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Simón advierte de que «podría producirse un brote no detectado que nos genere una nueva onda epidémica»

Este miércoles se conoció, de acuerdo a la información aportada por los registros civiles que, desde el 17 de marzo y hasta el 25 de mayo, se han producido 43.000 muertes más de las esperadas estadísticamente para esta época del año. Simón dijo que la diferencia de estas muertes con las producidas por el Covid-19 (casi 28.000, según Sanidad) pudieron deberse a que «la gente no acudió a los hospitales a tiempo»

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El Ministerio de Sanidad ha informado de que la cifra de fallecidos en los últimos 7 días es de 39. Esta vez, y después de dos días de un baile importante de cifras (el lunes «desaparecieron» casi 2.000 muertos y ayer, casi 300), la diferencia entre ayer y hoy es de tan solo de 1 (27.118 del martes frente a los 27.117 de este miércoles). Ayer, los fallecidos en los últimos 7 días eran de 35 y la semana anterior, de 50.

«En estos últimos días pusimos sobre la mesa que fallecidos el hecho de que se daban como confirmados personas que no habían tenido prueba de laboratorio confirmatoria. Algunos se dieron como pacientes confirmados cuando no lo habían sido. Esto se está corrigiendo ahora, hay algunos fallecidos que no tenemos dónde ubicar, no sabemos si son de marzo, abril o mayo y esto se está tratando de corregir», explicó respecto al pequeño desfase de hoy el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.

El número de diagnosticados ayer asciende a 231, es decir, 37 más respecto a los diagnosticados el día anterior (194). El lunes, cuando empezó el baile de cifras en lo datos facilitados por Sanidad, la cifra total de contagiados era de 235.400, ayer de 236.259 (es decir, 859 más). Hoy el total es de 236.769 (510, más).

Respecto a la cifra de hoy (231) Simón dijo que los diagnosticados que iniciaron síntomas en los últimos 7 días son 199. «La distribución de todos estos casos es dispar en las comunidades , seguimos teniendo dos comunidades (Madrid y Cataluña) con mayor concentración de población e incidencia que siguen notificando más casos con inicio de síntomas en los últimos 7 días (44 y 65, respectivamente)». Pese a ser cifras más altas, para un periodo de 7 días, «están muy en línea con la situación de desescalada y la transición a las diferentes fases», dijo Simón.

Este miércoles se conoció, de acuerdo a la información aportada por los registros civiles que, desde el 17 de marzo y hasta el 25 de mayo, se han producido 43.000 muertes más de las esperadas estadísticamente para esta época del año, lo que supone un incremento de un 42 por ciento. Así lo recoge el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, que utiliza la información de mortalidad por todas las causas que se obtiene diariamente de 3.929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, correspondientes al 93% de la población española y que incluye todas las provincias, informa Efe.

En cuanto a estos datos, Simón dijo que «con el inicio del estado alarma y el teletrabajo se redujeron actividades laborales no esenciales haciendo que haya datos que no estuvieran disponibles hasta estos últimos días. Se ha observado en un periodo que va desde el 10 de marzo al 10 de mayo que ha habido un exceso importante de mortalidad, un 55 por ciento más de lo habitual, que se ha centrado sobre todo en personas mayores de 75 años y más (concretamente, 35.500 personas). El coronavirus ha producido, al menos, con diagnóstico de confirmación, cerca de 28.000 fallecidos. Sabemos que hay personas que han muerto sin ser diagnosticados pero también hay gente a la que se le achaca una muerte por esta enfermedad pueden no haber fallecido por ella. Si contamos los muertos de Covid-19 y los comparamos con el exceso de mortalidad queda una diferencia que se explica por otras razones: no acudir a tiempo a los hospitales, o por patologías que pueden provocar alta mortalidad y que los pacientes, por miedo a no acudir al hospital, no llegaron a tiempo, o a que la saturación de los hospitales también pudo haber influido para que no fueran a los centros», justificó Simón. También se refirió a la situación «en centros sociosanitarios concretos que obviamente no favorecen la supervivencia durante un tiempo mayor de algunos de nuestros mayores».

Baile de cifras

El informe del Ministerio de Sanidad generó gran desconcierto cuando el lunes de la cifra de fallecidos «desaparecieron» 1.918 personas respecto al día anterior. Ayer ocurrió lo mismo, aunque la cifra era algo más baja: 283. Simón dijo el lunes que estas diferencias se deben a que el nuevo sistema «elimina duplicados y casos de fallecidos que eran sospechosos y no confirmados».

El baile de cifras empezó cuando Sanidad modificó el sistema en que las comunidades aportan los datos el pasado 11 de mayo. Antes lo hacían de forma agregada, es decir, los nuevos casos positivos podían ser de fechas anteriores, no del día anterior, pese a que Sanidad siempre ha informado de los nuevos casos respecto a las 24 horas anteriores.

Ahora, la información es individualizada, lo que significa que se tienen datos por persona. El cambio es que ya no se centra en la fecha de notificación sino en la de diagnóstico del día anterior y de los últimos 7 y 14 días. También se aportan los casos diagnosticados por fecha de inicio de síntomas (también se usa como referencia los últimos 7 y 14 días). Estas son últimas cifras «son las más cercanas a la fecha de infección y, por tanto, la que mas nos interesa para conocer la probabilidad de transmisión en estos últimos días».

¿Los fumadores pueden contagiar más?

Preguntado por el supuesto riesgo de los fumadores en terrazas que se quitan la mascarilla para hacerlo, Simón dijo no tener información «que me permita decir que si se mantienen las distancias quitarse la mascarilla para fumar pueda hacer que otros se infecten más o que inhalen el virus. El virus no se transmite por aerosoles o gotas pequeñas que se inhalan porque permanecen en el aire, sino que se inhala por contacto con gotas gruesas, que caen rápidamente, no permanencen tiempo importante en el aire. Es verdad que en algunos casos hay estudios que muestran que podría pasar. Cuando un sanitario va a practicar en sus vías respiratorias alguna maniobra que pueda generar aerosoles, como una intubación que pueda genrar gotas que sí se queden más tiempo en el aire, a esa personas se le da la mascarilla FFP2 que le protege más que las quirúrgicas». En cualquier caso, «mientras no estemos al lado de una persona que claramente genera aerosoles, es decir, a la que se le practica una maniobra de riesgo, no podemos decir que eso vaya a suponer un riesgo ni para el que fuma ni para el que esté al lado».

El brote de Lérida

Preguntado por riesgos de rebrotes con el avance en la desescalada, Simón dijo que «a nivel global en España no se ha detectado ninguna señal ahora mismo que indique que haya un posible rebrote ni a nivel de comunidades autónomas. Sí que es cierto que en algunas provincias se han detectado focos concretos, pequeños agrupamientos de casos asociados a situaciones particulares que se han estudiado y en principio se están controlando». Sin embargo, advirtió de que aunque ahora no hay rebrote «estos podrían empezar en cualquier momento a partir de esas agrupaciones de casos locales, ir pasando de una fase a otra no implica que el riesgo sea cero, todavía existe la posibilidad de que a partir de un brote que se produzca por una pequeña fiesta inocente podría ser el inicio de otra epidemia a nivel nacional».

Simón agregó que la transmisión se ha reducido muchísimo. «Hay poca transmisión a nivel comunitario pero sabemos que ha podido haber alguna transmisión entre personas sin síntomas o con síntomas leves que ha podido mantener alguna de estas cadenas de transmisión intrafamiliares, o en algunos puntos de trabajo que no podían parar durante el confinamiento. También hemos podido tener familias más grandes que hayan podido hacer cadenas de transmisión que se reúnen y no mantienen las medidas de precaución pueden generar brotes. Pero son situaciones muy localizadas que se identifican pronto. Sin embargo, pese a la baja transmisión, todavía pueden existir esas cadenas no detectadas hay que ser muy conscientes de que a pesar de que reduzcamos las restricciones hay que seguir manteniendo las medidas de protección personal (distanciamiento, lavado de manos...). Si no lo hacemos se pueden provocar brotes como el de Lérida», señaló.

Trombosis, insuficiencia renal y problemas neurológicos

Preguntado por las consecuencias de la enfermedad, Simón dijo que «se están detectando trombosis a posteriori, insuficiencia renal, problemas neurológicos asociados al virus en sí como a los largos periodos de encamamiento que algunos paciente han sufrido. Hay algunos efectos secundarios asociados a los tratamientos agresivos usados para conseguir curarlos». En cualquier caso, señaló que la información aún no es sólida.

Flexibilización en las fases

En cuanto a la flexibilización de la fase 1 solicitada por la Comunidad de Madrid, Simón dijo que «la evolución de la epidemia es buena y es lógico plantear la flexibilización e ir más rápido pero gracias a que las condiciones para pasar de fase incluyen más capacidad de detección y de notificación sabemos que seguimos estando en riesgo: tuvimos brotes en Lérida, otros en otros municipios y comunidades autónomas, otros en centros laborales que se están controlando, que no están teniendo impacto en la evolución posterior pero indican que podríamos tener un brote no detectado que nos genere una nueva onda epidémica».

¿Controles en los aeropuertos por lugar de origen?

Preguntado la posibilidad de incluir en los protocolos los test en origen y destino a los turistas que vengan de otros países, el médico dijo que «un negativo no implica que mañana no pueda ser positivo con lo cual a partir de ahí empezamos a tener dudas. Me imagino que habrá también cuestiones relacionadas con protección de datos, privacidad, derechos...los test a la llegada no pueden servir como escudo de protección porque si es negativo no implica que después sea positivo. Lo que podría dar más seguridad son las famosas PCR pero llevan tiempo y a esos miles de personas que pueden llegar a entrar en España hay que hacer algo con ellos durante el periodo que se esperan los resultados. No digo que no pueda ser una opción pero es complicada de defender, de ejecutar, de entender los resultados...». Sin embargo, «sí que hay otra opciones, defendió Simón, que reducen riesgos y están basadas en la probabilidad de transmisión en los puntos de origen: si en un país de origen hay una transmisión más alta que la de España y lo suficientemente alta como para que vengan en un grupo algunos infectados entendemos que controlar la llegada de personas de esos puntos puede ser una medida más sencilla».

Respecto a la eficacia del antiviral remdesivir, el médico dijo que «de tener algún efecto no parece que sea muy importante porque si no ya habría estudios más concluyentes, pero sí podría tener algún efecto marginal. Quizás podría tenerlo en la reducción de las complicaciones y de la mortalidad pero yo no he leído ningún estudio con resultados»