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(Reuters)

Qué hacer ahora en bolsa

El inversor debe entender que posicionarse en un S&P500 por encima de los 3000 puntos ​supone, en esencia, asumir que la vuelta a la normalidad tras la crisis sanitaria

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Las extraordinarias medidas de política fiscal y monetaria activadas para hacer frente al covid-19, han conseguido generar (de momento) un suelo de mercado en los principales índices norteamericanos. Desde los mínimos de marzo, el S&P 500 sube más de un 33% en lo que es la recuperación más rápida de su historia y valores como Microsoft, Amazon, Facebook o Nvidia ganan entre un 10% y un 44% en el año. La volatilidad, que alcanzó en términos del VIX máximos históricos en aquellas mismas fechas, ha retrocedido más de un 60% desde esos niveles, pero seguirá impactando en los mercados mientras no se tenga mayor control del virus.

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Fuente tabla: finviz

En este contexto y pese a los datos económicos dramáticos que la crisis sanitaria está dejando (y dejará), el sentimiento inversor se está alejando igualmente de los máximos vistos en marzo (la ratio Put/Call superó lecturas de 2) para dirigirse a cierta neutralidad entre el porcentaje de bajistas y alcistas.

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El cambio de ánimo que el avance en la desescalada está provocando, parece que también se refleja en bolsa española y esta semana, hasta el Ibex-35 ha subido un 7%. Muchos de los valores más castigados por el covid-19 están experimentando recuperaciones importantes que llaman la atención de muchos inversores.

En este sentido conviene recordar (una vez más) que toda inversión comporta riesgo. Dejarse llevar por la sensación de perderse nuevas alzas en las bolsas, sin tener claro cómo evolucionarán los fundamentales, suele terminar en tragedia. Cuando se valora una empresa, es el descuento de los flujos de caja futuros la principal de las materias primas con las que se trabaja. Pero en estos momentos de incertidumbre, donde hasta las empresas están retrasando sus previsiones (guidance) y donde asistimos a cambios constantes del consenso de mercado, esta tarea se convierte en aún más compleja.

Si tomamos el S&P500 y lo visto en su recuperación desde marzo, tenemos que la ratio “P/E forward” se ha ido a máximos, marcando lecturas superiores a 22 y que, de otro lado, este rebote se ha producido pese al recorte de beneficios previsto para 2020, de cerca del 30%. Para interpretar estos datos, o bien entendemos que el inversor está dispuesto a pagar múltiplos más altos ante la ausencia de alternativas de inversión, o bien el mercado descuenta y asume que esa caída de los beneficios es algo circunstancial y de corto plazo.

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Dando otro punto de vista, comentaba un gestor el otro día que si analizaba algunos de los indicadores principales encontraba, por ejemplo, que la inversión de la curva que hasta hace no mucho tanto preocupaba, se ha alejado de esa situación. Las peticiones de desempleo, que marcaron máximos históricos a finales de marzo, no han dejado de caer desde esa fecha. La tasa de ahorro personal en Estados Unidos, es la más alta de los últimos 40 años. El sentimiento inversor ha empezado a mejorar, arrojando lecturas cercanas a la neutralidad. Si se mira a los componentes del S&P500, un 43% de los mismos están por encima de su media móvil de 200 sesiones, no mostrando señal de sobrecompra.

Así las cosas, el inversor debe entender que posicionarse en un S&P500 por encima de los 3000 puntos supone, en esencia, asumir que la vuelta a la normalidad tras la crisis sanitaria es una realidad más o menos cercana. Pero sin una aproximación estimada de los futuros “cash flow” de las empresas, llegar a un valor adecuado resulta imposible y supone no contar con un margen de seguridad definido. En este entorno, ni perseguir precios por miedo a perderse la recuperación, ni vender esperando futuras correcciones parecen estrategias adecuadas. Lo sensato, para aquellos que salieron antes de hora y para los que no entraron cuando era el momento sería, bajo mi punto de vista, preservar el máximo cash posible hasta que los excesos se depuren y la situación económica real se clarifique.