Hace 75 años las leyendas del ciclismo ya eran de Ponteareas
Se cumplen tres cuartos de siglo de la primera victoria gallega en la Vuelta ciclista a España
by Lois BaladoLos pinganillos, los potenciómetros, las trampas en los simuladores, los frenos de disco o la altura de las medias. Hoy el ciclismo vive pendiente de los detalles e instalado entre polémicas difícilmente comprensibles para advenedizos. Inimaginables cuando este deporte consistía en pedalear para llegar a meta y, entre medias, buscarse la vida. Era poco más cuando en el Tour de principios del siglo XX, el pelotón tenía que sobreponerse a pedradas del público, asaltos, barricadas, cristales en el asfalto y disparos en plena competición. Ni mejor, ni peor. Muy diferente.
De las clásicas a las grandes vueltas. De Francia a Italia y del Giro a la Vuelta. La ronda española disputó su primera edición en 1935, un año antes de la Guerra Civil que sumiría a la carrera en la irregularidad —los años 1937, 1938, 1939 y 1940 no se disputó, tampoco en el 1943 y 1944 por el inmediato contexto bélico en Europa—. La primera edición la ganó un belga, Gustaaf Deloor. La segunda, la del 36, la volvió a ganar. Pero desde el puesto 24 de la general se aproximaba una revolución desde el norte.
Delio, el primero de la saga
Delio Rodríguez era el mayor de seis hermanos. Cinco hombres y una mujer. Cuatro llegaron a profesionales y tres a tener carreras destacables: Delio, Emilio y Manuel Rodríguez. Aurita, la única chica, también le pegaba a la bicicleta. Desde Ponteareas, formaron una saga familiar que dominaría el pelotón español de las décadas de los cuarenta y los cincuenta. Delio finalizó 24.º en la Vuelta de 1936 y su evolución fue constante. En 1942, defendiendo los colores de la efímera sección ciclista del Deportivo de La Coruña, fue un gregario de lujo para la victoria de Berrendero en 1942 y en 1945, en la V edición de la ronda española, se proclamó campeón. Este año se cumple el 75 aniversario de aquel hito, que no sería el último gran logro que la localidad pontevedresa alcanzaría en el ciclismo. Ni por asomo.
Cinco años más tarde, en mayo de 1950, Emilio Rodríguez se proclamó campeón de la Vuelta. Otra fecha histórica para el deporte gallego que volvía a confirmar su poderío al manillar pese a la retirada de Delio en 1948. Junto a Emilio, en el segundo cajón del podio, estaba su hermano. Manuel Rodríguez. Manolo.
«Delio fue un gran esprinter que ganó 12 etapas de la Vuelta de 1941 —en total acumula 39 victorias de etapa en la ronda española, un récord todavía vigente y muy lejos de las 20 que logró Alessandro Petacchi en la primera década de los 2000—, solo superado por un belga que ganó 13 en el 77, Freddy Maertens». Mi padre era lo contrario, el rey de la montaña, que ganó dos veces el maillot, además del campeonato de España de fondo de carretera el año de su retirada», recuerda Rafael Rodríguez, hijo del ciclista y uno de los representantes de futbolistas con más trayectoria en el fútbol español tras colgar las botas en el Xerez. A día de hoy es el representante, entre otros, de Álex Bergantiños. Una relación que dura ya 14 años.
Una sanción política
Las tensiones entre marcas, equipos y ciclistas no son algo nuevo. Delio y Emilio gozaban de un cartel de privilegio dentro del mundillo y eso les costó no pocas discusiones. La federación obligó a Emilio y a sus compañeros a participar en la Vuelta de 1947 después de que su equipo, la Unión Deportiva Sans, se hubiese negado a ser de la partida por un conflicto con las marcas de los tubulares que debían utilizar. Corrió, pero cuando la carrera pasó por Barcelona un directivo del conjunto catalán trató de llevarse a Emilio de incógnito a Mallorca para certificar su abandono. Con todo, acabó la carrera en cuarta posición por detrás de Delio. Conflictos de este tipo era comunes.
«Yo corrí con ellos. Con Emilio y con Manolo. Eran buenísimos, principalmente el Emilio», explica Raúl Rey (Ourense, 1936), otro ciclista con pedigrí que llegó a correr el Tour y acarició una victoria de etapa en la Vuelta de 1964. «Emilio y Manolo se fueron a una Volta a Portugal y en aquellos años había muy malas relaciones políticamente entre España y Portugal. Les avisaron que abandonaran, pero no lo hicieron porque ellos estaban ganando mucho dinero en Portugal. Entonces los sancionaron por dos años. Estuvieron dos años sin poder correr. Solo se entrenaban y fue cuando los conocí», explica el exciclista del Ferrys que muestra sus preferencias entre los hermanos: «La gente se acuerda de Delio, pero para mí Emilio era mejor ciclista. Delio fue un esprinter, ganó una Vuelta y en otra ganó no sé cuántas etapas. Ganaba muchas carreras y entonces era muy famoso. Tan famoso que siempre se hablaba de Delio o de los hermanos de Delio».
Cuando recuperaron la ficha federativa tras cumplir la sanción, Emilio, Manolo y Raúl Rey compartieron equipo. «Fui a Ponteareas a conocerlos gracias a un amigo de Ourense y estuvimos entrenando con ellos. Llegamos a correr juntos en un equipo que se formó en Ourense que era de una marca de recauchutados y parches. Estuve con él un año o dos en los que corrimos carreras como la Vuelta a Eibar», recuerda Raúl.
Ponteareas, el Uruguay gallego
«Tenemos tres vencedores de la Vuelta en un pueblo que hace no tanto tenía 5.000 habitantes. Esto es algo que no ha pasado ni en Madrid, ni en Barcelona, ni en Valencia. En ningún sitio del mundo, es algo increíble. Es un caso parecido al de Uruguay en el fútbol, un país tan pequeño que ha ganado dos mundiales», explica Rafael recordando que Álvaro Pino, ganador en la edición de 1986, también es de Ponteareas.