COVID-19: Reto, unidad y oportunidades

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Grandes son los esfuerzos del Gobierno y pueblo cubanos para enfrentar el nuevo coronavirus. Declarado pandemia por su rápida propagación en el mundo y su devastador desenlace para la vida de cientos de miles de seres humanos, el SarCov2 ha demandado de mucha inteligencia en esta Isla, para minimizar sus efectos.
 
Desde inicios de 2020 Cuba presta atención al enfrentamiento de la enfermedad, estrenada en China en diciembre del pasado año. Este propio sitio ilustró las vivencias del Gigante asiático en esos intensos días, mediante una entrevista vía internet realizada a un joven coterráneo que presta sus servicios allí, cuando la COVID-19 nos parecía algo raro y muy lejano aun a nuestra cotidianidad. Por aquel entonces la inmensa mayoría ignorábamos la magnitud de sus consecuencias. Si teníamos alguna preocupación era por el sentido humano debido a la cruda realidad que le había impuesto a los chinos y a los de esta tierra, que por disímiles razones permanecen allá.

Sin embargo, poco tiempo después, sin visa ni pasaporte propio, el nuevo coronavirus penetró nuestras fronteras con el mayor sigilo. Exactamente el 11 de marzo salió a la luz su presencia, momento desde el que puso en alerta a más de once millones de cubanos. Comenzamos a repetir un mensaje, hasta entonces recurrente en redes sociales, escenario, que trascendió para estar incluso, colgado en balcones y puertas de hogares cubanos: Quédate en casa. Inició así la batalla para este pueblo.

Distanciamiento y aislamiento sociales fueron dos conceptos que comenzamos a llevar a la práctica, difíciles de asimilar en una sociedad que le cuesta prescindir de abrazos, besos, apretones de manos y derroche de cariño, pero que no ha tenido otra alternativa que dejar congeladas estas demostraciones físicas de afecto para brindar otras más prudentes en estos tiempos.

Cumplir con estas premisas, fundamentales en esta contienda, exigió cerrar fronteras y escuelas, fomentar el Teletrabajo en todos los centros, que así lo permitieran y potenciar el comercio electrónico, entre otras medidas que abarcan la atención a los más vulnerables en las comunidades y readecuación de servicios en diversas entidades como las gastronómicas, bancarias, hoteleras y de las comunicaciones.

A la ya difícil situación de los cubanos producto a un genocida bloqueo imperialista se sumó este otro enorme desafío. Casi tres meses de lucha contra la pandemia nos ha llevado a trazar estrategias para no dejar de producir alimentos y hacer zafra; a dejar neuronas en disímiles cálculos y con la sapiencia de investigadores y científicos de diversas áreas del conocimiento, sumado al aporte voluntarioso de muchos compatriotas, entre ellos, jóvenes, así como el respaldo de las organizaciones de masas, se ha logrado encaminar el control de una terrible enfermedad que muchos estragos ocasiona en otras latitudes.

Ello demuestra la gran reserva de este país para seguir conduciendo el bienestar de una sociedad que transita por una actualización de su modelo económico. Una vez más vamos camino a convertir un revés en oportunidades, pues aun cuando no damos la estocada final al nuevo coronavirus, experimentamos formas de mantener la vitalidad de Cuba en medio de un escenario complejo.

Ciertamente, algunas tienen que perfeccionarse, como el comercio electrónico, del que mucho se ha hablado por el malestar causado a los usuarios-clientes. Se impone mejorar las condiciones tecnológicas y favorecer la compra venta en línea, pues esta es una herramienta que, como otras tantas, llegó para quedarse.

Por otro lado, la figura del Trabajador Social resulta clave no solo en la atención y tramitación de las necesidades de los más desvalidos, sino también en la contribución a su cuidado y protección en circunstancias tan sensibles como la actual.

La COVID-19 se nos presentó como un gran reto, del que hemos extraído muchas fortalezas y aprendido  oportunidades, que, sin dudas, mejorarán el futuro de este país, sobretodo, porque hemos alimentado con nuevas maneras, lo que José Martí siempre apuntó como la clave del éxito en la lucha de los cubanos: la Unidad.