“Me siento desamparada”: Roxana pide ayuda para su hijo en silla de ruedas

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“No es que me haya quedado en la casa trancada sin hacer nada por mi hijo; he hablado hasta lo más arriba posible y, aun así, no se han preocupado por el niño”

LA HABANA, Cuba.- “No es justo que a pesar de que está en esas condiciones no tenga un poquito de comodidad, la que necesita un niño para ser feliz”, fueron las palabras exactas de Roxana Martínez Romero, la madre cubana que pidió ayuda en redes sociales para su hijo Jonathan David, un niño inválido de nueve años de edad.

Sentada en la sala de su hogar, en calle D entre 5ta y Final, en el municipio Guanabacoa, Roxana contó a CubaNet la difícil situación que afronta desde que su hijo, con apenas un mes de nacido, fue intervenido quirúrgicamente a causa de una mielomeningocele que lo dejó sin poder caminar.

“En el momento en que un niño nace con este problema (mielomeningocele) o con cualquier otro tipo de problemas se le debe mandar a una comisión de médicos. Ellos mismos se encargan de inscribirlo en Bienestar Social y de darle la atención y todo lo que lleva. Pero conmigo eso nunca fue así”, explicó Roxana.

Según comenta, ante su desesperación por conseguir alguna ayuda, y gracias al asesoramiento de una amiga, comenzó los trámites ante Seguridad Social para intentar obtener algún apoyo del Gobierno para su hijo.

“Una persona me recomendó ir a Bienestar Social a explicar mi caso. Fui allá, me expliqué e inscribieron al niño. Me entregaron una chequera de 158 pesos y más nada. Nunca me visitaron, nunca fueron a ver las condiciones del niño, nunca hicieron nada”, explicó.

En ese sentido, agrega esta madre cubana que continuó realizando gestiones hasta que finalmente pudo contactar con la subdirectora provincial de Seguridad Social que, según señala, fue la única que intentó ayudarla.

“Yo no tenía refrigerador, no tenía nada, no tenía condiciones de vida, así que fui nuevamente a Bienestar Social y allí conversé con Madeleine, subdirectora municipal, que bien mal que me trató”.

“Acompañada de una amistad mía que me estaba apoyando nos dirigimos a la Dirección Provincial de Seguridad Social y allí vimos a la subdirectora Milagro, que fue la que se compadeció ante el llanto mío. Ella fue a la casa y vio la situación del niño. Decidió que había que darle refrigerador, lavadora, batidora, aire acondicionado y televisor, pero todo quedó ahí”, detalló la mujer.

Asimismo, alega que envió una carta al Comité Central del Partido Comunista de Cuba pidiendo que le proporcionaran pañales desechables a su hijo y que enviaran a una maestra a impartirle clases al pequeño en casa.

“Ellos me dieron la respuesta a través del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Me dijeron que los pañales desechables no eran recomendables por las escaras que tenía el niño y que lo más recomendable era ingresarlo. Pero nunca llegué a ingresarlo, porque de contra que él está así, con la situación que él tiene, si lo ingreso en un hospital puede coger una bacteria o miles de enfermedades. La atención de él tiene que ser aquí en la casa”.

“Además, dijeron que no habían maestros para ponerle en la casa y que las escuelas estaban con falta de profesores. Yo alegué que no entendía que no hubiese un maestro para ponerle al niño, con tantos que se gradúan todos los años”, señaló.

Según indica, gracias a su insistencia finalmente logró que le asignaran una maestra, la cual solo le imparte al niño una hora clases cada jueves, razón por la cual, a pesar de que el pequeño ya tiene nueve años, aún no sabe escribir su nombre.

“El niño no aprende nada, yo me he tenido que volver su maestra para que aprenda algo”, apuntó.

Entretanto, Roxana refiere que la silla de ruedas con la que cuenta el pequeño hoy, la cual está en muy mal estado, le fue vendida por el Gobierno sin tener en cuenta su delicada situación económica.

“Gracias a mi papá, que me ayudó, le compré el sillón de ruedas, pero el aparato solo duró un mes”.

“La trabajadora social que me tiene que atender vive a dos cuadras de aquí y ni ella viene a mi casa. No me dan ni los medicamentos para atender las escaras del niño”, lamentó.

Tras publicar su historia en Facebook, cuenta Roxana, algunos amigos se han solidarizado con su situación y le han enviado ciertas donaciones, con las cuales ha podido comprar pañales para su hijo.

Sobre la alimentación del pequeño, la madre también explicó que el Gobierno cubano solo le oferta como dieta adicional una bolsa de leche en polvo y una libra de pollo al mes.

“A él no me le dan carne, no le dan nada, lo único que él tiene es la dieta de pollo y una bolsita de leche para un mes”, denunció esta madre cubana.

La mujer acotó sentirse desamparada, especialmente luego de todas las gestiones que ha realizado para conseguir ayuda para su hijo. Aun así, el Gobierno continúa sin preocuparse por la situación.

“Como madre me siento bien desamparada. No es que me haya quedado en la casa trancada sin hacer nada por mi hijo; he hablado hasta lo más arriba posible y, aun así, no se han preocupado por el niño. Estoy muy decepcionada”, se quejó.

Roxana añadió que su hijo es amante de la computación, pero lamenta mucho que, debido a sus limitados recursos, no pueda ofrecerle una computadora.

“Hace mucho tiempo me viene pidiendo una computadora, pero desgraciadamente no tengo de dónde sacarla”, expresó.

Recientemente, otra cubana identificada como Ketty Méndez, madre de una niña que padece de autismo severo, denunció en redes sociales la falta de ayuda por parte del régimen y cuestionó al gobernante Miguel Díaz-Canel por pedir donaciones de dinero al pueblo de Cuba durante la pandemia de coronavirus.

“Les he pedido ayuda a ustedes, económica, les he pedido ayuda de alimentos (por)que está desnutrida (su hija), les he pedido ayuda de todas formas que ya no sé qué hacer”, denunció la cubana en un video que se hizo viral en Facebook.

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