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Protagonistas de la papa (2): Alejandro Lua Quispe y las papitas de la Nueva Esperanza

Para numerosos agricultores, la cuarentena nacional significa iniciar actividades que antes correspondía a los mayoristas para que su producción no se pierda. Mañana se conmemora el Día Nacional de la Papa.

José Vadillo Vila

1.
Mientras el camión lo devuelve a su querida Nueva Esperanza, la voz de Alejandro Lua Quispe traquetea con el movimiento de las llantas, se interrumpe con la radioemisora que zapatea huainos en quechua y noticias cansinas del fregado coronavirus. Ahora la señal se pierde, va y vuelve por el serpentín que avanza como silueta de víbora, pero me jura Alejandro que es un hombre feliz. Está satisfecho con los resultados de sus ventas.

-He traído (a Lima) 15 toneladas de papas huayro, peruanita, canchan, yungay y amarilla. Vairadito. He ido a diferentes lugares vendiendo. He avanzado nomás. Gracias a Agro Rural por este apoyo que me han dado.

Enumera los lugares donde ha llevado estos días sus papas con los mercados itinerantes #DeLaChacraALaOlla del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri): Pamplona Alta, Rinconada, Manchay, Carabayllo.

-¡Me han hecho acabar la cosecha de mis papitas! Hay apoyo de los municipios, de Agro Rural. Sí, gracias.
-¿Y qué me dice de las medidas de bioseguridad? -pregunto.
-Las cumplimos para participar; vendemos con las mascarillas, respetamos la distancia social.

Alejandro dice que llevó a Lima sus 15 toneladas de papas con miedo a fracasar, porque si las papas se quedan, empiezan a “picarse”, señito, y nadie va a querer papas picadas, y no le iban a pagar lo que el proyectaba para llevar a casa, donde le aguardan sus tres hijos.

Temerle al fracaso es parte de la vida de los hombres de campo. “Hay años que he fracasado y ni siquiera el capitalcito sacamos”, dice entre traqueteos, volviendo a casa feliz.

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2.
Alejandro viaja con sus 51 años al lado del chofer, que pisará el acelerador durante 24 horas. Sí un día de viaje separan Lima –la capital de 31 millones de paperos– del centro poblado de Nueva Esperanza, perteneciente al distrito de Santa María de Chicmo, a 3,262 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Andahuaylas, Apurímac, tierra de ríos profundos, de José María Arguedas y de buenas papas, cómo no.

-Antes al mayorista, vendíamos. Pero ahora el mayorista está parao’. El costo para sembrar es caro pero con el precio que nos daban, estábamos. Gracias a Agro Rural, he vendido mis papas.

Lo vuelve a decir porque en un país de promesas incumplidas, llegó el presidente de una institución (el nombre se pierde entre los zigzags de la cordillera) y le dijo que venderían todas las papas que llevaría a Lima. Que lo apoyaría, “y gracias a este señor he contado con personas que me han apoyado para hacer mis ventas”, dice.

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3.
El señor Lua Quispe es huérfano de padre, quien también, como él, fue productor del tubérculo que alimento a incas, chancas y pocras. Y, así, sembrando mi papita nomás, como me dice, aprendió a ganarse la vida. Sembrando su papita, Alejandro Lua mantiene a su familia, a su señora, a sus tres hijos.

-Todavía tengo mi siembra, mi esposa está haciendo ‘escarbar’, allá en Nueva Esperanza.

La del campo es una vida 180 grados distinta a la del hombre citadino, que estudia una carrera y cobra su fin de mes fijo mientras tenga trabajo, ahora tan escaso por el mentado coronavirus.

En cambio allá, en Nueva Esperanza y otras zonas rurales de los Andes eternos, los hombres siembran distintas variedades de papa, las manos y los pies en las ojotas se ajan bajo los rayos del inti.

“Hay años que nos va bien; otros, no tanto”, cuenta Alejandro. A veces, pagan bien por las cosechas. Por ejemplo, el 2019 obtuvieron buen precio los productores de Santa María de Chicmo. Este año, están vendiendo sus cosechas barato, cuenta.

En otros calendarios, las cosechas se malogran. O les pagan poco. O, simplemente, no llegan los compradores. Por eso el mayorista se aprovecha. Es su realidad. Y a los agricultores les ofrecen lo que quieren.

Y ya se corta de nuevo la señal en otra curva y nos despedimos; él en su camión rumbo a Nueva Esperan, yo en Lima, terminando esta historia para irme a almorzar mi estofado con mi arenosa papa yungay en la otra habitación. Buen provecho.

Datos:
Mañana, sábado 30, se conmemora el Día Nacional de la Papa, instaurado por el Minagri hace 15 años.

El Perú cuenta con más de 3.000 variedades conocidas, de las cuales comercialmente se siembran cerca de 70,000 hectáreas.

En el 2019, el Perú fue país líder en Latinoamérica en producción de papa, con 5.3 millones de toneladas.

El consumo de papa se ha incrementado de 76 kilos por persona en el año 2005, a 89 kilos el 2018. Se proyecta los 92 kilos per cápita para el 2021.