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La industria auxiliar española se juega 230.000 empleos en la crisis del motor

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El cierre de Nissan en Cataluña ha sido un mazazo para el empleo directamente relacionado con la fabricación de automóviles pero la onda expansiva impacta directamente en la industria auxiliar española.

Las cifras hablan por sí solas: los más de 3.000 puestos de trabajo directos por la clausura de los tres centros de la multinacional nipona se multiplican por seis si tenemos en cuenta también los empleos indirectos que se destruirán, muchos de ellos provenientes de las empresas que las surtían de componentes.

Una de las claves de la competitividad de las plantas de fabricación automovilística española ha sido el alto nivel de la industria auxiliar que ha surgido en torno a ella. Junto a las ventajas logísticas y ahorro de costes que favorecía esta vecindad, la compañías españolas han aportado un desarrollo tecnológico de primer nivel capaz de plantar cara a los competidores de todo el mundo. Renault ha anunciado también que reducirá 15.000 empleos.

Según datos de 2018, la industria española de componentes facturó 37.170 millones de euros alcanzando los 230.100 empleos directos y los 372.800 contabilizando también los indirectos.

La patronal de empresas de componentes Sernauto lamentaba ayer el cierre de la planta de Nissan y recordaba la amplia presencia de la industria auxiliar en esta región, "que se verá fuertemente impactada por la decisión del fabricante de vehículos nipón".

Uno de los principales fabricantes mundiales de componentes es Gestamp, con cinco fábricas en Cataluña, aunque tan solo una de ellas está afectada por el cierre de Nissan. Se trata de Gestamp Esmar, dedicada a la producción de piezas de carrocería con el fabricante japonés como cliente mayoritario. Ubicada en la Zona Franca de Barcelona, cuenta con 180 trabajadores de los 6.000 que tiene Gestamp en España y los más de 43.000 empleados en todo el mundo.

La patronal de las empresas de componentes reconoce el "fuerte impacto" del cierre de Nissan

El grupo no se plantea, por el momento, el cierre de la planta, ya que antes buscaría fórmulas para reorientar la producción hacia otros constructores de vehículos.

Otro grupo vasco, CIE Automotive, también tiene presencia en Cataluña a través de su filial CIE Vilanova, que fabrica componentes en inyección de aluminio, mecanización y pequeños montajes, para una cartera de clientes muy diversificada. Por esta razón, el cierre de Nissan en Barcelona no mermará la actividad de la citada instalación.

Uno de los gigantes españoles de la industria auxiliar de la automoción es Grupo Antolín, que también suministraba techos a la fábrica de Nissan, en este caso fabricados en Valencia.

La compañía burgalesa no prevé un gran impacto en su cifra de negocios dada la alta diversificación de su cartera de clientes y el hecho de que el negocio en España apenas supone un 5% de la facturación.

Pero detrás queda un reguero de empresas que tenían también relaciones comerciales con Nissan. Es el caso de Manufacturas Modernas de Metales (MMM). especializada en la fabricación de tubos de freno y embragues, Faurecia, TAchi-S, Magna, Valeo, Sumitomo o Hutchinson, entre otras.