellos sí”, dijo.

El mozo cobró 70 pesos.

Allí concluyó el recorrido por los centros de salud. Sin embargo, faltaba un último destino.

En el Centro

Un histórico restaurante del Centro de la ciudad advertía el miércoles el modo de funcionamiento en su puerta. Sólo tenía habilitado el servicio de take away (retiro en puerta, para llevar). Sin embargo, los clientes terminaban por retirar sus pedidos, pero tomando asiento en las mesas.

“He visto gente tomar café en sitios realmente insólitos, porque se trata de una costumbre arraigada”, opinó Claudio, un testigo ocasional de lo que ocurría en el bar.

El joven comentó que recorre la zona dos veces por día. “A pesar del aviso de que no se puede consumir allí, la gente lo hace. No es culpa del bar”, aseguró e indicó otra zona donde ocurre algo semejante.

Esta no es la única casa de café que está funcionando en el Centro. Hay más. En la zona de la peatonal, por ejemplo, al menos un bar también recibe gente que es atendida en sus mesas.

La norma

El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) recordó ayer que, en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio, a la fecha no se ha habilitado a bares y a restaurantes para atender clientes en mesas ni se ha emitido una autorización excepcional en toda la provincia. Sólo se permite la venta a través de delivery o de la modalidad para llevar, se insistió.

Capital: las galerías hoy pueden reabrir y los “shoppings” esperan

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Listos. Los "shoppings" elevaron propuestas de protocolo. (La Voz/Archivo)

Sólo en la zona céntrica de la ciudad de Córdoba, la Cámara de Comercio tiene relevadas 18 galerías que albergan a 968 locales.

El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) anunció anoche que habilitaba la reapertura de actividades en esos ámbitos desde el día de hoy.

Desde hace 70 días, las galerías no están habilitadas para recibir público y los locales sólo pueden funcionar mediante el delivery.

El funcionamiento será bajo un protocolo similar al que ya rige para el comercio minorista.

Incluye el uso de barbijos, límite para el ingreso y a la circulación de empleados y de público, más control de accesos y de espera para garantizar distanciamiento social, entre otras medidas sanitarias.

La apertura autorizada coincidiría en horario con la del comercio minorista: de lunes a viernes, de 11 a 18; y de 9 a 14 los sábados.

En espera

Los shoppings y las grandes superficies comerciales de Córdoba dieron ayer otro paso de cara a la posibilidad de resultar autorizados para volver a abrir en el marco de la cuarentena.

Con un protocolo diseñado para estas áreas, que cuentan con mucha mayor superficie cubierta que los comercios convencionales, la expectativa está puesta en que la Jefatura de Gabinete del Gobierno nacional transmita al COE provincial su opinión sobre ese paso.

Las grandes superficies trabajaron en sintonía en la elaboración de las medidas de seguridad propuestas, con participación de representantes de Nuevocentro, Patio Olmos, Córdoba Shopping, Paseo del Jockey y Libertad.

El intendente Martín Llaryora encabezó ayer una reunión con representantes de la Cámara de Comercio de Córdoba y de otros sectores ligados al rubro.

En los shoppings se considera que cuentan, incluso, con una ventaja por sobre los comercios a la calle para controlar el flujo de públicos, ya que señalan que sólo habilitarían una puerta de ingreso y otra de egreso, con un sistema de turnos, como el que ya rige en los supermercados.

De ese modo, aplicarían un límite en la cantidad de clientes según la superficie (en los comercios, hoy es de un cliente por cada 20 metros cuadrados). “Sale una persona y entra otra”, se resumió.

Por el momento, no existiría la chance de habilitar los patios de comida, cuyo control exige un operativo sanitario de mayor desarrollo con respecto al que se aplicaría en la apertura de los locales.

En la actualidad, los shoppings se encuentran cerrados y las empresas propietarias dispusieron no cobrar los alquileres de los locales y, en cambio, mantener la percepción de una parte de las expensas y del costo de vigilancia.