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Qué es de la vida de Mauro Óbolo: el ex Belgrano que ahora es representante

Mauro Obolo habló sobre cómo ve el momento del fútbol y de su presente junto al representante Christian Bragarnik. También dejó su opinión acerca de la actualidad pirata.

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Mauro Iván Obolo vive en Córdoba dedicado a su nueva función de “colaborador de Christian”, como sintetiza él cuando habla de trabajar junto a Bragarnik en su agencia de representación de jugadores.

El punta que marcó de cabeza aquel gol el 5 de diciembre de 2015 ante Colón y que significó el empate y la clasificación de Belgrano a la Copa Sudamericana 2016, con Zielinski en el banco, y tras haber ingresado a los 18 del segundo tiempo, sostiene: “Cuando dejé el fútbol, no había pensado en qué hacer. No es que tenía decidido esto”.

“Tuve una experiencia muy linda cuando llevé a Nicolás Stefanelli al AIK, de Suecia, donde jugué. Lo acompañé un par de meses en la adaptación. Y siempre estuve ligado a Cristian, haciéndole algunas cosas, gestiones, hablando con jugadores o recomendándole alguno. Y últimamente se dio esto”, prosigue el exdelantero.

En algún momento, Obolo pensó en ser ayudante de campo, pero no se dio: “Lo que tenía claro era que no quería viajar más”.

Ahora, en esta época de pantalones largos, se lo pudo ver por el predio de Belgrano en más de una oportunidad. Muchas veces junto a otros exfutbolistas que marcaron épocas en el club: Olave, González, Turus por nombrar algunos.

“Todos los días estoy aprendiendo algo más de esta nueva etapa. Negociar un contrato no es fácil, y menos si no es tu contrato (se ríe). No es sencillo hablar con los dirigentes, porque mientras uno quiere lo mejor para el jugador, ellos cuidan los intereses del club”, añade el oriundo de Arroyito.

“No me considero representante, sino alguien que trabaja para uno. Pero es complicado, porque hay mucho dinero al medio y es un ambiente difícil, como todo lo que rodea al fútbol”, continúa, para agregar: “Me tocó estar del otro lado y eso me ayuda. Por suerte, en mi carrera no tuve problemas con nadie y quedé en una buena relación con mucha gente”. 

La pandemia y los cambios

El presente del mundo en general y del fútbol en particular está sacudido desde la aparición del Covid-19. Ahora, la sociedad debe aprender del golpe recibido.

Y dice: “Creo que vamos a cambiar. Y si sucede, lo que espero es que dure. Que se aprendan cosas, porque aquí se olvida todo muy rápido. Espero que cuando se salga del pozo y se empiece a normalizar la situación, no nos acomodemos a lo bueno y nos olvidemos”.

Pero también es cierto que muchos han aprovechado el momento para tener actitudes “ventajosas” y que todo quede dentro de la pandemia: “Es así, hubo clubes que se agarraron de esto y dejaron de pagar lo acordado. A Belgrano le pasó con varios que no pagaron los jugadores que compraron. Otras instituciones no abonan los sueldos por la crisis y están debiendo desde diciembre. Por eso creo que todos se han aprovechado del momento”.

Dejar de jugar y extrañar

En diciembre de 2016, ante Rosario Central, en el Kempes, Juan Olave se despidió de la actividad profesional. Y en ese partido, Mauro Obolo dejó de jugar en el Pirata y se fue pensando en tener otra chance. Pero después, en la tranquilidad de su casa, la determinación de despedirse del fútbol en la escala profesional fue adoptada.

“Se extraña mucho. Por suerte, lo asumí y di vuelta la página. Pero se extraña todo, desde llegar temprano, tomar mates con el utilero y los compañeros, hasta entrar a una cancha a entrenar o levantarte un día de sol y pensar lo bueno que está para jugar”, sostiene. Un gol sobre el cierre de un partido y un estadio descontrolado “no hay con qué compararlos ni con qué reemplazarlos. A mí me llena muchísimo estar con mi familia, pero es otra cosa. La sensación de un gol a cancha llena no se compara con nada. Tampoco se puede cambiar por nada”, admite.

Belgrano y su presente

Así ve Obolo en este momento al club del que es simpatizante: “Nunca me alejé del todo de Belgrano. Porque sigo yendo a la cancha y a algunos entrenamientos. No tengo una relación con los dirigentes, pero como ya lo dije alguna vez: no te vas al descenso por un partido o por hacer mal las cosas un mes. Creo que fueron varios los motivos, como decisiones desacertadas”, sigue Obolo, quien entiende que un empate sobre el final o un gol mal anulado no es la causa: “Fue una cadena de decisiones mal adoptadas que se fueron tomando”.

La identidad es un tema que los clubes muchas veces no pueden gestar, por eso se apuntalan en exfutbolistas que puedan “enseñar” lo que es un club o cómo se vive todo en su entorno. Por eso, para él es extraño que Olave, Turus, Farré, González o Pereyra no estén dentro de la “B”: “Creo que esos jugadores deben estar siempre dentro del club, es un desperdicio tenerlos lejos. Los conozco a todos y sé la clase de persona que son y del sentimiento que tienen por Belgrano. Y seguramente en el lugar que les tocara estar le brindarían cosas positivas a la institución. Tendrían que estar de una forma o de otra. Ellos y muchos otros que no nombramos ahora, pero que quieren al club, saben lo que es, han sufrido por él y crecieron aquí”.

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