Ferrol: «Da gusto poder volver a los museos»

Los dos espacios museísticos del Centro Cultural Herrerías reanudaron este martes las visitas con piezas nuevas como reclamo

Antonio Díaz Valdés, un asturiano de Avilés residente en Ferrol, fue el primer visitante que recibió ayer el Museo Naval tras más de dos meses de soledad y pasillos vacíos a causa del coronavirus. «Da gusto poder volver a los museos. Los que tenemos en el centro cultural de Herrerías son una auténtica maravilla y por eso da pena que mucha gente de la comarca todavía no los conozca, a pesar de los que tiene aquí al lado», decía recién iniciada la visita este coronel médico retirado que ejerció como director del Hospital Naval de Ferrol entre los años 2004 y 2008.

Esas «maravillas» de las que hablaba Díaz Valdés no son otros que el Museo Naval, dependiente de la Armada, y el Museo de la Construcción Naval, que está situado justo enfrente y gestiona la Fundación Exponav. Ambos espacios reabrieron ayer sus puertas con muchas medidas de seguridad -como la medición de la temperatura corporal o la limpieza del calzado mediante una alfombrilla desinfectante-, pero también con nuevos reclamos para atraer al visitante.

Aunque Díaz Valdés acudió al Museo Naval sobre todo para reencontrarse con una pieza por la que siente un cariño especial -el cenotafio de los Médicos de la Armada, que en su día estuvo expuesto en el Hospital Naval-, entre los muros del antiguo penal de San Campio también tuvo la oportunidad de visitar una sala nueva dedicada a la Infantería de Marina, con piezas cedidas y restauradas por el Tercio Norte. «La terminamos de montar hace pocos días y todavía está pendiente de ser inaugurada», explica el director del museo, el coronel de Infantería Juan López Lariño, mientras muestra algunas de las «joyas» de la nueva sala, como un cañón sin retroceso de 75 milímetros, una ametralladora cuádruple Browning antiaérea o un misal de principios del siglo XIX y un cáliz de mediados del XVII.

Maqueta de Sevilla

Además, el Museo Naval también expone una nueva maqueta de la Sevilla del año 1284, cuando la ciudad hispalense fue sitiada por el rey Fernando III El Santo con el apoyo de la flota de Ramón Bonifaz, primer almirante de Castilla. «Esta maqueta tiene muchísimo mérito, porque fue construida en tiempo récord durante el confinamiento por dos marineros del museo, Félix Brun y Laura Montero, con la ayuda de Carlos Pinto», explica López Lariño.

A pocos metros de allí, el Museo de la Construcción Naval de Exponav también recibe al visitante entre medidas de higiene y seguridad y algunas novedades, como la nueva maqueta de la F-105 Cristóbal Colón, que se puede ver en el primer piso del edificio que antaño albergaba las herrerías del arsenal militar. Llama la atención por su tamaño, y sobre todo, por todos sus pequeños detalles, reproducidos a la perfección. La pieza lleva la firma del artesano José Rodríguez, uno de los mejores maquetistas navales de la actualidad y autor de otras piezas del museo.