La recuperación económica, ¿un punto de inflexión para la UE?
Los países del Sur, los más golpeados humana y económicamente por la pandemia, esperan una mayor solidaridad de sus socios, que se plasma por el momento ampliamente en la propuesta de la Comisión Europea.
Con el plan de reconstrucción propuesto por la Comisión Europea, la Unión Europea (UE) tiene una oportunidad para mostrar unidad tras el repliegue nacional mostrado al inicio de la pandemia, aunque la tarea se anuncia difícil.
En una primera muestra de optimismo, los países de la UE acogieron "globalmente bien" la idea del fondo de 750,000 millones de euros (US$ 825,000 millones) para relanzar la economía, en su primera reunión justo después del anuncio.
"Nadie no dijo 'ni hablar'", explica una fuente europea sobre la reunión de los embajadores en Bruselas. "Eso es un éxito para la Comisión que, finalmente, propone algo que no se cae dos minutos después", agrega.
Incluso el grupo de los "frugales" (Dinamarca, Países Bajos, Suecia y Austria), países adeptos del rigor fiscal y reticentes a más solidaridad con sus socios del Sur, a los que consideran despilfarradores, no cerraron la puerta.
Según una fuente diplomática, "plantearon muchas preguntas, pero ninguno dijo que no era una base de negociación". Y, sin embargo, el plan de Bruselas, con el impulso de Alemania y Francia, rompe una serie de tabúes.
“Pelearse primero”
Este plan, vinculado al presupuesto plurianual europeo, se financiará a través de deuda emitida por la Comisión "en nombre de la UE", algo que parecía completamente inconcebible antes del reciente giro de Alemania.
Además, medio billón de euros (unos US$ 550,000 millones) de este fondo se entregará a los países que lo soliciten como ayudas a fondo perdido, mientras que el resto tomará la forma de préstamos reembolsables.
En la práctica, esto significa más solidaridad entre países que, sin embargo, tuvieron grandes dificultades para coordinarse al inicio de la pandemia con restricciones a las exportaciones de material médico y cierre de fronteras.
La cumbre de mandatarios europeos del 19 de junio representará un primer momento clave para el fondo, aunque no se espera una decisión ese día. "Necesitan tener la oportunidad de pelearse primero", apunta la fuente europea.
En el mejor de los escenarios, el objetivo es que los líderes logren un acuerdo durante una segunda cumbre, en esa ocasión en persona en Bruselas en julio, lo que constituiría un momento histórico en la UE.
La canciller alemana, Angela Merkel, recordó el miércoles que el objetivo es contar con tiempo suficiente para su aprobación por la Eurocámara y los parlamentos nacionales de cara a su entrada en vigor el 1 de enero del 2021.
A pesar de la urgencia y el bajo nivel de actividad económica, la negociación se anuncia difícil. Cada país intentará lograr el mayor dinero posible, en un contexto de profundas diferencias e intereses diversos.
“Planetas alemanes”
Los países del Sur, los más golpeados humana y económicamente por la pandemia, esperan una mayor solidaridad de sus socios, que se plasma por el momento ampliamente en la propuesta de la Comisión Europea.
Pero los "frugales" también necesitan "trofeos para presentar a sus parlamentos" y asegurarse la aprobación del plan, resume un funcionario europeo, para quien estos buscarán que sea limitado en el tiempo y sujeto a condiciones.
Este escenario trae de vuelta el fantasma de una Grecia obligada a aplicar duras reformas en su economía a cambio de un rescate durante la pasada crisis de la deuda, aunque Bruselas se esfuerza en tranquilizar sobre las condiciones.
"Vamos a insistir en que esto no es una pelea Norte-Sur, como estamos viendo, sino una pelea por recuperar la actividad, el pulso económico de Europa", aseguró a la radio RNE la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya.
La canciller considera clave, como muestra de la necesidad de actuar, el giro de Berlín. Alemania, además, asumirá la presidencia pro témpore de la UE durante seis meses a partir del 1 de julio.
Para la fuente europea, "si hay un poco de esperanza, es en gran parte" a que Alemania presidirá las reuniones. "Su posición debe ser una posición de consenso", por lo que "sea cuál sea el acuerdo, será su éxito", agrega.
Además con Ursula von der Leyen, exministra de una Angela Merkel de salida, a la cabeza de la Comisión Europea, “los planetas alemanes se han alineado”, apunta.