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La "nueva normalidad" Foto: Berliner Ensemble

La imagen del teatro Berliner Ensemble, en Alemania, se viraliza como muestra de un nuevo paradigma

Para cumplir con las medidas de prevención por el coronavirus, espaciaron las butacas de la sala. De 700 asientos disponibles, quedaron 200.

"Entre los sudores fríos y la pena", escribía ayer en Twitter el actor hispano argentino Juan Diego Botto, sobre una foro del teatro Berliner Ensemble a cuya sala le faltan butacas. ¿Estamos ante una de las primeras imágenes de un nuevo paradigma de consumo cultural para elites? En todo caso, en la Europa que ya entró en proceso de desconfinamiento gradual, algunos teatros y cines tiene permiso para abrir, pero con asientos preasignados y la capacidad reducida a un tercio.

Así se prepara el teatro Berliner Ensemble, mítica compañía fundada por Bertolt Brecht, para la desescalada: las butacas tapizadas de elegante pana granate se convirtieron en islas de asientos separados entre sí. Como una boca a la que le faltan dientes, pensada para que los espectadores guarden distancia social mientras se reúnen en un ámbito cerrado para disfrutar juntos de un espectáculo.

Una nueva realidad que para muchos acarrea sombras: ¿cuánto costarán las entradas ahora que solo unos pocos pueden acceder a las nuevas salas? Los actores, dramaturgos y directores de esa compañía alemana compartieron opiniones sobre la nueva normalidad que les toca. La contradicción manda, entre la alegría por la reactivación inminente de una actividad golpeada y la tristeza, como la de Botto, por lo que tendrán enfrente del escenario: una sala medio vacía.

Así lo comunicó el teatro en su cuenta oficial, @blnensemble, como una "nueva realidad" que deja 200 en lugar de 700 asientos disponibles. Dicen también que, como todo teatro antiguo (¿se imaginan la platea del Colón con un afeite semejante?), el espacio entre filas es tan estrecho que los espectadores tienen que pasar muy cerca unos de otros para ubicarse. Y los más optimistas subrayan que es una realidad temporal, que no ha llegado para quedarse sino para cumplir con los protocolos que dicta la pandemia.