La paleontología se enriquece con hallazgo de mamuts en Santa Lucía
by Verónica DíazJosé Cantoral, capitán primero de la Sedena, asegura que los restos de 132 mamuts y 19 osamentas localizados en la zona de Santa Lucía, donde se construye el aeropuerto Felipe Ángeles, constituyen el hallazgo paleontológico más importante de los años recientes. En la excavación se encontraron también ofrendas, esculturas, cuchillos de obsidiana y piezas de cerámica.
Los restos se localizaron en el extremo norte de lo que será la nueva terminal aérea, justo en el lado opuesto al área de despegue. El lugar no es una casualidad: la zona corresponde a lo que fue la ribera del lago Xaltocan, uno de los que constituyeron el sistema lacustre del Valle de México.
Desde octubre del año pasado (cuando se hizo el descubrimiento) el ambiente cambió: además de maquinaria y camiones de volteo, el panorama lo dominan 32 arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología (INAH), cinco contratados específicamente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), institución que, al estar a cargo de la construcción del aeropuerto, ahora también coadyuva en el salvamento paleontológico con una inversión de más de 12 millones de pesos.
También se han sumado 190 elementos del Ejército que fueron capacitados para realizar este trabajo especializado. El capitán primero José Cantoral, ingeniero constructor ahora con un profundo conocimiento en paleontología, describe la magnitud del descubrimiento.
“El hallazgo de todos estos ejemplares está siendo el más importante del continente por la alta concentración de mamuts principalmente, pero también hemos ubicado restos de otros animales de la época pleistocénica, como bisontes, caballos americanos y camellos; tenemos también algunas especies de aves y peces”, dice el jefe de la Mesa de Rescate Arqueológico y Paleontológico.
PROYECTO DE LARGO PLAZO
El tamaño del hallazgo llevó a la Sedena a pensar no solo en el proceso de salvamento paleontológico, sino también en la investigación, exhibición y divulgación del conocimiento generado. Por ello, los recursos destinados, que proceden de los estudios de ejecución de la obra del aeropuerto, incluyen proporcionar a los investigadores del INAH tecnología de punta para hacer reconstrucciones de los restos y los contextos en los que fueron encontrados, en tercera dimensión.
También se construirán dos museos: el Militar de la Aviación, que en 246 metros cuadrados abordará la historia de Santa Lucía de la época prehispánica hasta la construcción del aeropuerto y, el Museo del Mamut, que en 960 metros cuadrados tendrá cuatro salas de exposición permanentes y una temporal, así como un jardín temático.
El capitán Cantoral dice además que la investigación de los vestigios se prolongará el tiempo que sea necesario. “Vamos a tener espacios museísticos y dentro de ellos estamos proyectando también áreas de investigación para que, precisamente, la gran cantidad elementos que tenemos en estos momentos puedan ser almacenados y estudiados posteriormente”.
“De acuerdo a los antecedentes y alguna información previa que teníamos sobre las inmediaciones del campo militar, en las primeras pláticas que tuvimos con personal del INAH se hablaba de que se llevarían a cabo de 10 a 15 hallazgos; sin embargo, una vez iniciado el trabajo y al aflorar la cantidad de hallazgos, fue necesario incrementar la cantidad de personal”, recuerda el capitán primero e ingeniero constructor José Luis Martínez.
Hoy, esa previsión fue rebasada y la Sedena cuenta, entre sus múltiples tareas, con la de preservar la historia, porque, como dice el capitán Cantoral, “la defensa nacional implica también tener conocimiento de nuestra historia”.
Y ADEMÁS
MAMMUTHUS COLUMBI, LA ESPECIE
Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del INAH, refiere que “todavía no es posible determinar cuántas osamentas podrían estar completas”, pero que se trata de “ejemplares de la especie mammuthus columbi –abundante en Norteamérica en el pleistoceno, era geológica concluida hace 12 mil años–. Los restos incluyen machos, hembras y crías, que probablemente murieron al quedar atascados en el lago, debido a que su profundidad variaba y llegaba a desecarse hasta volverse un espacio pantanoso.