Lemos: El Club Fluvial valora contratar seguridad para hacer cumplir las normas sanitarias
Entre las posibilidades que sopesó la directiva en las últimas semanas estaba la opción de no abrir este verano
by luis díazLa incertidumbre sobre la fecha de apertura de la piscina del Club Fluvial seguramente no sea del agrado de muchos socios ahora que la desescalada parece dejar atrás lo peor de la pandemia. Pese a todo, la decisión de posponer el comienzo de la temporada de baños supone un mal menor en comparación con otras opciones que se barajaron en las últimas semanas. Según pudo confirmar este diario, entre ellas estaba la posibilidad de no llegar a abrirla este verano. Parte de la directiva era partidaria de esa drástica medida por la inseguridad jurídica que plantean los actuales estatutos en un contexto marcado por la crisis sanitaria.
Los responsables de la entidad recreativa decidieron este lunes seguir adelante, pero todavía sin una fecha fija para permitir la utilización de la piscina por parte de los socios. De momento, se sabe que la venta de bonos y entradas a los no asociados está descartada este año por las limitaciones de aforo que establece el Gobierno entre las directrices de la fase dos para este tipo de instalaciones. Hasta la siguiente fase, que podría entrar en vigor en la segunda quincena de junio, la directiva del Club Fluvial no tiene previsto mover ficha. Mientras tanto, valora los cambios que será preciso adoptar para adaptarse a la nueva normalidad.
Entre las alternativas que se pusieron sobre la mesa en la última reunión está la contratación de guardas jurados para que realicen labores de vigilancia en las instalaciones. El cumplimiento de las exigencias sanitarias por el covid-19 preocupa especialmente a la directiva, sobre la que recae en última instancia la responsabilidad de que se sigan las normas a todos los efectos. «Nosotros podemos tomar todas las medidas que sea preciso, pero cada persona tiene que ser responsable de que se cumplan», apunta la presidenta del Club Fluvial, Luisa Vázquez.
Sin poder reunir a la asamblea
Desde el punto de vista legal, no parece sencillo establecer la obligatoriedad de que los socios suscriban algún tipo de documento haciéndose responsables del cumplimiento de las normas sanitarias por parte de ellos y de sus familias cuando permanezcan en las instalaciones del Club Fluvial. La otra posibilidad para evitar que la responsabilidad pueda caer sobre la directiva sería una revisión de los estatutos. Pero esta última opción pasa por el visto bueno de la asamblea, algo complicado en la situación actual para una entidad que aglutina a alrededor de 1.200 socios.
La crisis sanitaria, y su impacto en la economía, no alteró de momento los balances del Club Fluvial. «Quiero agradecer a los socios que sigan ahí. No hubo bajas a pesar del sacrificio económico que tienen que hacer muchas familias», dice la presidenta del Club Fluvial. La directiva ejerce en funciones desde el pasado verano debido a la ausencia de otras candidaturas en el último proceso electoral.
En el supuesto de que hubiese prosperado el cierre de la instalaciones durante este verano, se habría aplicado un descuento en las cuotas que pagan los socios a lo largo del año. Por lo que respecta a la incorporación de seguridad a las instalaciones, serviría para que socorristas y monitores no tengan que dejar a un lado sus cometidos habituales para vigilar que se cumplan las directrices de las autoridades sanitarias para evitar posibles contagios por el covid-19.
Una solución provisional para que pueda abrir la cafetería
El estado de alarma por el coronavirus acabó trastocando los planes de la directiva para remodelar la cafetería del Club Fluvial. La reforma integral que se iba a llevar a cabo, tras los daños ocasionados por la riada del pasado mes de diciembre, no pudo realizarse como consecuencia de la orden de confinamiento. Los intentos más recientes para conseguir que alguien se hiciese cargo de la concesión no dieron resultado alguno. Ahora, los responsables de la entidad buscarán una solución provisional para que al menos este verano los socios puedan disfrutar del servicio de cafetería.
La directiva, por otra parte, tiene avanzado el plan que se pondrá en práctica para adecuar la actividad de las instalaciones a las directrices del Ministerio de Sanidad, que de momento exige que solo se cubra un tercio del aforo de la piscina y que el acceso sea mediante cita previa.
Circuito de entrada y salida
Los responsables de la entidad diseñaron un circuito de entrada y salida, que permitirá guardar en todo momento las distancias de seguridad. Está previsto que el uso de pulsera sea obligatorio para identificar a los socios y se estudia la colocación de cámaras para el control del aforo.
Las condiciones marcadas para la fase 2 establecen que «no se podrá hacer uso de las duchas de los vestuarios ni de las fuentes de agua». «Una vez completo el aforo establecido, el usuario no podrá acceder a la instalación hasta que no salgan otros usuarios. Será el socorrista o el personal que designe el gestor de la instalación, el responsable de supervisar el número de bañistas en cada uno de los vasos y restringir los accesos a los mismos», señalan las recomendaciones ministeriales.