«Torcer», con producción, los tiempos difíciles

A pesar de la propagación de la pandemia los tabacaleros cubanos no renuncian al cumplimiento del plan del año, conscientes de su aporte a los rublos exportables del país

Nelsa lleva más de 50 años entregada a su vocación. Trabaja más de 12 horas al día, pero no se cansa. Vio crecer a la fuerza femenina en el sector tabacalero, mientras tomaba experiencia como torcedora. Al igual que en aquellos inicios, continúa siendo la primera en llegar al trabajo, incluso en medio de la pandemia.

«Aun cuando soy consciente de mi edad y de la situación con la covid-19, aquí estoy, por vocación, pero también por compromiso. Cumplo con todas las medidas de protección y no dejo de hacer lo que me corresponde, porque mi aporte es importante, al igual que el de cada uno de los tabacaleros del país», exclamó con orgullo.

A pesar de que 1 045 trabajadores del sector en la Isla hoy se encuentran en sus casas por ser considerados vulnerables al nuevo coronavirus, según explicó Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura, recientemente en la Mesa Redonda; los que, como Nelsa, aún están laborando, se esfuerzan por no renunciar ni a una sola unidad, en aras de torcer los 90 millones de tabacos previstos para este 2020, y que tienen un merecido lugar en el mercado mundial.

BALUARTE EN LA PRODUCCIÓN

Un ejemplo de eficiencia lo representa la empresa de tabaco torcido El Laguito, productora de la emblemática y afamada marca de habanos Cohíba, en la capital, donde sus más de 200 obreros activos, entre ellos, Nelsa Leonard Delgado, han logrado hasta el cierre del mes de abril el 100,2 % de las unidades físicas de tabaco planificadas y el 115 % en valores.

Según Pedro Luis Pérez Acosta, director de la entidad, estos resultados han sido muy alentadores.

«Con la presencia de la pandemia se adoptaron varias medidas que van encaminadas a darle cumplimiento al plan técnico-económico, teniendo en cuenta lo que representa para la economía del país esa producción destinada para la exportación», señaló.

El directivo ejemplificó que se ha alargado la jornada laboral y se han activados los sábados no laborables, incluso, los trabajadores muestran su disposición para aprovechar los domingos.

«La fábrica mantiene su vitalidad. También tenemos aseguradas las materias primas para el cumplimiento del plan de mayo, en aras de que el Día del Tabacalero sea un motivo de celebración», añadió.

TESTIGO Y PROTAGONISTA de este tiempo

A la voluntad de los trabajadores de esta entidad se ha sumado, según Pedro Luis Pérez Acosta, el liderazgo del Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros (Sntaft), que trabaja de conjunto con el Ministerio de la Agricultura y el grupo empresarial Tabacuba a fin de asegurar la logística de las producciones y otras alternativas para desde el movimiento sindical, estimular la eficiencia de cada obrero.

Al respecto, María González Vázquez, torcedora y secretaria del Buró sindical de El Laguito, destacó que los trabajadores de la empresa aportarán, incluso, una semana de vacaciones, porque la premisa es sobrecumplir lo planificado desde el esfuerzo diario de cada cual.

Yaremis Pradera González, miembro del Secretariado Nacional del Sntaft, dijo que para el tabacalero no hay cansancio, es un legado histórico, que ni siquiera la pandemia puede socavar.

Ciertamente la herencia patriótica  de los tabacaleros de Tampa y Cayo Hueso,  quienes a fines del siglo xix decidieron aportar sus escasos recursos a la causa por la independencia de Cuba del yugo colonial español, impulsada por el Apóstol, está viva en el esfuerzo de los actuales trabajadores que, como Nelsa Leonard Delgado, olvidan el cansancio y el riesgo que supone la pandemia para mantener la vitalidad de uno de los reglones exportables más importantes de la economía cubana.