Diálogos de pandemia: las gestiones y dilemas del Frente Amplio para definir sus alianzas futuras
by Macarena SegoviaPasada la "novedad" del Frente Amplio (FA) como el nuevo actor político, los últimos dos años no han sido fáciles para la coalición opositora. Tuvo un complejo debut en las ligas mayores del Congreso, discrepancias políticas internas y, desde el estallido social de octubre, una serie de renuncias y fracturas que lo han golpeado fuerte. En el conglomerado reconocieron que se ha removido "la esencia del proyecto" y, por eso, ahora están en la definición de los posibles aliados para transitar la ruta del nuevo ciclo político-social en que entra el país, el proceso constituyente y el intenso cronograma electoral de los próximos dos años.
En solo seis meses, el Frente Amplio se hizo menos amplio, porque cuatro de sus organizaciones dejaron la coalición y quedó el tronco ligado a los cimientos del Movimiento Estudiantil. Comunes, La Convergencia, Liberales y Revolución Democrática, se convirtieron en el centro de las críticas de sus exmiembros, como la diputada Pamela Jiles, parte del Partido Humanista y el diputado Renato Garín (otrora RD), que resaltó la fórmula de aportes de sus parlamentarios con la que se sustenta el partido. A esto, se suman críticas de algunos que se mantienen dentro del FA, como el alcalde Jorge Sharp, quien dejó La Convergencia tras el acuerdo político constitucional del 15 de noviembre.
Ya amainada la tormenta de renuncias y acusaciones internas, en el conglomerado han comenzado a reactivarse las conversaciones y el trabajo social, con una pregunta como eje: cómo ampliar el Frente Amplio.
Algunos sectores, transversales a Comunes y La Convergencia, apuntaron a que es necesario desbordar la actual coalición “no con la lógica de quebrarlo, sino que desde el Frente Amplio impulsar una nueva alianza”, lo que no necesariamente signifique que organizaciones sociales y políticas entren formalmente al bloque político. El objetivo es que un nuevo pacto pueda ser un interlocutor válido dentro del ciclo político que se abrió tras el estallido de octubre y afronte el proceso constituyente como las próximas elecciones. Sin esta apertura, aseguraron en el conglomerado, “el FA está destinado a ser solo un grupo parlamentario, que es igual al fracaso”.
Desde otro sector frenteamplista –principalmente Revolución Democrática, Liberales y parte de La Convergencia– consideraron que hay que fortalecer el FA como el espacio apto para dar la disputa política y social, que las fuerzas sociales que se han ido articulando estos meses a nivel territorial encuentren en la orgánica de la coalición un espacio de coordinación y confianza. Esta apuesta chocaría con la idea de que el núcleo político del Frente Amplio esté solo compuesto por partidos constituidos legalmente, uno de los requisitos “más principistas que defienden los liberales”, explicaron internamente.
Otro espacio con el que se han tenido conversaciones informales es “Unidad Para el Cambio” (UPC), conformado por la Federación Regionalista Verde Social, el Partido Comunista, el Partido Progresista y la Izquierda Libertaria (otrora miembro del FA), que es visto como un aliado estratégico tanto para el proceso constituyente como para el período electoral, y es en ese tono que se estarían dando los primeros acercamientos. Los problemas estarían en la fuerza política del PC, que a pesar de ser visto constantemente como un “aliado” para el Frente Amplio, también hay cierta distancia por el temor a que “podría comerse al FA, incluyendo a RD”.
La única claridad transversal que hay en el FA es que los cuatro partidos –Liberales, RD, Comunes y La Convergencia– son “insuficientes” para afrontar todos los desafíos políticos y electorales de los siguientes dos años. La presidenta de Comunes, Javiera Toro, dijo que “el Frente Amplio, como está constituido hoy día, no es suficiente para los problemas del país” y afirmó que han “abierto conversaciones con distintos actores, abriendo diálogo con organizaciones que han ido surgiendo a raíz del estallido social. La manera concreta en que se expresen no están determinadas de antemano. Desde Comunes evaluamos que, si se quiere que el Frente Amplio sea el proyecto para este nuevo periodo de fuerte reorganización de la política, las alianzas pueden tomar distintas formas”.
Algunos movimientos y partidos en formación están en conversaciones con los frenteamplistas y la mesa nacional del conglomerado está evaluando el ingreso del movimiento UNIR, conformado por exmilitantes del Partido Socialista, como el diputado Marcelo Díaz, el alcalde de Independencia Gonzalo Durán, y que es coordinado por Lorena Fries, exdirectora del INDH.
También han habido diálogos con el partido en formación "Fuerza Común", liderado por el abogado Fernando Atria, con el Partido Feminista y con James Hamilton, fundador del Partido para Todxs.
Las conexiones del diputado Díaz con el mundo frenteamplista llevan su tiempo. Su cercanía con el alcalde Jorge Sharp, quien dejó el partido La Convergencia tras el acuerdo del 15 de noviembre, además de otros dirigentes de Comunes y La Dirigencia, constituirían un “camino avanzado” para concretar su ingreso al FA. Algo que sería de ayuda para el propio jefe comunal de Valparaíso, ya que UNIR podría apoyar su candidatura para la reelección, la que aún no ha sido confirmada por el equipo electoral del FA, en el cual solo participan partidos políticos.
La piedra de tope radicaría en el Partido Liberal y en parte de RD, porque no existe consenso en dejar que UNIR sea parte del núcleo político del Frente Amplio. Esto, porque su ingreso podría complicar algunas conversaciones con el PS y hay resquemores por el "carrete político" que tienen algunas figuras de UNIR, el que "puede arrasar con otros partidos del FA”. Pero también hay quienes ven en UNIR la posibilidad de consolidar una izquierda más tradicional en la coalición, la que quedó “al debe” luego de que varias fuerzas se alejaran en los últimos meses.
Dentro de estas negociaciones, también se ha tenido presente el rol de la periodista y excandidata presidencial, Beatriz Sánchez. Actualmente su principal respaldo al interior del FA sería el Partido Liberal. Desde las otras colectividades señalaron que Sánchez es una figura relevante al interior del bloque, que es "fundamental para la nueva etapa", un "rostro de nosotros", pero que no cuenta con un cargo formal. Por el momento, explicaron, el trabajo junto a ella se ha mantenido desde una conexión estratégica y programática, "más que un trabajo partidario".
Para las fuerzas que han dejado el conglomerado, “la marca del Frente Amplio resta”. Desde el Partido Igualdad afirmaron que hoy son parte del “Comando Apruebo Chile Digno”, en el que han decidido “dar un apoyo crítico al proceso de nueva Constitución, nos hemos pronunciado por el Apruebo y la Convención Constituyente marcando 'AC' en las dos papeletas”, explicó su vicepresidente, Manuel Retamal. Agregó que en su último Encuentro Nacional de Comunales se mandató a la comisión de relaciones políticas y a la electoral, “a buscar la unidad en alianza electoral con todas las organizaciones políticas progresistas, antineoliberales, revolucionarias y anticapitalistas que no firmaron el acuerdo del 15 de noviembre del 2019”.
El diputado Tomás Hirsch es parte del comité mixto-independiente, que es integrado por las diputadas del Partido Comunes y el diputado liberal Vlado Mirosevic. Recordó que el grupo de militantes con los que dejó el Partido Humanista fueron “parte de la crítica hacia el Frente Amplio: que había un problema serio y profundo tras el acuerdo por una Nueva Constitución”, y recalcó que esta nueva corriente humanista no tiene como objetivo entrar a un partido ya constituido, tampoco reintegrar el FA. “Aspiramos a fortalecer nuestros vínculos con distintas orgánicas partidarias. "Tenemos un buen diálogo con Jorge Sharp y su gente, tenemos planificada una reunión con partidos del Frente Amplio, hemos conversado con el Partido Comunista y vamos a seguir teniendo diálogos, en aras de hacer vínculos, pero de ninguna manera con el objetivo de integrarnos a alguna orgánica. No estamos pensando en retornar al Frente Amplio, nada por el estilo”, sentenció.
Al centro o la izquierda
Un espacio más amplio que el Frente Amplio es “Que Chile Decida”, una especie de comando constituyente que se levantó después del estallido social, con el objetivo de lograr unirse con las asambleas y espacios sociales organizados que nacieron tras las movilizaciones. La diputada y presidenta de La Convergencia, Gael Yeomans, detalló que “se han incorporado organizaciones sociales y locales, que tienen un trabajo de contacto estrecho con la gente. En eso hemos ido ampliando el círculo, eso es fundamental para nosotros y para pensar la nueva Constitución”.
Yeomans destacó que “para el FA es necesario generar una fuerza que represente intereses de transformación en la sociedad y, para eso, estamos disponibles a conversar con todos quienes estén en lo mismo. Primero, se deben tener conclusiones comunes y que eso se vaya construyendo a partir de acuerdos programáticos (...). No queremos reiterar errores del pasado y que fracasen por no tener acuerdo del programa, eso es fundamental”.
Es en este debate abierto que las distintas apuestas de alianzas de los partidos frenteamplistas chocan, ante la pregunta de hacia dónde crecer. El esfuerzo levantado a partir de “Que Chile Decida”, para el grupo más de “izquierda” dentro del FA, es visto como una oportunidad para convocar a sectores territoriales y movilizados que “no logran ver" en la coalición un aliado, tras la firma del acuerdo constitucional del 15 de noviembre.
Hay fuerzas como RD y los liberales que también verían con atención una posible alianza estratégica con partidos de la antigua Nueva Mayoría, como el PS, sin necesariamente dejar a un lado el trabajo territorial. Pero una alianza electoral con los socialistas podría estar condicionada por la integración de exsocialistas al frenteamplismo, además de la posibilidad de que UNIR se sume a una alianza electoral con Fuerza Común. Desde el FA afirmaron que cualquier acuerdo con fuerzas de la otrora Concertación significaría “un gran error” e iría en contra del principio de construir “algo nuevo”.
Otro espacio con el que se han tenido conversaciones informales es “Unidad Para el Cambio” (UPC), conformado por la Federación Regionalista Verde Social, el Partido Comunista, el Partido Progresista y la Izquierda Libertaria (otrora miembro del FA), que es visto como un aliado estratégico tanto para el proceso constituyente como para el período electoral, y es en ese tono que se estarían dando los primeros acercamientos. Los problemas estarían en la fuerza política del PC, que a pesar de ser visto constantemente como un “aliado” para el Frente Amplio, también hay cierta distancia por el temor a que “podría comerse al FA, incluyendo a RD”.
Durante la próxima semana, la mesa nacional del Frente Amplio podría tomar definiciones respecto a la integración de UNIR al conglomerado.
Bajo la mesa
En el Frente Amplio hay consenso en que no están dispuestos a correr con los costos de forzar un nuevo Acuerdo Nacional, con las características del convocado por el senador José Miguel Insulza (PS) y el presidente de RN, Mario Desbordes. Pero sí asistirán a la convocatoria realizada por el Gobierno, la que fue coordinada a través de las gestiones del ministro del Interior, Gonzalo Blumel. Primero, optaron por una fórmula basada en una mesa de economistas en representación de los partidos y el Colegio Médico, que armó una propuesta sustentada en principios económicos y salubristas, en medio de la pandemia por el coronavirus. Luego, Blumel logró levantar una nueva reunión con los presidentes y las presidentas de partido, quienes tendrán un encuentro vía Zoom hoy.
A pesar de que el ministro señaló que “nadie debe restarse”, en la práctica no ha sido tan así. El Frente Amplio no fue invitado a la instancia con el Colmed, y para la reunión de hoy, el Gobierno solo consideró a RD, con el criterio de que dicha colectividad es la única de la coalición con un representante en la comisión de Hacienda: el diputado, Giorgio Jackson.
Eso gatilló que el diputado Vlado Mirosevic ayer cuestionara las intenciones y criterios de La Moneda. "Ni tan diálogo ni tan nacional. @GobiernodeChile nos acaba de informar que como @Liberales_Chile no estamos invitados a participar del 'acuerdo nacional', a pesar de haber mostrado nuestra disposición. El Presidente @sebastianpinera debe ser honesto, ¿es realmente con todos o no?", rezaba un tuit del parlamentario ayer en la tarde.
El FA solicitó un diálogo político y social, en donde se convoque a distintos actores. Por medio de un comunicado, plantearon que La Moneda debe ser capaz de establecer pisos mínimos, como tener una nueva estrategia sanitaria, democrática y transparente, renta básica de emergencia sobre la línea de la pobreza y protección al empleo.
La diputada Yeomans recalcó que es necesario separar aguas y dejar en claro que este diálogo no es por un nuevo pacto social, sino que se acota a la crisis económica y por el COVID-19 que vive el país: “No vamos a estar con los partidos que quieran quitarle peso al proceso constituyente. Nosotros vemos en estas intenciones, de un nuevo pacto social fraguado entre unos pocos, una idea de los mismos partidos que han gobernado durante los últimos 30 años con una política de los consensos, desde la cual nace la movilización del 18 de octubre. Al contrario el proceso constituyente es la forma en que se va a acordar el nuevo pacto social, no con acuerdos por arriba. No tenemos la disposición de dialogar en esos términos con nadie”.
Toro, en tanto, hizo hincapié en que “el acuerdo social no va a surgir de la ex Concertación, todas las fuerzas de izquierdas defienden el proceso constituyente como la instancia democrática y de participación donde se defina el nuevo pacto social. Distinto es afrontar las urgencias de la crisis económica. En ese sentido, esperamos que el Gobierno cambie el rumbo y deje de estar tan empecinado en respaldar su proyecto ideológico”.
Una preocupación al interior de algunos sectores del Frente Amplio es que la alianza entre el Gobierno y exconcertacionistas opte por dejarlos “fuera del tablero” político más tradicional, un ámbito que es parte de los espacios de disputa que tiene el conglomerado como principio, “pero no el único”, precisaron.