El coronel como excusa

by

Lo podemos llamar crisis Marlaska, crisis Pérez de los Cobos, de la Covid o de Interior. Da para todos. Hacía tiempo que una misma polémica no fortalecía con tantos discursos a los diferentes frentes políticos en España.

Por ejemplo, la destitución del coronel fortalece a los altavoces independentistas para alentar a las bases sobre el malvado atosigador contra el 1-O; a su vez, el PP puede sacar pecho ante las injerencias del Gobierno Sánchez/Iglesias hacia una institución crucial del Estado como es la Guardia Civil; por su parte, los socialistas muestran la capacidad de hacer una personal limpieza del cuerpo aunque obligue a saltarse la jerarquía de mando, y Vox, con sus mascarillas color Benemérita, se fortalece con una polémica parlamentaria para seguir presionando a “ese gobierno bolivariano”. Todos ganan. Sin embargo, su ganancia es humo. Mientras en Europa se habla de reconstrucción, en España se tiran estos argumentos a la cabeza. Y todo bañado con medias verdades que son más peligrosas que las mismas falsedades.

El foco debería estar en otro punto. Existe un profundo nerviosismo en el Gobierno sobre adónde pueden ir a parar las diferentes investigaciones judiciales iniciadas en muchos juzgados de España. La incoada en Madrid contra el delegado del Gobierno José Manuel Franco es una de ellas. Le cayó a la juez Carmen Rodríguez-Medel, que, por cierto, fue la misma que concluyó en su razonamiento al Supremo que a Pablo Casado le habían regalado un máster. Poco sospechosa. Ella fue quien solicitó la investigación a la Guardia Civil como policía judicial, y de la que se entiende que el ministro Marlaska quería saber más.

Puede que el informe aportado por la Guardia Civil sea una chapuza. Puede que hasta no sea una chapuza pero tenga los errores suficientes como para concluir que el documento sea defectuoso. Pero muchas investigaciones a la vez, que deberían acabar acumuladas, siempre son un riesgo para un Gobierno que, como los del resto del mundo, no valoró con total rigor lo que estaba pasando.

La OMS declaró el estado de emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) el 30 de enero. Desde esa fecha estuvo claro que algo no funcionaba. El 11 de marzo fue cuando la Organización Mundial de la Salud determinó que la Covid-19 era “una pandemia”. Entre esas dos fechas ocurrieron muchas cosas, algunas, eso sí, producto más de la prudencia que de la determinación, como la suspensión del Mobile en Barcelona.

Se perciben excusas interesadas. ¿Realmente la importancia debe centrarse en Pérez de los Cobos, que por otro lado hubiera cometido una ilegalidad de haber conocido algo sobre la investigación de la juez, o los focos deberían estar sobre las dudas y los errores cometidos por el Gobierno durante la pandemia y ahora investigados? Más de 3.000 familias afectadas por el coronavirus ya se están movilizando y en el Tribunal Supremo se siguen acumulando querellas. Esa será la cuestión.