Gustavo Gómez: El trabajo después de Covid-19

El home office es una oportunidad para que las empresas cambien su forma de trabajar de manera sostenible, con beneficios a mediano y largo plazo.

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Gustavo Gómez CaligarisFuente: Cortesía

Desde la contingencia sanitaria impuesta por la pandemia de Covid-19, la necesidad de trabajar desde casa ha hecho que esta dinámica tenga un mayor impulso a nivel mundial. A causa de los desafíos que enfrentamos actualmente y el impacto previsto en la economía global, todas las industrias se han visto obligadas a rediseñar sus modelos de negocio.

Sin embargo, gracias a las tecnologías y plataformas que están en constante evolución, hoy podemos continuar siendo productivos sin estar en la oficina.

Esta modalidad, aunque no es nueva, ha resultado beneficiosa para aminorar la crisis de salud que vivimos, así como para disminuir gastos tanto para las empresas y los empleados, quienes gozan de un mayor control de sus horarios y pueden ahorrar tiempo y dinero destinado a su transportación y alimentos fuera de casa.

De acuerdo con una investigación reciente de Harvard Business School, las compañías con políticas de trabajo vía remota incrementan la productividad de sus colaboradores, reducen rotación y mantienen bajos costos generales. Dichos factores han alentado que negocios de todos tamaños y sectores busquen crear más oportunidades de trabajo desde el hogar (Harvard Business School, How Companies Benefit When Employees Work Remotely ).

Los principales desafíos

La migración de la oficina a la casa para muchos pasó de forma súbita y pudo haber sido confuso. Al principio no existían límites entre la vida laboral y la personal. Un estudio de Clockwise demostró que durante la cuarentena el promedio de los empleados que están en casa trabajan horas extra, lo cual con el tiempo puede resultar contraproducente para su bienestar y productividad (Clockwise, How COVID-19 is impacting workers’ calendars).

Es necesario tener en cuenta que, para tener éxito a largo plazo, se necesitan cambios en la cultura corporativa: nuevos lineamientos y códigos laborales, mayor comunicación entre líderes y colaboradores, e infraestructura para el trabajo remoto.

Dichos cambios implican un esfuerzo y compromiso de la misma magnitud por parte de las compañías como de los empleados, quienes deben tener en todo momento pautas claras y una colaboración constante que mantenga el trabajo en equipo para lograr las metas establecidas.

¿Estamos preparados en México para el home office?

Si bien en el país ya existen muchos trabajos que se realizan desde casa, esta crisis expone aún más las brechas generales y la desigualdad del acceso digital. Para lograr reducir la brecha digital existen tres necesidades fundamentales: la primera es la conectividad; la segunda poner al alcance de todos los bolsillos dispositivos con acceso a internet, y la tercera es el entrenamiento en el uso correcto de la tecnología.

El home office es una oportunidad para que las empresas cambien su forma de trabajar de manera sostenible, con beneficios a mediano y largo plazo. Pero también para que los colaboradores disminuyan su estrés, gastos en traslados y tengan mejor calidad de vida.

La forma en la que trabajaremos de ahora en adelante será una manera de estar prevenidos ante nuevas contingencias. Es muy posible que el trabajo en casa llegó para quedarse, pero depende de todos sacar el máximo provecho cuando sea el momento de regresar a la nueva normalidad.

El autor es Vicepresidente y Director General para la Región Norte de AT&T en México.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.