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Guatemala: Giammattei clama a Dios mientras la salud pública colapsa

Mientras se desarrolla la pandemia en el país centroamericano, el gobierno avanza con medidas autoritarias hacia la población y protege a los empresarios. Guatemala hoy llora más que nunca la desigualdad que se vive.

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El 14 de enero del presente año, Alejandro Giammattei asume la presidencia tras un proceso electoral fraudulento. Siendo representante de la “casta” política neoliberal, corrupta y ultra conservadora de Guatemala, su gobierno decidió que la forma de asumir la actual crisis sanitaria por la pandemia de Covid19 sería utilizando medidas de represión y control, decretando un estado de excepción que lleva más de dos meses, con toques de queda en zonas y comunidades enteras acordonadas.

Este tipo de medidas han logrado instaurar el miedo y la zozobra en miles de familias: los mecanismos utilizados durante la guerra hoy siguen vigentes y con la actual crisis el gobierno los justifica. Mientras, el sistema de salud se colapsa y médicos hacen el llamado a medios internacionales y nacionales para dar a conocer a la población y al mundo sobre las condiciones precarias en que se encuentra el sistema de salud actualmente, haciendo énfasis en las condiciones de los hospitales de Villa Nueva y el hospital temporal ubicado en el parque de la industria zona 9 ciudad, que atenderían los casos de personas contagiadas de covid19.

Desigualdades catastróficas

Ante este panorama critico el presidente Giammattei, en sus famosos “shows” de conferencias nacionales, confunde a la población por sus mensajes enredados y sin argumentos fehacientes sobre la cantidad de infectados, mientras culpa a la población del incremento de personas infectadas, negando así su responsabilidad de garantizar un sistema de salud público digno.

A pesar de que en el primer mes de cuarentena hizo alarde públicamente de las donaciones que realizaron los empresarios para “apoyar” a la población, éstas fueron a cambio de exonerarles de tres meses de pago de impuestos, así como de permitir que pudieran seguir con sus actividades en industrias como los ingenios azucareros, de palma africana y la minería, sin que las restricciones por el toque de queda les afectara.

Esta desigualdad ha tenido resultados catastróficos para las trabajadoras y trabajadores del sector manufacturero, como el caso particular de la maquila KP Textil, S.A. ubicada en el sector 12, manzana B, bodega 2.B Prados de Villa Hermosa, San Miguel Petapa (municipio del departamento de Guatemala).

A pesar de las supuestas restricciones y por negligencia de los dueños de la maquila, no se aplicaron las medidas de sanidad correspondientes, teniendo como resultado 201 contagiados por la enfermedad de una cantidad de 900 trabajadores y trabajadoras. En su momento, se dió a conocer públicamente que existía un trabajador con los síntomas de covid19 y que, al no acatar la empresa las medidas de salubridad correspondientes, resultaron 24 personas infectadas. Las pruebas de hisopado no fueron suficientes para examinar a 900 personas y la mayoría regresó a sus hogares, por lo cual el alcalde de San Miguel Petapa decretó estado de emergencia en todo el municipio, como una forma de contener la propagación.

Salud pública: en estado crítico

Mientras que el gobierno evita hablar del tema, porque eso haría más evidente su incapacidad política para darle una solución a la crisis sanitaria, creó dos hospitales que atenderían a los pacientes infectados por el covid-19, uno en Villa Nueva y otro en el parque de la industria.

Hasta el momento los dos hospitales no se dan abasto, las y los médicos y enfermeros de esas instalaciones fueron los que denunciaron a nivel internacional la situación actual del sistema. Son ellos los que han hecho sus denuncias públicas por la falta de equipo de protección médico (guantes, overol, gafas, mascarillas, gorros quirúrgicos), así como el reclamo de no haber firmado contratos, no contar con ningún respaldo legal y que no han recibido ningún salario por su trabajo.

Escuchar y ver los videos del sector de salud provoca un nudo en la garganta, porque el escenario que describen es de la muerte segura, porque no se cuenta con el equipo necesario para atender a los pacientes. Las y los médicos, utilizando bolsas para basura como medio de protección para atender a los pacientes infectados por el COVID-19, llevan dos meses aproximadamente sin recibir salarios. A raíz de esta precariedad algunos han sido infectados y otros han optado por renunciar para salvaguardar sus vidas, ya que no se tiene la capacidad suficiente para atender una propagación masiva de personas infectadas.

Por último, es importante resaltar que las actuales condiciones que se viven en el país han dejado en una posición difícil a la mayoría de la población, entre elegir morir por la enfermedad o morir por el hambre.

Mientras que el gobierno sigue clamando a Dios “para que bendiga a Guatemala”, el país se colapsa y los políticos parasitarios aprovechan la situación para desfalcar la hacienda pública, con préstamos millonarios que supuestamente servirían para solventar la crisis y que siguen sin hacerse efectivos. Guatemala hoy llora más que nunca la desigualdad que se vive.

*Ángela Álvarez es Maestra en Historia y Ciencias Sociales y miembro del Frente Estudiantil Revolucionario Robin García en ciudad de Guatemala.