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Peter Cziborra | Reuters

El Capitán Tom contra el covid

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El pasado 30 de abril, Tom Moore estuvo de cumpleaños. Pero no fue uno más. Y es que el conocido como Capitán Tom es un venerable anciano que acaba de cumplir 100 años rompiendo todos los estereotipos sobre la edad. Recién operado de la cadera y las rodillas, y tras haber superado un cáncer, decidió aportar su granito de arena contra el covid-19. Y lo hizo sin salir de su casa, ofreciendo al mundo el reto de dar vueltas con su andador a cambio de aportaciones para el Servicio Nacional de Salud de su país, Gran Bretaña. Empezó el 6 de abril con el objetivo de completar cien vueltas de 25 metros, a diez por día, para conseguir 1.000 libras. Fue tal el seguimiento que cuando alcanzó su meta había logrado más de medio millón de libras. Alentado por el éxito decidió afrontar otras 100 vueltas más. Llegado el día de su cumpleaños, el Capitán Tom había recaudado más de 30 millones de libras.

Como es costumbre, la reina Isabel le envió una felicitación por su centenario. Pero no fue la única, se calcula que más de 150.000 personas más la imitaron, obligando al servicio postal a llenar una nave para exponerlas todas. Hasta Boris Johnson le ha felicitado en un vídeo. Pero, además, este veterano de la Segunda Guerra Mundial, varias veces condecorado por su participación en la India y Birmania (hoy Myanmar), ha dejado de ser capitán para convertirse en el Coronel Tom, cargo honorífico recibido por su mérito social. Uno entre tantos homenajes más.

Este anciano es un ejemplo a seguir, pero no es el único. También nuestros mayores que sobrevivieron a la Guerra Civil, a las penurias de la posguerra, al dolor de la separación por la emigración, que se sacrificaron para que sus hijos tuvieran mejores condiciones de vida y que nos han vuelto a ayudar en lo peor de la crisis económica son nuestros héroes de todos los días. No podemos recuperar a los que se han ido, pero sí cuidar y proteger a los que quedan porque todos ellos son nuestros Capitán Tom y nos enseñan todos los días que no podemos rendirnos jamás.