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Los votantes dejarán el sobre en una bandeja y serán los responsables de la mesa electoral los que lo introducirán en la urnaJosé Manuel Casal

Distancia, mascarillas, geles y una bandeja para depositar el voto el 12 de julio

Los mayores de 65 años tendrán prioridad en caso de que haya colas y la Xunta pedirá a la junta electoral que tampoco estén obligados a formar parte de las mesas

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La jornada del 12 de julio ya tiene normas y protocolos para la votación, a expensas de las aportaciones que puedan hacer los ayuntamientos, las matizaciones que haga la junta electoral y que el Consello da Xunta le dé el visto bueno definitivo este viernes. El Gobierno gallego, responsable de la organización, asumirá el coste añadido que va a suponer la implantación de unas medidas nada estridentes y que entran dentro la nueva normalidad, pero todavía no tiene una cifra exacta en personal o en material sanitario. Será obligatorio el uso de mascarilla dentro de los colegios electorales (más de 4.000), algo que ya está recogido en las actuales normas de comportamiento en recintos interiores. A la entrada de los mismos habrá geles hidroalcohólicos de los que habrá que hacer uso al llegar y al salir para el lavado de manos. En la mesa, los miembros estarán separados por los dos metros de rigor, llevarán mascarillas sanitarias que podrán renovar cada cuatro horas y tendrán pantallas faciales protectoras.

Al votante que aparezca sin mascarilla le será facilitada una por los miembros de las fuerzas de seguridad o de protección civil que estarán desplegados por todos los edificios. Y en el momento del voto será necesario retirar momentáneamente la protección para mostrar el rostro y, a continuación, dejar el documento de identificación y el sobre en una bandeja, para que los miembros de la mesa lo introduzcan en la urna. Aquellas personas que tengan algún tipo de alergia a los geles tendrán a su disposición guantes, y las cabinas de votación estarán colocadas estratégicamente para garantizar la privacidad pero no llevarán las habituales cortinas, para minimizar los elementos de posible transmisión. 

Sin tramos horarios

No habrá sugerencia de tramos horarios para ejercer el derecho al voto, pero las personas de la organización que se encuentren en los colegios tratarán de darle prioridad a los mayores de 65 años para que pasen el menor tiempo posible en las hipotéticas colas, en las que también habrá que mantener la distancia de seguridad. La edad máxima para estar en una mesa electoral son los 70 años, pero la Xunta va a proponer a la junta electoral que exima a los mayores de 65 que les toque y que prefieran no participar. A expensas de lo que diga la autoridad, para el resto de los ciudadanos regirá la normativa habitual.

Los colegios estarán debidamente señalizados y organizados para facilitar los flujos y el mantenimiento de las distancias, y del examen del montaje se van a encargar 140 especialistas en riesgos laborales que van a empezar a trabajar de inmediato y a lo largo de las próximas seis semanas con los concellos, que son los responsables de designar los espacios de votación. 

Con carácter general, la Xunta va a recomendar el voto por correo, aunque también para este extremo requiere la colaboración de terceros, en este caso de Correos. Según el vicepresidente autonómico, Alfonso Rueda, lo lógico sería habilitar fórmulas para minimizar con garantías las salidas de las personas a la calle, primero para solicitar el voto por correo, y después para emitirlo. Y ampliar plazos para las dos acciones, cuestión que sería promocionada por el Gobierno gallego, que también ha reclamado a la junta electoral que sean válidas las peticiones de voto exterior que ya se habían realizado para la jornada suspendida del 5 de abril.

Por otra parte, se requerirá al Ministerio de Asuntos Exteriores y a los consulados la máxima colaboración para que los gallegos del exterior puedan ejercer su derecho, pese a que las dificultades por la crisis sanitaria son generalizadas en todos los países con presencia de emigrantes gallegos.