Juana Bacallao: Mi vida es la lucha (+ Fotos y Videos)
Para celebrar los 95 años de la gran Juana Bacallao, JR publica una entrevista que le concediera en 2005, a raíz de una visita que la diva realizara para festejar el aniversario 40 de la Editora
by José Luis Estrada BetancourtDescendió del auto a la usanza de las reinas. Avanzó por el estrecho pasillo, como si estuviera cubierto por una larga alfombra roja, luciendo unos zapatos que retaban el brillo del sol. Ese día andaba ataviada discretamente: saya larga y negra; blusa de idéntico color con una pechera de hilos plateados y rosados, y una inmensa pamela. Caminó hasta el final del corredor con paso firme, contoneándose y segura de la efusiva ovación que le tributarían los trabajadores de JR, porque ellos sabían que al diario había llegado la showoman de Cuba: Juana Bacallao.
Lo que vino después el lector lo puede deducir: la gloria. Y es que la criollísima Juana derrochó ese talento innato que hace disfrutar de su voz singular y gracia sin igual, sus dicharachos y ocurrencias, esos que regala a cada rato, porque la Bacallao posee una energía envidiable, al punto de que no queda una parte de su cuerpo que no cante o baile Yo soy Juana Bacallao, Espíritu burlón o Siguaraya.
«Ya se estaba comentando, tú sabes cómo es la gente de chismosa, que Juana no iba a venir. Siempre hay un chisme sobre mi figura... envidiosa que es la gente. Pero a través de los años sigo siendo Juanita luchando», dijo en cuanto llegó a la Redacción, acompañada de su grupo Tiembla la tierra y su director general, Armando Guerra Sarduy, así como de Maricela Dueñas, su representante. El motivo de la visita fue el homenaje que la popular artista quería rendir al aniversario 40 del diario.
—Su verdadero nombre es Nerys Amelia Martínez Salazar...
—Yo tengo dos nombres, uno para cuando me vayan a enterrar y otro artístico que me lo puso Obdulio Morales.
—Ya Juana lleva siete décadas actuando en escenarios del mundo y el pasado 26 de mayo cumplió años...
—Mira, deja eso, porque el problema es que los años... El pueblo sabe la vida del artista y guarda pedacitos de periódicos; y de momento te pasa como a mí en la gira que hice por el país, que una mujer mayor viene con un recorte y me dice: «mire, Juana, esto fue cuando usted vino aquí con Arredondo», porque así hacen siempre los admiradores.
En el momento en que el Comandante de la Revolución Juan Almeida le entregó la Réplica del Machete Mambí del Generalísimo Máximo Gómez, Foto: Franklin Reyes
—¿Por qué se le ve tan poco últimamente?
—A Juana nunca se le ve, ¿verdad? Siempre está en su apartamento. Tiene que ser cuando la llaman, porque Juana es una persona que parece más catedrática que artista. Exacto. Por eso quiero decirles que me siento muy feliz y muy dichosa de compartir con ustedes. No quiero hablar de tristezas, porque el pueblo ya sabe la vida de Juana. El arte es una cosa de naturaleza porque yo nunca he estudiado música.
«Y mientras esté entera cantaré para mi pueblo que me adora», asegura la Bacallao. Foto: Roberto Morejón
«Yo empecé luchando, una niña muy bien criadita en el colegio de monjas de Las Oblatas. Cuando una pierde la madre y el padre, ya no vale nada, y sí hay egoísmo cuando una tiene un barracón. Quiero decir que he sido, ustedes saben, una mujer muy luchadora y decente. Tuve que batirme».
«Juana es una persona que parece más catedrática que artista». Así se ve la gran artista. Foto: Franklin Reyes
—Si no estudió música, ¿cómo toca piano, tumbadoras...?
—Esas son cosas de la naturaleza. El arte se estudia, porque si los músicos no estudian no pueden tocar un instrumento. Yo hago los números míos. Ahora mismo llegué de México, y estuve con el chiquitico. ¿Cómo se llama? Nelson Ned, que estaba en el show. Yo no tenía una foto ni nada, sin embargo, él mandó a poner un cartel cuando vio los aplausos y el éxito. Y apareció todo, gracias a mi lucha y a Armandito. Porque ustedes saben que yo era muy pobre. Yo no soy rica, no vaya a ser cosa que rompan la ventana de madrugada, porque la humanidad siempre ha estado inventando.
«Pero he sido una mujer luchadora, una mujer divina. Tengo que ser muy revolucionaria, porque sinceramente a mí me han querido comprar en varios países, y he viajado el mundo entero desde que solté el palo de trapear, porque era criada. Estuve en Las Vegas de Nevada y en otros lugares, pero como mi Cuba, nada. Porque a todo el mundo le gusta el avión. Yo soy una mujer muy fina.
«Yo tengo una latica guardada, donde cocinaba el potaje en aquellos reverberitos de alcohol; y yo dije: la voy a guardar, para poder decir que la vida es muy grande. Hoy cualquiera es artista, cualquiera llega, pero cuando el programa Jueves de Partagás no era así. Pero no quiero hablar de tristezas».
Toco el piano porque esas son cosas de la naturaleza, asegura la diva. Foto: Franklin Reyes.
—¿Cómo pudo despuntar cuando había tantos grandes?
—Bueno yo salí de mi trabajo. Pasó Obdulio Morales cuando yo limpiaba la escalera en Laguna y Perseverancia y me dijo: «Quiero hablar con usted para que me haga una producción que se llama El milagro de Oshún, en el Martí», donde pasaron las grandes estrellas: Rita, Candita Quintana, Garrido y Piñeiro, y todos me querían muchísimo porque tenían más que yo.
«Y seguí luchando, porque yo no tengo complejo de decir la verdad y no quiero llorar porque se me caen las pestañas postizas, pero todos pasamos trabajo, y más la parte sufrida. Me botaron una vez del Centro Gallego y dije: “No voy a venir más porque esto está malo”.
«Porque en el arte... cuando uno sube, se cree que ya llegó. Ya no quieren saludar al de la puerta y quieren maltratar a la que está limpiando. Y esa es la gente que me quiere. Si me da un dolor en el cabaret, ¿quién corre? Esos son los detalles de la vida.
Una artista adorada en el mundo del cabaret. Aquí en el Parisién, del Hotel Nacional, interpretando Yo soy Juana Bacallao.
«Empecé sola, con un solo trapito. Lava, tiende, lava, tiende... ¡Ay, mi madre! Y la maletica cobarde a cuestas, que era de cartón. Menos mal que compraba en la esquina de la casa un paquete de gandinga que me duraba tres días. Entonces la noche que fui a debutar en Jueves de Partagás... muy difícil... menos mal la esposa de José Antonio Alonso. Él me ayudó mucho, al igual que mi amiga Consuelo Vidal. Me ganaba el premio y seguía luchando.
«Me sentía muy orgullosa de cantar en la Mil Diez, con los zapatos rotos, porque todos empezamos por ahí. ¿Quién me iba a decir que con los años iba a cantar en Francia, en la Ópera Cómica de París? Fui un terremoto. Todos de la high life, pero fui inteligente, porque cuando saqué la conga para la calle soltaron los abanicos».
Unos de los tantos momentos memorables protagonizados por Juana en la Televisión Cubana.
Con el maestro Adalberto Álvarez en el programa En la viva, que conducía Consulito Vidal
—¿Y el encuentro con Michael Jackson?
—Lo más grande. Eso fue con el show de Tropicana, con otras grandes estrellas, como la señora Omara Portuondo, la Fragoso... Yo nunca pensé en mi vida... el día que me muera me voy feliz: canté en la ONU. ¿Tú sabes lo que es que esta cosa cante allí? Yo no sabía ni lo que era. Pero me transformé enseguida porque tengo una personalidad tremenda. Me puse una tremenda «coba»... y cuando canté se cayó la ONU abajo...
«¿Qué iba a pensar que en Los Ángeles, que estoy haciendo El bembé, con mi tabaco, y estoy sacudiendo, y Michael Jackson me gritó para que lo sacudiera a él. Me llevaron a Hollywood. Conocí a Tina Turner, que se hizo amiga mía. Ella es sencilla como yo. ¡Qué locura! Era un sueño. Pero cuando entré en el camerino sienten que yo me caigo, porque ¿tú sabes lo que es sacudir a una estrella como él? Michael preguntaba por la cubanita, la que se robó el espectáculo. Esas son las historias de mi vida. Y mientras esté entera cantaré para mi pueblo que me adora».
«Quiero decir que he sido, ustedes saben, una mujer muy luchadora y decente». Foto: Franklin Reyes