http://www.granma.cu/file/img/2020/05/medium/f0170413.jpg
Antes del desacuerdo con los salarios, Mike Trout había expresado su negativa a concentrarse tres o cuatro meses para jugar. Foto: Marcio José Sánchez / AP Foto: AP

Poderoso caballero es don dinero

La propuesta de reducir los salarios a los peloteros de la MLB, por parte de los dueños de equipos, ha desatado una controversia entre estos y los jugadores

by

La «bronca» actual matiza el capítulo más ácido de una novela que cumplió sus primeras entregas a mediados de marzo de este año. En sus episodios están involucrados desde los humildes trabajadores que ponen a punto las instalaciones en las Grandes Ligas del Béisbol (mlb, por su sigla en inglés), hasta el mismísimo presidente estadounidense Donald Trump, azuzador de los ánimos a favor de abrir los estadios, porque, según ha dicho, está aburrido de ver juegos de 14 años atrás, debido a la suspensión de la próxima campaña por causa de la covid-19.

El embrollo comenzó condimentado por el «parón» de los choques de entrenamiento de primavera, el 11 de marzo, previo a la pactada inauguración de la temporada, el 26 del propio mes. Algunos, creyentes de las premoniciones «trumpistas», de que la enfermedad era una gripe o influenza cualquiera, depositaron sus esperanzas en la posibilidad de volver pronto a los terrenos.

Extendida la espera de la mlb, en medio de los ridículos del magnate inmobiliario en sus comparecencias diarias en la Casa Blanca –que lo obligaron a suspenderlas debido a sus recetas inverosímiles de productos nocivos para curar la pandemia– ahora el problema del béisbol en el Norte entró en el momento más difícil de toda su historia, según el criterio de estudiosos de ese deporte.

TANTO TIENES, TANTO VALES

La propuesta de reducir los salarios a los peloteros de la MLB, por parte de los dueños de equipos, ha desatado una controversia entre estos y los jugadores. Ya no se trata, como se valoró semanas atrás, de si los hombres están dispuestos a separarse de sus familias, de tres a cuatro meses, para concentrarse en hoteles de Florida y Arizona bajo restricciones para jugar, o si estaban descontentos porque la posible apertura, después del próximo 4 de julio, sería sin público en las gradas.

Hoy el mejunje es otro: los peloteros que poseen los salarios más altos, como el lanzador Gerrit Cole (Yanquis de Nueva York) o el jardinero Mike Trout (Angelinos de Los Ángeles), se niegan a salir al terreno, porque accederán a un porcentaje menor de sus sueldos originales que alcanzará el 40 %, en comparación con los que recibirán aquellos cuyos contratos son más bajos.

Esa fue la propuesta de los dueños de equipos al sindicato de jugadores de la mlb, quienes aún pretenden más rebajas. Los representantes de los peloteros acaudalados presionan a favor de sus defendidos, mostrando, una vez más que, en el capitalismo, «tanto tienes, tanto vales», como señal de poderío económico para someter a los oponentes.

Todos saben que, de iniciar la campaña 2020 a principios de julio, se han vaticinado pérdidas millonarias. Sin público en las gradas, vendrían en caída libre las ganancias, al no percibirse dinero por las entradas a las instalaciones, desaparecerían los gastos de comida y bebida, no habría pago por empleo del parqueo y ni con lazos se capturaría a los patrocinadores, en una temporada recortada de 162 a 82 partidos.

Por el momento, aunque varios elencos han reabierto sus campos de entrenamiento, los peloteros rechazan las orientaciones de aplicarse baños fríos y calientes antes y después de los partidos, para adicionarle picante a esta realidad que nos recuerda la satírica letrilla de Francisco de Quevedo: «Poderoso caballero es don dinero».