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La foto de la derecha es la imagen más reciente que tienen de la mujer.Suministrada

El desespero de una familia venezolana por encontrar a una mujer que podría deambular por Santa Marta

La última vez que supieron de ella fue por Facebook. Ella dijo que estaba bien. Su familia cree que cayó al mundo de las drogas.

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La familia de Jeancarla Josefina Leen Ballon, de 47 años, no pierde las esperanzas de encontrarla sana y salva. En Venezuela la esperan sus dos hijos, una de ellas menor de edad.

Jeancarla había emigrado de Venezuela hacía tres años y residía en Cúcuta, pero un día cualquiera decidió volver, dejó a su hija con su papá y desapareció nuevamente. Dijo que se iría para Colombia. Desde ese momento sus contactos con la familia eran esporádicos, cada vez más escasos.

Pensaban que estaba en Cúcuta, pero un aviso de un amigo hace aproximadamente seis meses, les hizo caer en cuenta de que la mujer estaba en Santa Marta. “Nuestro amigo se la encontró en Santa Marta, le tomó una foto y nos la envió. La vio bastante decaída, como en las drogas, al parecer si Jeancarla está en Santa Marta, seguramente está viviendo en la calle”, dice su hermana.

La foto que le tomaron a la mujer fue tomada en la calle 18 con tercera, en el Centro Histórico de Santa Marta, por lo que se presume que la mujer pudo haberse dedicado a la venta informal de artesanías en el Callejón del Correo durante algún tiempo.

Según sus parientes, la tormentosa vida de Jeancarla Leen comenzó a descarrilarse cuando su pareja, con la que vivía en Colombia, la engañó y se separó. “Ella nunca se resignó a estar separada. Se devolvió a Colombia y un día que se comunicó con nosotros nos dijo que andaba con un francés, que le prometía llevársela para Europa”, dice su hermana.

De las últimas veces que tuvieron contacto con la mujer, Jeancarla contaba que estaba trabajando. Se dedicaba a vender artesanías por las calles de la ciudad.

La familia de Jeancarla no pierde la esperanza de encontrarla. Están seguros que está con vida, aunque tratar de dar con su paradero pueda ser como buscar una aguja en un pajar.