Castaño: los días después del contagio
by Laura Seco PachecoEl poblado de Castaño, con cinco casos positivos a la COVID-19 y más de 200 contactos identificados, colocó a Villa Clara nuevamente en el centro de la vigilancia epidemiológica.
A pocos kilómetros de Ranchuelo se ubica el poblado de Castaño, perteneciente al Consejo Popular 10 de Octubre, una de las rutas más transitadas del municipio donde se encuentra enclavado.
Con aproximadamente 500 habitantes, este asentamiento poblacional ha sido motivo de titulares en los últimos días cuando demostró que la irresponsabilidad y la falta de control resultan aliados invaluables para la propagación del nuevo coronavirus.
Con cinco casos positivos hasta el momento y más de 200 contactos identificados, este evento de transmisión colocó a Villa Clara nuevamente en el punto de mira cuando parecía que las aguas tomaban su nivel y muchos soñaban con un regreso a la normalidad.
Aunque los enfermos y sospechosos se encuentran aislados según el protocolo establecido por las autoridades de Salud Pública, con el resto de los moradores del lugar se han tomado una serie de medidas para detectar a tiempo posibles infectados y cortarle la línea de transmisión al virus.
La primera de estas acciones para evitar el contagio de otras personas fue el pesquisaje directo al 100% de la población, así como la aplicación de pruebas rápidas a todos los sospechosos.
Además se establecieron dos puntos de control sanitarios en las principales salidas del poblado, los cuales no existían antes de ser detectados los primeros positivos en la localidad.
«Todos los carros que pasan son detenidos por las autoridades del MININT y pesquisados por nosotros en conjunto con Salud Pública», explica Onel Portal Méndez, trabajador de AZCUBA, quien se encuentra al frente del punto número 2.
A partir de estos sitios se extienden dos cintas amarillas por ambos bordes de la carretera para delimitar esta zona restringida. Hoy más que nunca Castaño un lugar de tránsito.
Ningún habitante puede salir de su hogar, y mucho menos del pueblo. Las visitas entre familiares y vecinos se han reducido a cero y nadie procedente de otra localidad puede hacer estancia en el poblado bajo ninguna circunstancia.
Para garantizar el aislamiento de la comunidad se ha trazado una estrategia que acerca a cada hogar todos los productos y servicios de primera necesidad a través de 20 activistas.
Entre ellos se encuentra Larisa Rivero Quintero, quien explica que a pesar de lo difícil de la tarea, ellos la cumplen con toda la seriedad y rigor. «Nosotros los abastecemos con los productos de la bodega y otros que llegan de primera necesidad. Nos dividimos por CDR para hacerlo de manera más sencilla. Si alguien tiene algún problema o necesitan cobrar la chequera, comprar un medicamento o lo que sea nos lo transmiten y nos encargamos».
«Las atenciones están muy buenas porque todo lo que llega enseguida viene la activista y nos lo trae para que no tengamos que salir de la casa», comenta Enérida Chávez, vecina de la localidad.
De igual forma los servicios médicos se garantizan las 24 horas del día, con un equipo conformado por dos médicos y una enfermera, quienes permanecen en el poblado por 14 días consecutivos.
Ellos devienen los encargados de realizar las pesquisas dos veces al día, además de atender cualquier dolencia o sintomatología. «Hasta ahora no se ha presentado más ningún evento ni paciente con síntoma, aunque casi todos los enfermos detectados eran asintomáticos», explicó Mayrelis Aguilar Núñez, la doctora.
«La situación se ha ido estabilizando a medida que las pruebas han dado negativas. La comunidad se ha ido disciplinando aunque al principio costó bastante trabajo», constató Juan Deny Gutiérrez Sureda, director municipal quien asume como jefe del puesto de mando establecido en la localidad.
Como medidas adicionales, en Castaño se procedió a la desinfección de las vías y casas y se han vendido módulos de alimentos a cada una de las unidades familiares.