https://static.lasprovincias.es/www/multimedia/202005/27/media/cortadas/LF2MGXA1-RxhRUpM3xqq2jTVknDIIBgJ-624x385@Las%20Provincias.jpg
El joven tras su detención por parte de la Guardia Civil. /Jesús Signes

La fiscalía pide prisión permanente revisable al joven que violó y mató a una menor en Chella

El acusado lanzó el cuerpo de la víctima, envuelto en una alfombra, a una sima de 30 metros de profundidad

by

Uno de los crímenes más horrendos del último lustro ha sido el protagonizado por el joven Rubén Maño. El caso reúne los peores ingredientes de la crónica negra. Una víctima menor, una agresión sexual, una violencia atroz sobre la joven y, por último, el ocultamiento del cadáver en una sima. Ocurrió enChella, en la Canal de Navarrés, donde todo el mundo se conoce.

Los hechos sucedieron en octubre de 2016. El ahora acusado se enfrenta a la prisión permanente revisable, una condena que le supondría estar un mínimo de 25 años de prisión antes de ser sometido a una evaluación para poder recuperar la libertad. Maño contactó con la joven Vanessa, conocedor de que era menor de edad, para que acudiera al antiguo domicilio de su familia. No le dijo que estaba solo sino en compañía de unos amigos para que la adolescente se confiara. Una vez en la vivienda, el acusado descubrió sus intenciones: sólo pretendía mantener relaciones sexuales.

La negativa de la menor, siempre según el relato de la fiscalía, sólo condujo a una lluvia de golpes. A continuación, ya aturdida por la violencia que había ejercido sobre ella, la llevó al piso superior. Allí fue violada. El acusado actuó movido por su "superioridad y dominación masculina", precisa la fiscal. De hecho, recuerda que esa misma noche, a través del WhastApp había enviado varios mensajes a otras mujeres, pero fue Vanessa la primera que le contestó. Maño decidió terminar con su vida ahogándola. Apenas pudo oponer resistencia debido a los golpes que había recibido.

Minutos más tarde se puso en contacto con un amigo a quien pidió que le dejara el coche y "no le preguntara los motivos". Eran casi las once de la noche cuando el vecino acudió a casa del acusado, estacionó el automóvil en la puerta y entró al inmueble. Mientras, el autor de la muerte envolvió el cuerpo de la víctima en una alfombra y lo introdujo en el maletero. Se dirigió a una de las simas que rodea el municipio, de unos 30 metros de profundidad, y arrojó el cadáver.

Los hechos, según la fiscalía, son constitutivos de un delito de agresión sexual por el que reclama 15 años de prisión. Considera en este caso que se da la agravante de discriminación por razón de género. Además, califica un asesinato por el que solicita que se le imponga la prisión permanente revisable. Solicita una indemnización para los padres de 100.000 euros.

La acusación particular, que ejerce el despacho Molpeceres-Colomer, subraya la actuación posterior del acusado que tras deshacerse del cuerpo, regresó a su casa y escondió las pertenencias de la joven como, por ejemplo, el teléfono móvil con tal de dificultar la investigación. Además, trató de construirse una coartada para eludir su responsabilidad.

Un jurado popular será el que decida la suerte del acusado. La defensa del joven pide que sea condenado a cuatro años porque actuó bajo el efecto de las drogas. Asegura que todo comenzó con una discusión y que el acusado la cogió para que no gritara. No fue consciente de la fuerza que estaba ejerciendo sobre ella por el consumo de los estupefacientes. Maño tenía 21 años cuando cometió el crimen. Lleva cuatro en prisión provisional.