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Loreti: "Sin reformas estructurales, los medios están en riesgo"

El abogado, docente y especialista en Política y Derecho de la Comunicación Damián Loreti delineó los desafíos para el periodismo que expuso la crisis por la pandemia de coronavirus y advirtió sobre la necesidad de “reformas estructurales” para garantizar independencia y calidad en el manejo de la información.

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“Sin reformas estructurales la calidad e independencia de los medios estará en riesgo porque el coronavirus llegó en un mal momento como consecuencia de la migración de la pauta publicitaria a plataformas cuyas utilidades no quedan en los países en los que se generan, al tiempo que aparecen nuevos conceptos como la infodemia”, analizó Loreti.

El profesor de la UBA -que este mes ha quedado finalista para el cargo de Relator Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH- agregó que, en el nuevo escenario, "el periodista deberá contrastar la información real versus las que circulan en las redes", y trabajar con "precauciones de bioseguridad" en un contexto de "trabajo remoto que viene para largo".


Télam: ¿Cuál será el rol del periodista después de la pandemia?

Damián Loreti: El futuro de la actividad periodística va a tener las mismas obligaciones que hoy, pero ampliado el mapa sobre el cual trabajar con el incremento de informaciones equivocadas o no, que puedan aparecer en las redes sociales. Además, el periodismo va a tener que convivir con precauciones de bioseguridad en la realización de su trabajo, va a estar complicado el tema del traslado y las coberturas en terreno, y creo que el teletrabajo aumenta la crisis del sector por el desmembramiento de las redacciones.

Los medios públicos van a tener que incrementar su participación en la actividad pública también, y las agencias estatales -actuando como por ejemplo lo hizo Télam- con la caja de herramientas que habilitó la posibilidad de que se confronten informaciones que no son veraces vinculadas al tema del coronavirus.


T: -¿Cómo ve el periodismo postpandemia?

DL: -En una situación totalmente crítica, con un mercado destrozado, donde a una buena parte del periodismo ni siquiera les llega las ATP, porque no hay relación de trabajo y donde sólo en algunos casos, por ser monotributistas, alguno ha cobrado el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).

Además, el sector es de difícil recuperación porque viene de un contexto donde la publicidad, que en una época sostenía a los medios abiertos y fue migrando al cable, empezó a dirigirse hacia las plataformas digitales, con el agravante de que éstas rara vez dejan dinero en el país.

Por lo tanto, hay un problema estructural que es agudizado por la pandemia. Los representantes de la Unesco dicen que hay una crisis de los medios hacia el futuro. Una crisis de sustentabilidad que excede a la pandemia.

Hablan de un riesgo en la calidad de los medios independientes y de la posibilidad de un retroceso en las condiciones de empleo.

En algunos países se necesitan reformas estructurales como en Argentina, y en otros, reforzar la pauta que ya existe bien distribuida. Nosotros tenemos incluso el agravante de que en los últimos cuatro años se hizo una pésima distribución de la pauta y hay expectativa de que eso se recupere.


T: -Algo contradictorio para una profesión declarada “esencial”.

DL: Hay varios servicios declarados esenciales porque tienen que ver con la satisfacción de derechos de las personas. En tiempos de pandemia se plantea, además, cómo fortalecer la conectividad a nivel universal y se hace hincapié en la importancia del derecho de acceso a la información, y a contenidos.

Hay problemas para resolver la obtención de datos confiables, tanto del ciudadano como del Estado, tanto a nivel nacional como regional.


T:-Usted propone un proyecto de Iniciativa al Pluralismo y Diversidad. ¿De qué se trata? ¿Da respuestas a estas cuestiones?

DL: -Sí, se trata de una iniciativa para reponer situaciones de asimetría estructural como, por ejemplo, el tratamiento de los impuestos. Podemos citar el caso de Tiempo Argentino, la cooperativa compra el papel, genera un crédito fiscal, pero no puede descargar cargas sociales porque tiene trabajadores cooperativistas. Ese es al menos uno de los temas que abarca el proyecto. Ibamos a hacer una presentación pública el 21 de marzo pasado, pero la pandemia paralizó todo.

La razón de ser de la regulación de los medios de comunicación, de acuerdo al derecho internacional, es la garantía del pluralismo y la diversidad. Entender esto como una garantía para los derechos humanos no sólo es importante en un contexto de gran concentración, sino que es un correlato del estado de la democracia.


T:-¿Qué margen queda para la libertad de expresión?

DL: -La libertad de expresión debe ser plena, independientemente de que el trabajo del periodista esté alterado. Hay derechos que lamentablemente quedaron reducidos como por ejemplo la libertad a la protesta teniendo en cuenta que la falta de presencialidad en los ámbitos de trabajo conspira contra los trabajadores de los medios de comunicación. En cambio, para la libertad de expresión hay otras instancias y mecanismos que permiten de todas formas tomar la voz pública. Puede ser a través de las redes que, es cierto, deriva en otros problemas.


T: -¿Cuáles?

DL:- La ciber vigilancia, los seguimientos. Por otra parte, de acuerdo a la CEPAL, el 43% de la población no tiene banda ancha, con lo cual hay un problema serio. Por el contrario, cuando el acceso a la conectividad está garantizado aparece otro tema que es el de la credibilidad y ahí es donde empieza a tomar mayor valor el rol del periodismo a la hora de manejar datos confiables.

La OMS empezó a hablar de la Infodemia, una mezcla entre la difusión de las fake news hechas a propósito y datos publicados por error o descuido. Por eso es importante buscar información confiable que a veces ni los propios gobiernos pueden dar. En ocasiones porque no se han sentado a armar reglas genéricas, y en otras, por directa manipulación.

Los diarios españoles dudan del modo en que el gobierno de España cuenta los casos de coronavirus; en Uruguay, hubo críticas diciendo que los datos que se daban no estaban desagregados; en Brasil, los trabajadores de prensa no quieren cubrir el Palacio de la Alvorada porque dicen que no hay garantía de salud porque el sector presidencial no toma medidas de prevención en la cobertura de la información.

A lo largo y ancho de América Latina hay reclamos.