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El retorno de Destroy All Humans! es una muestra más del divertidísimo potencial del doble A descerebrado e irreverente

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Lo comenté con Maneater y la conversación vuelve a ponerse sobre la mesa con la llegada del remake de Destroy All Humans! Necesitamos más juegos así. Sin hueco para moralinas o mensajes trascendentales  y enfocados única y exclusivamente a pasar el rato. Porque las películas de Sundance son muy necesarias, sí, pero a nadie le amarga un blockbuster.

Ahí entra en juego el retorno de Crypto, uno de los personajes más irreverentes del mundo del videojuego, que a base de sondas anales y lanzar vacas a sus enemigos se conforma con invitarnos a desconectar y pasar un buen rato sembrando el caos a pie o en OVNI.

Un clásico que no se olvida de sus pasadas de frenada

Es un objetivo que la demo de Destroy All Humans! deja bien claro ya desde el principio. Consciente de las vueltas que ha dado la vida desde que sus chistes aterrizasen en PS2 y Xbox hace 15 años, nos alerta de cómo su historia, palabras e imágenes pueden ser ofensivas para el cerebro del terrícola moderno.

Sin embargo es parte de la gracia. Esto, al fin y al cabo, no deja de ser una sátira de la propaganda de bonanza de los 50 y los 60 americanos. No dejar títere con cabeza es precisamente su objetivo y, entre detalles escondidos a simple vista y otros que te meten por el gaznate, no se le puede negar haber conseguido su objetivo.

Aquí nos toca acompañar a un malhablado alienígena dispuesto a arrasar con la vida en la Tierra para cumplir los deseos de su jefe y, de paso, dar con uno de sus compañeros estrellado en el planeta. Leer mentes, arrancar cerebros, lanzar por los aires a enemigos y freírlos con nuestra pistola de rayos serán algunas de las actividades con las que Crypto pasará sus vacaciones sobre suelo terrícola.

Y cuando no esté cumpliendo objetivos principales, adicionales o misiones secundarias, podrá volar en su nave para arrasar con rayos todo lo que se plante por delante en una suerte de GTA en la que liarla parda también acaba suponiendo la llegada de los tanques.

Ojalá más clásicos sin pretensiones volviendo a la vida

Jugado en PC en Ultra, la actualización visual en este remake -aquí no han seguido la absurda moda de llamarlo remaster pese a estar  hecho desde cero- es una gozada. Especialmente cuando después de jugar el par de misiones que incluye te vas a YouTube para comprobar cómo lucía la versión original.

Con el 28 de julio como objetivo, las ganas de seguir explorando los pequeños mundos abiertos que componen sus distintas fases no han hecho más que sumar desde su anuncio y, más conscientes ahora del mimo con el que han devuelto a la vida esta saga, ver cómo el juego se sigue abriendo a base de poderes y nuevas armas es algo que estamos deseando.

Ahora sólo queda esperar que todo lo que vendrá después luzca igual de bien y que, con suerte, el pequeño o gran éxito que coseche sirva para recuperar también la segunda entrega -la buena- en un nuevo remake. Si de ahí saltamos a una nueva entrega aún más loca y grande que los originales, bienvenida sea.

Ahora más que nunca el poder arrancarte el cerebro, tal y como hace Crypto a los humanos con sus poderes, es un alivio. Destroy All Humans! quiere que desconectes, te olvides de todo y te eches unas risas con su desmadrado caos, y a juzgar por las ganas de seguir jugando con las que me he quedado, va a cumplir con su palabra.