Trump deporta niños migrantes para prevenir la "seria amenaza" de enfermedades peligrosas
Bajo una ley proclamada en 1944, Donald Trump aprovecha la cuarentena provocada por el coronavirus para continuar deportando por centenares a niños migrantes.
by Óscar FernándezLa pandemia no ha detenido las actividades de Estados Unidos de mantenerse como la principal potencia del planeta. Ya desde hace algunas semanas, varios medios señalaron que el gobierno estadounidense continúa decretando sanciones a Irán y Venezuela en lugar de enfocarse en prevenir el contagio del SARS CoV-2 entre la población local.
Ahora un artículo del New York Times señala que no sólo estas políticas siguen, sino que el gobierno se ha aprovechado del aislamiento para sacar leyes xenófobas en detrimento de los migrantes. Una ley aprobada en 1944, en plena guerra mundial y cuando el imperialismo retenía a la población japonesa, es ahora usada por el gobierno para deportar en masa a niños migrantes detenidos en centros de reclusión, así como a aquellos que esperaban la aprobación de su solicitud de asilo.
En total ya son cerca de 900 menores los que han sido deportados hasta el cierre de esta edición. Las descripciones suenan sacadas de una obra distópica: agentes migratorios entran a mitad de la noche para llevarse a los menores, incluso separándolos de sus familias en los centros de detención.
No es la primera vez que desde este diario enfatizamos que Donald Trump no es un fascista, sin embargo, eso no quita que varias de las advertencias que sectores de izquierda de Estados Unidos señalaron cuando inició su campaña electoral y posteriormente su administración se haya cumplido. Los campos de concentración hacia personas migrantes y el uso de los brazos represivos del Estado para cazar a ellos y a disidentes políticos dan cuenta de la degradación de las "libertades" en el gigante imperialista en favor de medidas autoritarias de un gobierno bonapartista débil.
La actual situación se combina con las protestas en Minneapolis y otras ciudades contra el asesinato racista de George Floyd, así como el de Ahmaud Arbery, Sean Reed y Breonna Taylor en días pasados, todos negros y a manos de la policía, re-encendiendo la chispa del movimiento #BlackLivesMatter en medio de la política de desconfinamiento social. El gobierno teme a que estos dos sectores confluyan junto con la clase trabajadora multiétnica del país, ya que eso pondría en peligro la existencia misma del imperialismo y sus pilares fundamentales: la burguesía estadounidense con su aparato militar y el capitalismo que lo sostiene.