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Tecnología. Aún están en desarrollo las aeronaves capaces de llevar tripulación civil al espacio sin riesgos.

¿Estamos ante el inicio de una era de turismo espacial?

Fue en 2014 que la NASA comenzó la subcontratación de las compañías SpaceX y Boeing para el desarrollo de nuevos transbordadores

Incluso desde antes de que el hombre pusiera un pie en la Luna la humanidad soñaba ya con conquistar el espacio. Julio Verne escribió sobre ello y muchos más se imaginaron las aventuras y misterios con los que se encontrarían lejos de las fronteras del planeta que vivimos.

Casi sesenta años después del primer alunizaje los viajes al espacio son una realidad y poco a poco la presencia de civiles en estas expediciones ha incrementado, con al menos ocho personas ya consideradas “turistas espaciales” y el mundo a la espera del retorno de los vuelos comerciales desde los Estados Unidos.

Momento histórico

Al momento de la redacción de este artículo se anunció que la misión demo-2 de SpaceX de lanzar el Crew Dragon fue reprogramada para el sábado 30 de mayo. De ser exitosa significaría un paso más en el camino para que las compañías privadas comiencen a ofertar cada vez más vuelos turísticos al espacio, pues esta sería la primera vez que una empresa aeroespacial comercial llevaría humanos a la órbita terrestre.

Esto también marca un retorno a que los Estados Unidos mande personas al espacio desde que cerró el programa del Transbordador Espacial en 2011, lo que los llevó a utilizar la nave espacial Soyuz y a viajar desde suelo ruso hacia la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés).

Fue en 2014 que la NASA comenzó la subcontratación de las compañías SpaceX y Boeing para el desarrollo de nuevos transbordadores, realizado así para mitigar costos y que mientras estas empresas se encargaban de tal misión ellos podían concentrarse en la investigación y otros proyectos.

Boeing, encargado de construir el vehículo Starliner, sufrió un revés hace poco cuando falló un vuelo de prueba, por lo que SpaceX debe lograr su cometido o de lo contrario supondrá un importante revés para el regreso al espacio exterior.

Los primeros turistas

En los 90’s la compañía MirCorp comenzó a buscar potencial turistas espaciales como una estrategia para mitigar los costos de mantenimiento de la ISS. Fue el empresario norteamerica Dennis Tito el primero el viajar como turista a la estación espacial por siete días en abril del 2001, viaje que le costó 20 millones de dólares.

A bordo también de las naves rusas Soyuz a Tito le siguieron el sudafricano Mark Shuttleworth en abril del 2002 pero luego del accidente del Columbia en 2003 todos los viajes comerciales se pusieron en pausa hasta que se revisaran la naves para evitar futuros desastres.

Los vuelos turísticos no se retomaron hasta octubre del 2005 cuando tocó el turno Gregory Olsen, seguido en septiembre del 2006 por la empresaria iraní-americana Anousheh Ansari. Luego de ella viajaron Charles Simonyi en abril del 2007, quien repitió en repitió en marzo del 2009, el único turista que ha “dobleteado” sus vacaciones espaciales, con Richard Garriot ocupando el vuelo en octubre del 2008 y siendo Guy Laliberté, cofundador del Cirque du Soleil, el último turista espacial, en septiembre del 2009, pues luego de esto los Estados Unidos, como se mencionó antes, cancelaron el programa del Transbordador Espacial, dejando como única opción para llegar a la ISS a los transbordadores rusos Soyuz, lo que dejó sin vacantes para turistas esos vuelos.

De Virgin Galactic a SpaceX

Más de una compañía aeroespacial ha puesto sus ojos en el turismo espacial pero ninguna como Virgin Galactic, que desde hace más de una década ha prometido este tipo de viajes al grado de que incluso estrellas como Leonardo DiCaprio, James Cameron, Justin Bieber y hasta Rihanna han apartado sus asientos en los primeros viajes que se realicen.

Sin embargo, la compañía fundada por Richard Branson sigue con problemas para llevar a cabo sus planes, con su más reciente misión fallida ocurrida este 25 de mayo, aunque en este caso se trató de Virgin Orbit, empresa hermana cuyo objetivo es llevar a la órbita terrestre satélites pequeños.

No obstante la empresa de Elon Musk, SpaceX, también continúa al pie del cañón en el desarrollo de tecnologías que permitan hacer mucho más seguros y habituales los vuelos espaciales y encontraron el billonario japonés Yusaku Maezawa al mecenas ideal.

Este empresario lanzó en 2018 el proyecto de turismo lunar #dearmoon que busca con el apoyo de SpaceX llevar a él y a otros pasajeros, artistas todos ellos —Maezawa ya envió la invitación al director Damien Chazelle, aunque aún no la acepta—, además de un par de miembros de tripulación, en viaje alrededor de la luna como inspiración para crear nuevo arte que ayude a su vez a promover la paz en la tierra.

El proyecto depende del vehículo espacial reutilizable Starship que continúa en fase de pruebas; luego de un exitoso viaje sin tripulación a la Luna será seguro hacer este viaje de placer.

Cada vez parece estar más cerca el día en que podremos disfrutar de unas vacaciones no en una playa, un pueblo antiguo o una ciudad popular, sino fuera del planeta Tierra