Donald Trump firma orden ejecutiva contra las redes sociales y amenaza con cerrarlas «en cuanto pueda»
by Juan RanchalDonald Trump ha firmado una orden ejecutiva que ordena a las agencias federales que aclaren el alcance de una ley estadounidense conocida como Sección 230, que protege a las compañías de Internet de la responsabilidad por el contenido publicado por los usuarios y les permite regular o eliminar publicaciones que aunque legales, sean objetables.
El presidente de Estados Unidos ha cumplido su amenaza contra las redes sociales en respuesta a la decisión de Twitter de calificar dos de sus mensajes como ‘potencialmente engañosos’. Los mensajes de Trump daban por seguro un fraude de voto por correo en California. Twitter no eliminó ni editó los mensajes, sino que incitó a los lectores a verificar los hechos, en cumplimiento con los términos de uso del servicio a los que nos sometemos cualquier usuario.
Aunque eran uno más (y no de los peores) de los centenares de mensajes falsos, tóxicos, de odio o destinados a desinformar, que según sus críticos ha publicado Trump, era la primera vez que Twitter calificaba de esta manera alguno de sus mensajes. La respuesta no se hizo esperar y Trump amenazó con tomar medidas contra las redes sociales, algo a lo que aspira desde que llegó a la Casa Blanca a pesar de ser un ávido usuario de las mismas. Y lo ha cumplido a modo de represalia.
Orden ejecutiva contra redes sociales
La orden ejecutiva está destinada a que las agencias federales encuentren alguna grieta para regular o suspender la Sección 230. Es una Ley de comunicaciones aprobada en 1996, que sirve como protección para las plataformas en línea. Además de limitar su responsabilidad legal ante el contenido publicado por los usuarios, permite que Twitter o Facebook eliminen o restrinjan el acceso al material que determinen «de buena fe» como obsceno, excesivamente violento, acosador, falso, de odio y en general objetable.
Dichas restricciones sobre el contenido de Internet son generalmente legales porque la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que protege la libertad de expresión, solo se aplica a los actores gubernamentales, no a las empresas privadas.
Aún así, Trump cree que «Twitter está tomando decisiones editoriales. En ese momento, Twitter deja de ser una plataforma pública neutral, y se convierte en un editor con un punto de vista. Y creo que podemos decir lo mismo de Google o de Facebook y quizás de otros», dijo Trump a los periodistas.
Además de la orden ejecutiva que pasará después del informe de las agencias al regulador de comunicaciones FCC, el fiscal general de los Estados Unidos, William Barr, también dijo que estaba buscando redactar una legislación para alterar las protecciones de la Sección 230.
Y presión económica. El decreto de Trump exige a todas las agencias gubernamentales que revisen su gasto en publicidad y mercadotecnia en las plataformas digitales, para asegurar que no benefician a «ninguna red social que suprima la libertad de expresión», explicó.
Donald Trump: ¿fanfarronada o un aviso muy serio?
Desde la Casa Blanca dijeron a los periodistas que Donald Trump cerraría Twitter si sus abogados encontraran una forma legal de hacerlo. Pero hay muchas dudas entre los expertos jurídicos que algo así pudiera conseguirse. Un primer análisis de la orden ejecutiva de Trump estima que contradice las decisiones judiciales que han interpretado que la Sección 230 proporciona una inmunidad amplia a los medios on-line.
«Gran parte de la orden ejecutiva es una fanfarronada«, explica Kate Klonick, profesora de derecho de Internet en la Universidad de St. John. «Básicamente deja de lado 25 años de precedentes judiciales», asegura. La orden «es un 95% teatro político, retórica sin fundamento legal y sin impacto legal», dijo Daphne Keller, experta en derecho de Internet en la Universidad de Stanford.
Otro experto como Marc Randazza, un abogado de la Primera Enmienda, dijo que aún estando de acuerdo con las preocupaciones de Trump sobre la supuesta censura, reconoció que gran parte de la orden ejecutiva no conduciría a reformas reales. «Creo que es mucho más una declaración de liderazgo, que un plan para cualquier cosa que realmente vaya a suceder». Veremos. Donald Trump es altamente impredecible, aunque el caso da para para mucho debate.