A Coruña: La ORA sigue a medio gas, con un tercio menos de coches en la calle
En el centro, numerosas plazas de pago quedan sin ocupar a diario en hora punta
by Xosé GagoEs mediodía y en la zona ORA de la calle Zalaeta hay extensas calvas de estadista entrado en años. Es la prueba de que la normalidad aún no ha regresado del todo y de que muchos negocios del centro siguen sin abrir sus puertas. En un día ordinario antes de la pandemia era complicado encontrar plaza en esa zona, y ya no digamos en calles próximas de aparcamiento gratuito como Adelaida Muro o Ramón del Cueto.
Las dificultades para estacionar se tradujeron en un floreciente negocio de alquiler de plazas de garaje en esa zona y en muchos barrios de la ciudad. Pero todo eso era antes del virus, ayer había plazas libres en esas calles, y en Ángel Rebollo o la avenida de Hércules. Otro tanto ocurre en Os Mallos, un barrio que arrastra problemas de estacionamiento desde hace decenios. Ayer también había plazas, aunque menos que en lo peor de la pandemia, cuando apenas había coches en marcha por A Coruña.
Se tocó fondo el 5 de abril, domingo, cuando solo pasaron por Alfonso Molina 2.881 automóviles. En términos relativos, la Semana Santa y las que la precedieron y siguieron fueron las más severas, con caídas del tráfico casi siempre superiores al 75 %.
La situación ha cambiado desde entonces. La circulación empezó a remontar cuando comenzó a aflojarse el confinamiento. En la semana del 4 de mayo, cuando empezó la fase cero, la reducción del tráfico cayó hasta el 68 %. Siete días después, el 11 de mayo, arrancó la fase 1 y la disminución del tráfico bajó hasta el 43 %. Esa tendencia se amplió esta semana, cuando empezó la fase dos y el lunes circularon por Alfonso Molina 38.264 automóviles, dos tercios de lo que era habitual. La reducción se ha quedado en un 34,5 %, menos de la mitad que a mediados de abril.
Ante el aumento de la circulación, el Ayuntamiento decidió reactivar la ORA el 18 de mayo. La regulación del aparcamiento había estado suspendida durante el estado de alarma, ante la imposibilidad de que lo ciudadanos saliesen para pagar los tiques.
La reactivación del aparcamiento de pago suscitó quejas de algunos ciudadanos, pero su impacto ha sido relativo a la vista de la disponibilidad de plazas para dejar el coche incluso en calles con aparcamiento gratuito.
La cámaras de la doble fila
Lo mismo ha sucedido con las cámaras que vigilan la doble fila en calles como la ronda de Outeiro o Juan Flórez. Los dispositivos se pusieron en marcha por primera vez en otoño del 2019. Solo en los 20 primeros días de noviembre impusieron más de 4.200 sanciones a coches mal estacionados.
Durante el estado de alarma fueron utilizadas para perseguir vulneraciones del confinamiento, pero volvieron a sus funciones habituales el pasado 18 de mayo. Según fuentes municipales, el número de sanciones que se han impuesto durante las últimas semanas es «muy reducido». El motivo es el mismo, el tráfico aún es relativamente bajo y hay más espacio para aparcar.
Las mismas fuentes explican la baja densidad de tráfico en la ciudad con que muchos ciudadanos no han vuelto de sus segundas residencias, a las que se fueron al inicio de la crisis sanitaria.
La ciudad perdió 250 plazas de pago desde el 2015 y hay menos de 18 por cada cien turismos
En A Coruña hay 20.304 plazas de aparcamiento de pago. La mayoría de ellas están en estacionamientos subterráneos: 14.985, de las que 8.347 son de residentes y el resto de alquiler por horas. En la zona de aparcamiento regulado ORA hay otras 5.319 plazas, de las que 1.669 son para residentes.
La cifra de plazas de aparcamiento de pago es la más baja desde el 2015, cuando se alcanzaron los 20.549 estacionamientos gracias a la apertura de nuevos subterráneos. Desde entonces, el parque ha sufrido un ligero descenso al desaparecer 245 plazas situadas en la zona azul.
La reducción apenas tuvo un impacto significativo con un parque móvil de 143.643 vehículos censados en el municipio.
De acuerdo a esos datos, en A Coruña hay menos de 18 plazas de aparcamiento de pago por cada cien automóviles. Todo ello sin tener en cuenta el elevado número de vehículos que entra cada día en la ciudad desde los ayuntamientos de la comarca.
Hace años que la estrategia del Ayuntamiento frente a la avalancha de coches dejó de primar el vehículo privado, que ha reclamado cada vez más espacio. Ahí está la peatonalización del entorno de la Marina, ejecutada por el PP, o la implantación de carriles bici durante el anterior mandato de la Marea. También la Xunta ha dado pasos, con su plan para llevar los buses interurbanos hasta el centro de la ciudad. El actual gobierno del PSOE mantiene esa estrategia y se ha comprometido a tomar medidas de alcance, como la limitación de velocidad a 30 por hora en la mayoría de las calles o la peatonalización de varias vías del centro urbano.