El coronavirus en Cuba alcanzará estatus endémico este fin de semana

De seguir la actual tendencia, un segundo brote ocurriría en noviembre

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Un hombre empuja una carretilla con las compras del día mientras usa mascarilla como medida de protección contra el coronavirus este viernes, en La Habana. (Agencia EFE)

La Habana, Cuba - La COVID-19 alcanzará estatus de enfermedad endémica en Cuba al acabar el mes de mayo, el próximo fin de semana y, aunque la enfermedad se ha ido conteniendo en la isla, seguirán surgiendo contagios y un nuevo brote podría ocurrir para noviembre, según los estimados de expertos cubanos.

Cuba tiene un grupo de matemáticos, geógrafos y epidemiólogos trabajando en las proyecciones del impacto de la COVID-19 en la isla, los cuales han señalado que el pico de la enfermedad ocurrió a mediados de abril, por lo que la isla ha mostrado una reducción gradual, pero sostenida, en los casos positivos a la enfermedad.

El decano de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana, Raúl Guinovart Díaz, quien encabeza las proyecciones, expresó que la proyección es que para el día 80 desde el primer caso (ocurrido el 11 de marzo), o sea el próximo 30 de mayo, Cuba esté en fase de endemia, lo que implica que la enfermedad estará presente para quedarse, a menos que exista una vacuna que neutralice o la erradique.

Una enfermedad endémica es aquella que está presente en la vida diaria, aunque sin necesariamente mantener brotes constantes, como pasa con el dengue o el sida.

Los expertos aseguran que está iniciando la fase de endemia en Cuba o un período en el que se debe aprender a convivir con la enfermedad, una situación que “es casi imposible de evitar”, ya que es muy alta la población susceptible a contagiarse.

“Hoy no llegamos por suerte a los dos mil casos reportados; y si tenemos en cuenta además que el pico de casos activos fue de 849, denotamos que tenemos aún una población susceptible muy grande; por lo que tener entre 10 y 20 casos diarios aunque no lo queramos, es un comportamiento que pudiéramos decir habitual”, dijo Armando H. Seuc, doctor en Matemáticas de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.

“Cierto grado de población va a estar enferma durante un tiempo largo, por eso es que se denomina endemia. A partir de este momento se impone un mayor control de la enfermedad, un seguimiento más preciso de cada caso detectado y un riguroso proceso de desescalamiento de las medidas de aislamiento, teniendo en cuenta las características de cada lugar”, agregó.

“No es para confiarnos, pero cuando un país continúa bajando la curva de esta manera es muy difícil que se revierta la tendencia; habría que desmontar todas las medidas tomadas para que se nos fuera de las manos, de ahí la importancia de mantener hasta el final el cumplimiento de las orientaciones del Gobierno”, subrayó.

La preocupación mayor es la capital, La Habana, donde a diferencia de otras provincias, los casos son frecuentes y desparramados por los diversos municipios.

Hoy, por ejemplo, se reportaron 11 nuevos casos sin muertes, para un acumulado de 1,974 positivos en el país y 82 fallecidos. De los nuevos casos, nueve son de La Habana, que acumula 942 del total de positivos registrados, para un 48.3 por ciento, y una tasa de contagio del 44.1 por ciento por casa 100,000 habitantes, la mayor de la isla.

El equipo de especialistas sostuvo que La Habana es por mucho el epicentro de la COVID-19 en el país y se mantendrá reportando casos activos hasta los 120 días después del primer contagio (10 de julio).

“Luego del día 80 la ciudad, La Habana, es la que va a cerrar la epidemia; el cálculo es que para el 15 de junio tengamos muy pocos casos”, informó al sitio oficial Cubadebate el decano de la Facultad de Matemáticas Raúl Guinovart Díaz.

“Los modelos matemáticos indican que La Habana es el epicentro de la COVID-19 en la Isla, y todo parece indicar que será ‘la cola de la pandemia’, de camino a su control, lo cual demuestra que la capital define el éxito de la batalla para poner freno a la enfermedad… Lo que sucede en La Habana es algo habitual a lo que acontece en otras epidemias al tener la condición de ciudad capital”, explicó el especialista.

Pedro Más Bermejo, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, señaló que por el comportamiento de los últimos días se puede hablar de una tendencia a un control de la enfermedad.

“Esto se refleja tanto en los casos activos como en los reportes diarios y este control significa que el sistema de salud puede soportar lo que viene a futuro, que es la endemia”, aseguró.

“Las medidas de relajamiento deben ser bien pensadas y con indicadores que permitan evaluar lo que se hace por territorios y entre los indicadores a evaluar está el comportamiento del número reproductivo que mide el nivel de contagio de la enfermedad, así como la tasa de incidencia para indicar las fases establecidas por el gobierno”, apuntó Más Bermejo.

Los especialistas entienden que si se mantiene la tendencia a la endemia de la COVID-19 en Cuba, el primer rebrote de la enfermedad debe ocurrir a mediados de noviembre, lográndose estabilizar a lo largo del tiempo.

Sostienen que al inicio de la enfermedad la curva crecía entre susceptibles y enfermos, luego fue disminuyendo hasta casi cero el número de infectados, como pasa ahora, al lograrse controlar la enfermedad, pero luego habrá un rebrote con un pico más discreto debido a que queda una población susceptible muy grande expuesta al virus.

“Más adelante la curva vuelve a decrecer y luego seguiría al infinito a menos que cambien las condiciones actuales (todo el mundo se contagie o surja una vacuna)”, afirmó Guinovart Díaz. “Lo ideal es tener este punto más pegado a cero para tener menos enfermos, los rebrotes te inmunizan a más personas pero fallecen otras tantas”.

Destacó que una simulación realizada pronostica que habrá un 70 por ciento de la población que será vulnerable a lo largo del tiempo, y un 0.4 por ciento de personas con la enfermedad, siendo este un comportamiento similar al que ocurre en varias enfermedades, como el caso de la gripe común.

Se espera que para el primer rebrote se estiman unos 285 casos activos y, por lo tanto, el país deberá tener listos los recursos necesarios para evitar casos en exceso y las cadenas de contagio.

Los especialistas precisan que se debe tener en cuenta que en alguna fase se contempla la apertura de los vuelos internacionales y “aunque ahora tenemos controlada la epidemia, cuando comiencen a llegar más personas de los Estados Unidos, por ejemplo, que es donde tenemos la comunidad de cubanos en el exterior más numerosa, la situación será más compleja”.

Más Bermejo sostuvo que “lo importante en esta nueva fase es utilizar todas las herramientas tecnológicas que se han desarrollado y darle un seguimiento a los nuevos casos positivos y sus contactos… Una endemia como esta impone trabajarla de forma muy fina y precisa, sentir que cada nuevo caso es como si hubiera mil”.

Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, dijo hoy que Cuba analiza qué medidas deben mantenerse y cuáles incrementarse para enfrentar una nueva etapa del comportamiento de la COVID-19, cuya propagación está siendo controlada por el país.

En su habitual conferencia de prensa, el especialista expresó que las acciones tomadas hasta ahora se irán levantando poco a poco, “puesto que si bien no se debe descuidar la evolución de la pandemia en el país, su comportamiento permite que se vaya pensando en el fin de algunas restricciones”.

Durán refirió que el pico se alcanzó a los 45 días de los primeros casos confirmados en Cuba y se mantiene por debajo del pronóstico en el escenario favorable, que eran sobre 1,000 contagios activos al unísono.

Asimismo, afirmó que deben quedar 15 días más para completar el ciclo de la actual etapa, pues, aunque todavía se confirman diariamente nuevos casos, ya la curva va disminuyendo.

“Eso hace que se mire con cautela la apertura de cada territorio y Salud Pública evalúa también los principales indicadores a tener en cuenta en el momento en que se tome una decisión”, manifestó.

Sobre la eventual reapertura internacional, el experto dijo que tomando en cuenta cómo está comportándose la enfermedad en el mundo, “es aún muy preocupante. Estas valoraciones se basan también en que en Cuba aún hay mucho riesgo y cada vez que se abre un evento, que siempre se hacen públicos, significa que todavía hay un nivel de transmisión importante en el país y hay personas que no cumplen adecuadamente con las medidas”.