Las APUs de AMD seguirán utilizando la arquitectura Vega hasta 2022
by Isidro RosCon el paso de los años las APUs de AMD han experimentado una importante mejora en términos de rendimiento, tanto a nivel CPU como GPU. Recuerdo cuando la compañía de Sunnyvale habló de este tipo de soluciones, su idea era muy interesante, ya que pasa por unir CPU y GPU en un único encapsulado, pero el resultado fue bastante mediocre, debido al bajo rendimiento que ofrecía la arquitectura K10 (CPU) con entre uno y dos núcleos y la floja configuración de shaders de su GPU (entre 60 y 384 shaders basados en la serie Radeon HD 6000).
Aunque su debut fue modesto estaba claro que las APUs de AMD tenían mucho potencial, solo era necesario encontrar un diseño verdaderamente equilibrado que pudiera ofrecer una buena experiencia de uso en niveles concretos. Personalmente creo que el mayor éxito de AMD en este sentido llegó con las APUs semipersonalizadas utilizadas en PS4 y en Xbox One, basadas en la arquitectura Jaguar a nivel CPU (bajo rendimiento, pero ocho núcleos en total) y una GPU basada en la arquitectura GCN (1.152 shaders y 768 shaders, respectivamente).
El siguiente punto de inflexión que experimentaron las APUs de AMD vino con la integración de núcleos Zen en la CPU y de la arquitectura Radeon Vega en la GPU. Se produjo un salto importante en rendimiento CPU, gracias al aumento del IPC que trajo la arquitectura Zen, y también mejoró considerablemente el rendimiento a nivel CPU. Hoy, gracias a la utilización de la arquitectura Zen 2, las APUs Ryzen serie 4000 se encuentran disponibles en configuraciones de hasta 8 núcleos y 16 hilos, y tienen un IPC al nivel de los Intel Core de última generación, pero mantienen la GPU Vega.
La GPU es la gran cuenta pendiente de las APUs de AMD
Hemos querido hacer este pequeño repaso histórico de la evolución que han vivido las APUs de AMD para que podáis ver claramente que la compañía de Sunnyvale tiene un problema, y por desgracia este no tendrá solución hasta 2022, según las últimas informaciones que hemos podido ver.
El rendimiento que han experimentado las APUs de AMD a nivel de CPU ha sido enorme. Las APUs Ryzen serie 2000 equipadas con procesadores Zen de primera generación superaban el IPC de la generación anterior, basada en Excavator (derivado de Bulldozer) en un 40%, aproximadamente, y encima contaban con la tecnología SMT, que les permitía manejar un proceso y un subproceso.
Sin embargo, la evolución en rendimiento GPU ha sido mucho menor. AMD ha mantenido configuraciones de shaders prácticamente idénticas, y las mejoras se han limitado a jugar con las frecuencias de trabajo y con las funciones de DirectX 12 soportadas. Lo ideal habría sido que AMD hubiese dado el salto a la arquitectura RDNA con las APUs Ryzen serie 4000, pero lamentablemente no ha sido así.
Todos nos hicimos la misma pregunta, ¿cuándo darán las APUs de AMD el salto a la arquitectura RDNA? La compañía de Sunnyvale no ha dicho nada al respecto, pero como anticipamos una hoja de ruta filtrada indica que no ocurrirá hasta 2022. Esto quiere decir que las APUs Ryzen 5000, basadas en Zen 3, seguirán utilizando GPUs Vega, y que serán las APUs Ryzen 6000, basadas en Zen 4, las que cambien, por fin, de arquitectura gráfica.
No sabemos si utilizarán núcleos RDNA o RDNA 2, pero por fechas lo más sensato sería dar el salto directamente a la segunda. Estas nuevas APUs deberían venir fabricadas en proceso de 5 nm, y contarán con soporte de memoria DDR5.