EL VIERNES SE CONOCERÁ EL VEREDICTO
Fiscales pidieron condenas de 21 y 22 años por el “crimen del Parque América”
Los acusados llegaron imputados por el delito de “homicidio en ocasión de robo”, pero la fiscalía agravó la imputación “por el uso de arma de fuego”.
“Es injusto… no recuerdo lo que pasó ese día”, expresó Rodrigo Ismael Segura, frente a los jueces de la Cámara Penal de Segunda Nominación. Su coimputado, Hernán Pacheco, desde el Servicio Penitenciario de Capayán, participó del debate vía videoconferencia. Ambos llegaron acusados por el delito de “homicidio en ocasión de robo”. Fueron señalados como los responsables de la muerte de Sebastián Pereyra, ocurrida el 16 de abril de 2017, en el barrio Parque América. De acuerdo con la investigación, Segura conducía la moto en la que se trasladaba junto con Pacheco. Le exigieron la entrega del celular pero Pereyra se resistió. Se inició un forcejeo y finalizó con un disparo.
El debate había comenzado a principios de marzo pero, debido al receso judicial extraordinario, en el contexto de la cuarentena por la pandemia de COVID-19, se suspendió y se reabrió la semana pasada. En la audiencia de ayer, Segura pidió declarar. Frente a los magistrados Luis Guillamondegui, Fabricio Gershani Quesada y Elizabeth Cabanillas, el acusado dio su versión de los hechos pero decidió no responder preguntas. En el marco de su declaración, solicitó que se realice un careo con la exnovia de su consorte procesal pero no se le hizo lugar al planteo.
Admitió aquella noche estuvo con Pacheco y otras personas más. Le pidió prestada la moto a su amigo Matías. Fue a pedirle a su mamá dinero y el celular y luego pasó por otros lugares. Volvió al lugar donde se encontraba en un primer momento y le pidió a sus amigos que se fueran. Luego, se fue a otra casa, con sus amigos; allí tomaron cervezas hasta las 3 de la madrugada. “Me detuvieron por algo que no hice y me mandaron al Penal.
El fiscal Walther me trajo sin pruebas. Me niego al hecho de que me juzguen”, manifestó.
El fiscal de Cámara Gustavo Bergesio resaltó que, a fin de concretar este debate, se debieron sortear varios inconvenientes. Consideró que hubo un hecho delictivo y coincidió con la calificación “homicidio en ocasión de robo”, al que consideró más benigno que “homicidio criminis causa”. Para Bergesio, “no hay detalles de la planificación. No obstante, indicó que sí hubo un robo y tras un forcejeo, se apropiaron de un teléfono celular. “Pacheco tenía el arma y Segura conducía. Sin duda, sabía que (Pacheco) tenía un arma de fuego”, remarcó.
A su turno, el fiscal coadyuvante Ezequiel Walther, quien estuvo a cargo de la instrucción, aseguró que cada testimonio recabado se respaldó en otro. Al mismo tiempo, destacó que los acusados se encargaron de entorpecer la investigación. “No son primerizos en el mundo del hampa. No solo hicieron desaparecer los rastros del delito sino que amenazaron testigos. Son avezados delincuentes”, puntualizó. Walther precisó que Pacheco registra alrededor de 10 delitos contra la propiedad, tres de estos calificados; Segura tiene cerca de ocho, con tres calificados.
Además, el fiscal coadyuvante indicó que ambos acusados se preocuparon en armar una coartada “con sus compañeros de fumata”. Para ello, se encargaron de incorporar versiones para desviar la investigación, insistió. A la vez, destacó el testimonio de la expareja de uno de los acusados. “El despecho de las mujeres fue el motor para descubrir más de un hecho en la historia judicial”, sostuvo.
Para Walther, ambos imputados obraron de manera dolosa. Su colega, el fiscal de Cámara Bergesio, consideró que los acusados tuvieron motivos crueles y egoístas y actuaron de una forma plagada de maldad. Si bien compartió la calificación original, agravó la imputación “por el uso de arma de fuego” y pidió una pena de 21 años para Segura y de 22 años para Pacheco.
El debate pasó a un cuarto intermedio. La audiencia se reanudará el viernes, a las 9.30 y se conocerá el veredicto.
Pedidos de nulidad y de absolución
Luciano Rojas, defensor de Segura, planteó la nulidad por el transcurso del tiempo, desde que se inició el debate, que se vio afectado por la cuarentena para prevenir la pandemia de COVID-19. Al mismo tiempo, solicitó que se realice un nuevo juicio. El abogado cuestionó las actas de procedimiento. A su criterio, solo hubo “declamaciones del fiscal”. Al mismo tiempo, sostuvo que “no se puede construir una certeza sobre esto”. Por ello, pidió la absolución para su cliente y la nulidad.
Por su parte, los abogados Jorge Toledo y Franco Sotomayor, en representación de Pacheco, advirtieron contradicciones en las declaraciones de los testigos. “No encontramos un horario aproximado, no había coincidencia entre los testigos directos… Solo pudieron ver figuras distorsionadas”, remarcaron.
Al mismo tiempo, destacaron que hubo testigos que, “por su falta de discernimiento”, no entendían lo que declaraban. Para estos defensores, no se logró involucrar a los acusados en el hecho. “La prueba colectada no es suficiente. Los testigos directos no arrojaron luz. La prueba no es clara; estamos ante indicios. No se acreditó la participación (de Pacheco) y no se lo pudo ubicar en la escena, para atribuir responsabilidad”, concluyeron. Para su defendido, solicitaron la absolución e inmediata libertad o, en su defecto, la pena mínima.