https://s11.s3c.es/imag/_v0/770x420/b/6/b/700x420_alemania-cadena-montaje-automovil-bloomberg.jpg

Merkel enciende la maquinaria del capitalismo de Estado para crear nuevos campeones alemanes

by

El potente paquete de Alemania para evitar el colapso de la economía ante el coronavirus incluye un fondo de rescate para empresas de 100.000 millones de euros. El programa permite salvar compañías estratégicas o directamente comprarlas con el dinero de los contribuyentes. Pero lejos de ser una medida de urgencia, hay una estrategia detrás para crear campeones nacionales que puedan competir en el nuevo orden económico, con inversiones millonarias en inteligencia artificial y energías renovables. Merkel ha puesto en marcha la revolución de la economía alemana.

La nacionalización de empresas ha dejado de ser un tabú en Alemania. La epidemia del coronavirus ha desbloqueado todas las barreras para modernizar a la primera economía de la zona euro. La canciller, Angela Merkel, ha aprovechado la actual crisis para desatar todo el músculo financiero del país y ponerlo al servicio de una nueva revolución industrial asociada a la tecnología. El exitoso modelo germano de gran industria pesada abierta al mundo había entrado en declive desde la anterior crisis financiera. El dieselgate en la poderosa industria alemana del automóvil fue la puntilla. La capacidad competitiva de Alemania envejeció en un tiempo récord. 2019, antes de que el virus pusiera patas arriba a la economía mundial, fue una pesadilla para la industria germana. La guerra comercial destapó las vergüenzas de la maquinaria exportadora del país, incapaz de medirse con EEUU y China. Alemania había dejado escapar el tren de la digitalización en su sector clave, y lo que es peor, tampoco tuvo visión para posicionar a ninguna compañía, donde se está disputando el liderazgo de la economía mundial, en la batalla tecnológica.

La crisis ha dado la última oportunidad a Alemania para ponerse al día. Y Merkel está dispuesta a aprovecharla. La canciller ha puesto en marcha la maquinaria del capitalismo de Estado, tomando como referencia a China, para intervenir en el sector privado. Parte del enorme paquete de estímulos económicos para contrarrestar el impacto del virus irá destinado a desarrollar nuevas industrias y crear nuevos campeones nacionales para competir en el nuevo orden mundial.

Al Gobierno de Merkel no le tembló el pulso para preparar un plan de rescate de 600.000 millones ante la amenaza del coronavirus. El paquete contó con pleno respaldo del Bundestag, apenas contó con oposición en pleno impacto de la pandemia. Detrás de las medidas de urgencia y de liquidez para empresas, había una estrategia a medio plazo que llevaba meses preparándose.

El paquete de emergencia incluye 100.000 millones de euros para invertir directamente e incluso comprar empresas. El fondo fue creado durante ese agitado fin de semana de marzo, pero sus orígenes fueron esbozados hace más de un año por el ministro de Economía, Peter Altmaier, y fue rechazado al considerarse radical, pero con la crisis como catalizador, el fondo revivió dentro las medidas legislativas para luchar contra el coronavirus.

El rescate a Lufthansa marca el camino de la nueva estrategia de Alemania

Los Mittelstand, la industria mediana de origen familiar que han crecido a la sombra de la gran industria, pusieron el grito en el cielo por dejarles fuera de la estrategia nacional. La UCD dio marcha atrás a sus planes y Altmaier se vio obligado a retroceder y en noviembre presentó una versión diluida, llamada "Made in Germany: Industriestrategie 2030". La iniciativa estaba muerta, hasta que el coronavirus cambió el juego.

El fondo ha contado con el apoyo de los principales ejecutivos alemanes por el temor a la competencia extranjera y todo su andamiaje legal estaba ya preparado el pasado mes de febrero, antes de que el Covid-19 arrasara con la economía alemana. En él queda definida la nueva estrategia industrial del país, con la inteligencia artificial, las gigabaterías y la energía limpia, como ejes principales. El objetivo es estrechar lazos con la industria para crear campeones nacionales para competir con las compañías de China y EEUU. Alemania pasará "de un espectador de un proceso que ya está en pleno apogeo en Estados Unidos y China a un jugador principal", defendió en su momento, el ministro de Economía.

Ya se ha utilizado para el histórico rescate de esta semana de 9.000 millones de euros a Lufthansa, por el cual el Estado asume una participación del 20% de la compañía y el derecho a bloquear futuras adquisiciones corporativas. La intervención del Gobierno marca el camino de lo que quiere Merkel para la economía después de la actual pandemia. La canciller se ha embarcado en la más profunda reestructuración de Alemania desde la reconstrucción del país después de la II Guerra Mundial.

https://s03.s3c.es/imag/_v0/1296x904/6/3/8/362251686-1.jpg

El enfoque de Merkel muestra a un país que está listo para apostar por una nueva revolución industrial. "Hemos enviado una señal convincente para defender la soberanía tecnológica y económica de este país", dijo Altmaier después de anunciar el rescate de aerolínea con bandera alemana. La nueva estrategia estará definida completamente a principios de junio, cuando Merkel presente un plan de estímulo económico muy esperado.

La joya de la corona, el automóvil no contará con tantos apoyos económicos

Los poderosos fabricantes de automóviles de Alemania fueron los principales beneficiarios del gasto de estímulo después de la crisis financiera. Es probable que esta vez haya algunos incentivos para la compra de automóviles, pero Volkswagen, Daimler y BMW no obtendrán un apoyo tan descarado. De hecho, Merkel canceló una reunión con los principales representantes de la industria automotriz de Alemania programada para el próximo martes debido a desacuerdos sobre las ayudas que puede recibir el sector. La canciller no quiere que los contribuyentes vuelvan a salvar a la industria basada en motores de combustión.

El plan de estímulos es solo una pieza del rompecabezas. Los programas estratégicos ya están en marcha o en proceso, incluidas medidas para proteger a las empresas contra la competencia extranjera, para reducir la dependencia de las cadenas de suministro en el extranjero y para apuntalar la industria local.

Es una oportunidad única para que Merkel repare los errores del pasado. Incluso antes del golpe de la pandemia, Alemania estaba tropezando. La dependencia de las tecnologías intensivas en carbono, una red digital nacional irregular y una burocracia mastodóntica revelaron grietas en la máquina de exportación del país. Después de la crisis financiera, su estrategia había sido simplemente estabilizar el barco y apartarse del camino. Pero el mundo ha cambiado significativamente desde entonces.

Campeones europeos

La alianza con EEUU se ha roto bajo el mandato del presidente Donald Trump y China amenaza el liderazgo de Alemania como fábrica del mundo. La nueva Ruta de la Seda promovida por Pekín busca aumentar su presencia en Europa dentro de la cadena global de suministros.

El gigante asiático también ha estado comprando negocios alemanes, incluido el fabricante de robots industriales Kuka, y el multimillonario chino Li Shufu es el mayor accionista del fabricante de Mercedes-Benz Daimler. Las preocupaciones han provocado que Merkel choque con la Unión Europea, exigiendo que se entorpezca las adquisiciones chinas.

El coronavirus también ha jugado a favor de los esfuerzos de Merkel para aumentar las barreras de entrada a los inversores no europeos. El fondo de reconstrucción impulsado por Alemania y Francia incluye medidas para que la normativa europea sea más flexible para fomentar la creación de empresas más grandes. "Hemos visto que otros, ya sea EEUU, Corea del Sur, Japón o China, han dependido en gran medida de los campeones mundiales", dijo Merkel en la presentación. "Creo que esta es la respuesta necesaria".