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Ourense: Denuncia que no puede regresar desde Senegal, a donde viajó antes del estado de alarma

El afectado, que reside en Barbadás, asegura que le suspendieron su vuelo y las autoridades no les dan ninguna alternativa

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Bathie Ndiaye lleva quince años viviendo en España. Afincado en Barbadás junto con su esposa y el hijo de ambos, adolescente, Bathie logró la nacionalidad española y recientemente trabajó en para el Concello de Barbadás. Su contrato terminó el pasado mes de febrero y decidió aprovechar las semanas que iba a tener sin ocupación  para visitar a su familia, a la que dejó en su país natal. Era finales del mes de febrero y por aquellas fechas nada, o casi nada, hacía preveer las graves consecuencias a nivel mundial que tendría el coronavirus, así Bathie compró un billete para Dakar, de ida y vuelta. El regreso estaba previsto para el 27 de abril.

Pero en unos pocos días el panorama mundial cambió completamente a causa del rapidísimo avance del covid-19 y los estados, uno tras otro, fueron cerrando fronteras, quedando el espacio aéreo reservado para vuelos muy concretos. Como no, el del Bathie se anuló y desde entonces ha intendado por todos los medios regresar a Ourense. «El consulado de Dajkar ya ni contesta a los mensajes, nos han abandonado», denuncia, mientras recuerda que necesita volver a su casa para echar una mano a su mujer, que ahora no puede trabajar porque es vendedora en las ferias, y a su hijo, que aún es estudiante. «En la situación actual los aviones comerciales no están volando, y mi mujer y mi hijo están solos» lamenta, mientras recuerda que toda la familia depende ahora del subsidio por desempleo que cobra el progenitor, de 320 euros. Lo único que sabe, es lo que ha colgado en su página web el consulado de España, en el que avisa de que no habrá más vuelos de repatriación a España, ni desde Senegal ni tampoco desde Gambia, condicionando así el regreso de los españoles que han quedado allí atrapados a que se restablezcan los vuelos comerciales una vez superada la crisis del covid-19. Pero eso nadie sabe cuándo ocurrirá y mientras Bathie sigue contando, cada día más desesperado, los días que faltan para volver a abrazar a su mujer y a su hijo. 

Su esposa confirmó ayer jueves que Bathie sigue en Senegal, cree que no podrá viajar antes de julio, y que está en una situación económicamente difícil.