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Juan Quintero ofrece el domingo un concierto por streaming

Bajo el título "Las cosas que me acompañan", el músico tucumano dará el único show solista de 2020, al que se accede a través del sitio PlateaLive.

El músico y compositor tucumano Juan Quintero protagonizará el próximo domingo un recital por streaming que será su única presentación en solitario de 2020 porque, revela, "me reinventé como profesor y asumir que no voy a tocar me da un poco de calma para no estar en una constante espera".

Desde su casa en el barrio porteño de Villa Crespo, el artista que es un vital referente de la escena folclórica argentina apunta que "para abril y mayo tenía el foco de trabajo" pero que tuvo que "asumir" que este año no iba a poder tocar.

En una charla con Télam, Quintero asume: "Voy a dar unos talleres después de tener tiempo de estudiar y de darle forma y darle ganas; mudé digamos, ahora me volví un profesor teniendo la posibilidad de reinventarme en relación con otra gente que no está pudiendo trabajar".

En esa cuerda, el autor, guitarrista y cantante que hace más de dos décadas sostiene el trío folclórico Aca Seca, considera que debido a la pandemia "la emergencia es muy clara, hay mucha gente que la está pasando muy pero muy mal" y que no se olvida de que es "uno de los privilegiados".

Pero enseguida advierte: "Me duele un montón que le den permiso a la gente para que vaya a almorzar en televisión y no podemos tocar dos personas a dos metros. La música se hace así y en estos tiempos no se puede sonar al unísono porque está el delay de la tecnología".

Para mí, algunas cosas no van a ser nunca más las mismas”Juan Quintero

El artista, de 42 años, que se lanzó discográficamente en solitario desde 2002 y ha sostenido dúos con Luna Monti, Luis Pescetti y Edgardo Cardozo, entre otros proyectos, actuará el domingo desde las 18.30 con un recital titulado "Las cosas que me acompañan" para el que el ingreso se obtiene a través de #PlateaLive.

Télam: ¿Cómo surgió la decisión de hacer esta presentación?
Juan Quintero: Yo tengo una relación con la gente que trabaja en el Teatro Picadero y en principio accedí por la cercanía y por la misma sintonía. Lo cierto es que esta cuestión de los vivos desde las casas me genera muchas contradicciones y en principio no sé si estamos haciendo bien y siento una gran resistencia ante el término de "la nueva normalidad" porque esto es una pandemia y estamos peleándola con garra y dientes y ojalá nunca más tengamos que pasar por esta situación. Partiendo de esos términos que son bastante negativos, ahí empiezo a decir "bueno estamos en esta situación y no me voy a hacer el que está alegre por demás y vamos a acompañarnos desde acá a ver qué se construye".

T: ¿Cómo estás planificando el repertorio a partir de estas sensaciones?
JQ: Para evidenciar muchas cosas que son tesoros maravillosos como las llamadas de los amigos, la presencia de la familia, de mi hija acá, el poder ver el sol, el poder tener un techo, ver algunas plantas, el poder tener agua y algunas cosas que son muy pero muy básicas como la unión de los vecinos, esos muy pequeños gestos dentro de las vidas cotidianas del barrio, el valor de una mirada, de un mínimo gesto de aliento. Cosas muy mínimas que cobraron para mí una dimensión fundamental y que se celebran y que te ponen contento y cosas que te duele no tener. A mí me toca armar como micro-homenajes, tirarle onda a todas esas cosas, personas, situaciones, la naturaleza…

T: Están siendo muy duras la pandemia y el aislamiento…
JQ: Yo no le diría que transite la angustia o se quede en su casa, por ejemplo, a alguien que vive en la Villa 31 porque las palabras no valen para todos lo mismo y hay que estar muy atentos a quién le decimos esas palabras y quién las dice. Pero a mí me toca eso de decir ya que nosotros como artistas somos un poco los catalizadores de los sentires. Yo no voy a hacer una defensa de la alegría cuando siento que acá hay muchas cosas superangustiantes y supercontradictorias y estamos poniéndole todo y me encanta ese sentimiento pero desde una aceptación de la realidad. "Mirá todo lo que está pasando, bueno, arriba los corazones", desde ahí; y no decir "la nueva normalidad" y velar estas cosas que son tremendas.

T: Es un tiempo de pérdidas…
JQ: Sin duda. Para mí algunas cosas no van a ser nunca más las mismas después de haber tomado esa dimensión de la importancia de escribir en un papel, de una llamada, de verse cara a cara, de un gesto de aliento.

T: ¿En ese repaso por las cosas importantes aparece el aplauso para el artista?
JQ: Justamente con respecto a lo que decís del aplauso, digo "mirá vos lo acostumbrados que estábamos al aplauso" y tal vez no es tan necesario, bien podría ser una cosa que podríamos revisar. El aplauso se volvió como una cosa muy automática y ahora en este silencio que tengo adentro de mi casa me imagino a alguien aplaudiendo y lo primero que le pediría es "callate, por favor". Creo que algunos de nosotros no volveremos a establecer el mismo vínculo con el escenario, con el público. Hay cosas que se están modificando.

T: ¿El contexto está siendo favorable para crear?
JQ: No estoy componiendo pero el hecho de que tuve que armar estos talleres me está dando un gran impulso y estoy descubriendo sobre mi hacer bastante solitario o en grupos más bien chicos. Esta situación nueva me está llevando a otras dinámicas que me encantan y me están haciendo toda una revisión de mi trabajo que son en un punto un ejercicio de composición también.