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Foto EDH / AFP

Salud enviará a guardar cuarentena domiciliaria a enfermos leves de COVID-19

Documento enviado a directores regionales de Salud señala que el país entró a la fase III de la pandemia, cuando el sistema tiene más dificultades para tratar a pacientes críticos.

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Las personas que sean sospechosas de ser portadoras de COVID-19, asintomáticos o con síntomas leves, serán enviadas a sus casas para que cumplan una cuarentena domiciliaria por 14 días y con un tratamiento de acetaminofén 500 mg cada seis horas y loratadina 10 mg cada día.

Así lo consigna un memorando que la directora del Primer Nivel de Atención, Carmen del Pilar Hernández de Durán, envió el 27 de mayo a los directores regionales del Ministerio de Salud, en el que se indica que el país ha entrado en la Fase III de la pandemia, es decir cuando el sistema de salud es insuficiente para atender los casos críticos.

Pero, el documento no detalla si esa decisión se ha tomado por el incremento de casos que han hecho colapsar al sistema de salud o por otro criterio. Lo que sí establece el memorando es que se habilitará un centro de llamadas para seguimiento de los pacientes en cuarentena en su vivienda, dejando las visitas domiciliarias para los casos especiales y para evaluar complicaciones.

El memorando tampoco establece si a los pacientes a quienes se les aplique la cuarentena domiciliaria se les hará la prueba de COVID-19 para saber si son o no positivos.

Solo indica, en el numeral siete, que en los centros de contención que se encuentran funcionando actualmente se continuará con la toma de muestras según protocolo vigente.

Médicos especialistas en infectología habían insistido en que las personas asintomáticas debían guardar cuarentena domiciliaria, pero con un estrecho seguimiento por parte de Salud. Sin embargo, el ministro de Salud, Francisco Alabi, había dicho que los salvadoreños no tenían la cultura de asilarse y guardar cuarentena en caso de estar asintomáticos.

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El infectólogo Mario Gamero consideró que ya se está preparando el escenario para que las personas retomen sus actividades regulares, lo que significa que estarán más expuestas al virus.

Eso se traduce en que “no tiene ya ningún sentido” que los pacientes sean manejados en sitios especiales porque habrá una mayor cantidad de personas que consulten a un establecimiento de salud, por algún proceso respiratorio.

“Si ya van a dar la orden de salir a la calle a trabajar, ya las medidas prácticamente no van a tener mayor justificación e impacto; no es viable que cada persona que llegue con un proceso respiratorio a una unidad de salud, se le haga la prueba por COVID. Entonces, ¿quiénes son los que tienen que tener esa prueba?, todos aquellos pacientes que ya presentan los cuadros respiratorios, los cuales están poniendo en riesgo la vida del paciente”, explicó el especialista.

No descartó que cuando el confinamiento termine en el país, exista una “oleada de pacientes graves”, pues las personas, probablemente, no respetarán el distanciamiento social.

En el memorando se establece que las unidades de salud utilizarán una “hoja de chequeo de Iras”, que deberá llenarse completamente a todo paciente sospechoso de COVID-19, a fin de dar seguimiento adecuado.

Por su parte, el infectólogo Jorge Panameño indicó que como observatorio del Colegio Médico es algo que estuvieron proponiendo desde un principio porque “es la conducta que se recomienda”, porque de lo contrario conlleva el riesgo de saturar al sistema de salud ya que se utilizan camas que deben de ser para pacientes que sí requieren cuidados hospitalarios.

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Además de que permitirá que la población no tenga miedo de asistir a un centro de atención ya que la consulta temprana es básica para darle tratamiento y no evolucione a un estado grave.

“El periodo de incubación es de 14 días; el 98 % de los pacientes que van a tener síntomas los han desarrollado al día 13. Entonces no hay ninguna justificación para mantener a alguien más de 14 días bajo cuarentena”, expresó el infectólogo privado.

Por su parte, el también infectólogo Ricardo Lara se mostró preocupado por el hecho de que no se consigne en el documento que se harán pruebas a las personas en cuarentena domiciliaria.

“Todavía estamos en la fase donde las pruebas se tienen que seguir tomando; el tomar la decisión de no tomar pruebas es dejar en el anonimato, primero, el número de casos; segundo, seguir esparciendo el virus; y tercero, el asintomático potencialmente COVID si no tiene la verdadera conciencia que es COVID positivo y es asintomático, difícilmente usted lo va a poder controlar para que deje de realizar algunas actividades básicas como por ejemplo ir a la tienda a comprar algo”, explicó Lara.

Para el profesional, la medida también podría generar un rebalse en los establecimientos de salud ya que muchas personas actualmente no consultan “por miedo a que los mandaran a un centro de contención”; mientras que entrando en vigencia el memorando, que no establece fechas, los salvadoreños irán para obtener el medicamento.