Los casos de polio y sarampión podrían aumentar tras la interrupción de los programas de vacunación
by Jan Hoffman, c.2020 The New York Times CompanyLa interrupción generalizada de los programas de inmunización rutinaria en todo el mundo durante la pandemia de coronavirus está poniendo en riesgo a 80 millones de niños menores de 1 año de contraer enfermedades mortales que pueden prevenirse con vacunas, según un informe presentado el viernes por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y Gavi, la Alianza de Vacunas.
Los grupos realizaron encuestas en 129 países pobres y de ingresos medianos, y descubrieron que 68 de ellos habían interrumpido en cierto nivel los servicios de vacunas en clínicas y por medio de campañas de vacunación a gran escala.
Por ejemplo, las iniciativas para prevenir el sarampión se han suspendido en 27 países, entre ellos Chad y Etiopía, y los programas de prevención de la polio están suspendidos en 38 naciones, incluyendo a Pakistán y la República Democrática del Congo.
Muchos expertos en salud pública dicen que les preocupa que las muertes por enfermedades como el cólera, el rotavirus y la difteria puedan superar por mucho las provocadas por la COVID-19.
El informe destacó las advertencias sobre la polio, que hace poco prácticamente se había erradicado, una victoria conseguida con mucho esfuerzo que derivó en programas masivos de inmunización que llegaron a vacunar a millones de niños.
Seth Berkley, director ejecutivo de Gavi, afirmó que los países en vías de desarrollo habían logrado grandes avances en cuanto a la inmunización contra múltiples enfermedades en años recientes. Antes de que se desatara la pandemia, dijo, había más niños protegidos contra enfermedades prevenibles con vacunas en más países de lo que jamás se había visto.
“Debido a la COVID-19, este gran progreso ahora está bajo amenaza, lo cual implica el riesgo de que resurjan enfermedades como el sarampión y la polio”.
Es crucial reanudar los programas de inmunización no solo para prevenir que haya más brotes de enfermedades letales, afirmó: “También garantizará que tengamos la infraestructura necesaria para administrar una posible vacuna contra la COVID-19 a una escala global”.
El problema de las tasas decrecientes de vacunas no se limita a los países en desarrollo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informaron que los índices de cobertura en todas las inmunizaciones infantiles entre los bebés de Míchigan habían disminuido por debajo del 50 por ciento. La ciudad de Nueva York anunció que, durante un periodo de seis semanas del cierre de emergencia por la pandemia, la cantidad de dosis de vacunas que se habían administrado a los niños se redujo un 63 por ciento, en comparación con el mismo periodo el año pasado.
Según los ministros de salud y los proveedores de salud en los países encuestados, hay varias razones que justifican estas interrupciones.
A fines de marzo, hasta un 80 por ciento de los vuelos que salen a África para entregar vacunas y jeringas se canceló. Los trabajadores del sector salud que administran vacunas han temido continuar sus labores con los suministros que tienen a la mano, dado que no tienen el equipo de protección necesario. Los padres han tenido miedo de llevar a sus hijos a las clínicas de salud. En muchas áreas, todos los establecimientos están incluidos en el cierre de emergencia. Y miles de trabajadores de salud que, en otras circunstancias, estarían administrando vacunas ahora han sido reasignados a contribuir a la respuesta a la COVID-19.
Los expertos en salud pública a nivel internacional, incluida la OMS, en un inicio habían recomendado que los programas masivos de vacunación en particular se suspendieran mientras la pandemia estaba en su punto álgido a fin de evitar una mayor propagación del virus por las largas filas de niños que esperaban ser vacunados.
Sin embargo, los funcionarios ahora están iniciando un análisis cauteloso de riesgos y beneficios. Con base en la evidencia de que la COVID-19 ha brotado de manera impredecible en todo el mundo, puesto que varía no solo de país en país sino al interior de las fronteras nacionales, la Iniciativa Global de la Erradicación de la Poliomielitis, un consorcio de organizaciones internacionales, está instando a los países a evaluar de cerca sus propias situaciones y diseñar estrategias alternativas para administrar vacunas de manera segura durante la pandemia lo antes posible.
Debido a la pandemia, Nigeria, que iba por buen camino para certificarse como territorio libre del virus natural de la poliomielitis, tuvo que cancelar dos campañas de vacunación contra la polio en áreas identificadas donde, de otra forma, se habría vacunado a un total de 37,6 millones de niños.
Las campañas nigerianas requerían que los trabajadores de salud fueran de puerta en puerta.
“No podíamos exponer a los vacunadores”, declaró Anis Siddique, director de inmunización para UNICEF en Nigeria, acerca de por qué se suspendieron los programas.
Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, habló sobre el terrible cálculo que los países deben hacer para determinar cómo proceder.
“Si bien las circunstancias tal vez requieran que pongamos en pausa algunas iniciativas de inmunización por ahora”, declaró, “estas vacunaciones deben reanudarse lo antes posible si no queremos arriesgarnos a intercambiar un brote letal por otro”.