“Es una tarea ardua pero la hago con mucho amor por mis alumnos”
La cuarentena por Covid-19 sacó a la luz actos que quizá de otra manera hubieran pasado desapercibidos, como es el caso de Patricia Rosana Decontardi, una maestra de tercer grado de la Escuela 275 ‘Rosario Vera Peñaloza’ de San Javier, quien con vocación de servicio y amor por sus alumnos se adaptó a las circunstancias actuales.
Es así que para que ninguno de sus 25 alumnos pierda una sola clase y pueda seguir avanzando en el programa del año escolar ella en persona recorre las casas de cada uno para llevar y retirar las tareas de aquellos chicos que no tienen conectividad a internet en sus hogares.
El Territorio dialogó con Patricia quien contó que desde que comenzaron las clases estuvieron cuatro días con los chicos en las aulas porque hubo un paro que complicó el comienzo.
“Ahí se determinó la cuarentena por Covid-19 y hubo que adaptarse a algo nuevo, sin haber tenido siquiera una prueba piloto sobre cómo funcionaría, así que vamos aprendiendo sobre la marcha”, señaló.
En la zona en la que viven los chicos internet tiene muchas fallas y los padres no siempre cuentan con el dinero para cargar crédito en los celulares. Patricia conoce esta realidad de sus alumnos y por eso no duda en agarrar su auto para recorrer sus casas llevándoles la tarea y retirándola cuando es el momento.
La docente recorre un radio de 50 kilómetros varias veces a la semana para visitar a sus alumnos, revisar sus tareas, asesorarlos y alentarlos a cuidarse para poder así reencontrarse pronto en la escuela.
“A cada alumno le dejo además un mensaje de aliento, un mensaje en el que los insto a cuidarse ya que si nos cuidamos todos más pronto podremos volver a juntarnos, a vernos y a disfrutar de la escuela, de las familias y de la vida de una manera los más cercana posible de como estábamos acostumbrados”, contó, emocionada.
Además, comentó la maestra, realizaron tareas especiales para algunas efemérides como en el Día del Trabajador y en el Día de la Patria. “No sólo nos limitamos a las tareas diarias sino a los trabajos prácticos. La verdad me enorgullece la capacidad que tienen los alumnos para realizarlos, es grato vivir esta experiencia porque nos enseñó otra manera de comunicarnos y trabajar con los chicos y eso es digno de destacar”, expresó.
Patricia aseguró que esta loable tarea la hace para mantener el vínculo con sus chicos, “para que sigan sintiendo que a pesar de que no pueden ir a la escuela y estar juntos seguimos dando clases”. No obstante, a los pocos que tienen conectividad no los deja de lado y los visita una vez a la semana.
“Hay un alumnito que me espera con la mamá en la calle porque viven picada adentro. En ese encuentro se mantiene el cuidado porque con los chicos es difícil, ellos ven a la mae y nos quieren abrazar, pero a su vez entienden que en estos momentos no se puede”, relató.
Y en esa misma línea, siguió: “Ellos y nosotros nos debemos adaptar no sólo al contacto. Es una tarea ardua pero en mi caso la hago con mucho amor y cariño por mis alumnos que los tengo desde primer grado y que los conozca mucho a cada uno ayuda a que el trabajo sea más personalizado, adaptado a las facilidades o dificultades de aprendizaje de los pequeños”.
Por otra parte, destacó la comunicación entre los docentes de la escuela para que no haya diferencias en el nivel educativo y ponderó la ayuda de la Plataforma Guacurarí a docentes y alumnos. “La comunicación entre los colegas es fundamental, esta es otra enseñanza que nos deja esta pandemia ya que a todos nos afecta de manera diferente. Los docentes debemos estar también para entendernos entre nosotros y a nuestros alumnos y familiares”.
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