Ginés González García, internado: ¿Qué es un hematoma subdural?
Se diagnostica mediante una tomografía computada o resonancia magnética. Si se la trata a tiempo, es una patología benigna.
El hematoma subdural es una colección de sangre acumulada entre la cubierta del cerebro conocida como “duramadre” y el cerebro, propiamente dicho. Esta condición podría derivar, por ejemplo, en convulsiones y/o epilepsia.
En el espacio subdural donde se original el coágulo, hay conjuntos de arterias y venas. A veces, se rompe una de ellas y la sangre se junta en esa zona. Esa misma colección puede reunir aún más sangre y aumentar el volumen del coágulo que puede volver a sangrar si es crónico. Así, la patología se reagudiza.
“Dentro de las patologías neuroquirúrgicas es la más benigna. La morbilidad podría aumentar si el paciente tiene otras enfermedades de base”, explica a Con Bienestar el neurocirujano Pedro Lylyk (M.N. 44.976), director médico de la Clínica Sagrada Familia.
“Depende de la zona del cerebro donde se origine este hematoma o colección de sangre será la gravedad de las conductas. Si se acumula en la zona motora, puede derivar en convulsión o en una parálisis, por ejemplo, del brazo”, agrega.
Si se origina en el área donde se encuentra la sensibilidad, puede conducir a una parestesia u hormigueo de las manos, brazos o piernas.
El hematoma subdural debe ser observado recurrentemente por un médico neurólogo para controlar y evitar que los coágulos aumenten.
Causas
Puede producirse por un trauma o contusión en la cabeza. También por diversos problemas en la coagulación de la sangre.
Síntomas
Los más recurrentes son dolores de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, desmayos, confusión, problemas de dicción, debilidad muscular, dificultad para tragar, somnolencia y alteraciones en la memoria.
Diagnóstico
Se diagnostica de dos formas: tomografía computada, un método rápido y sencillo. También por resonancia magnética, lleva un poco más de tiempo. Entre 15 y 20 minutos.
El diagnóstico es inmediato ni bien finaliza el estudio. En función del estado neurológico asociado a las imágenes tomadas del paciente, el médico determinará el tratamiento.
Tratamiento
Dependerá de la cantidad de sangre que se haya acumulado en la cubierta del cerebro. Puede variar. Si el hematoma es sintomático, puede mejorar con medicación para evitar los dolores de cabeza y las convulsiones. También, se corrige el estado de la sangre y plaquetas.
Si esto no alcanza y la enfermedad neurológica está avanzada, habrá que realizar una intervención quirúrgica: “Puede ir desde un simple orificio en el cráneo para drenar y sacar ese coágulo a otras un poquito más complicadas llamadas craneotomías. Se hacen dos o tres orificios y se absorben estos coágulos”, concluye Lylyk.