Con cuatro testimonios, se reanudó el juicio de la megacausa de Campo de Mayo
El Tribunal Oral Federal de San Martín reanudó las audiencias del juicio de lesa humanidad, con declaraciones referidas al caso de la "caída de los ferroviarios", que investiga desapariciones y apropiaciones de niños nacidos en cautiverio.
El Tribunal Oral Federal 1 de San Martín reanudó hoy, por medio de un sistema de videoconferencia, las audiencias del juicio de lesa humanidad por la megacausa de Campo de Mayo, con declaraciones de cuatro testigos referidas al caso de la "caída de los ferroviarios", que investiga desapariciones y apropiaciones de niños nacidos en cautiverio.
Los jueces escucharon a Lorena y Flavia Battistiol, quienes buscan a su hermano/a nacido en cautiverio, y a María Esther y Roberto Landaburu, tíos de un niño apropiado en la maternidad clandestina que funcionó en Campo de Mayo.
Todos relataron a los magistrados Daniel Omar Gutiérrez, Silvina Mayorga y Nada Flores Vega sus vivencias como familiares de víctimas del terrorismo de Estado.
"Más allá de las penas que les dicten a los imputados, lo importante es que se conozca la verdad. Lo que vivimos en esos años no nos puede pasar nunca más. Eso es lo más importante de este juicio", dijo Roberto Landaburu, en uno de los pasajes más sentidos.
En la sala estaban el juez Gutiérrez, en calidad del presidente del TOF 1 de San Martín, y la fiscal Gabriela Sosti, además de algunos funcionarios judiciales. Y las querellas y las defensas, al igual que los testigos, declararon por videoconferencia.
Los testimonios se refirieron al caso de 23 obreros ferroviarios secuestrados por fuerzas represivas entre agosto y octubre de 1977.
La mayoría de ellos eran militantes gremiales de base de los ramales Mitre y Belgrano que integraban la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), agrupación de superficie que respondía a la organización Montoneros.
Roberto y María Esther Landaburu contaron el secuestro de su hermana, Leonor Rosario Landaburu -embarazada de ocho meses- y su marido, Juan Carlos Catnich, ocurrido el 31 de agosto de 1977.
Juan Carlos fue detenido en los galpones ferroviarios de José León Suárez, junto a Enrique Montarcé por cuatro hombres que afirmaron pertenecer a la Policía Ferroviaria.
Horas más tarde, un grupo de tareas raptó de su domicilio a Iris Beatriz Pereyra, esposa de Enrique, y, por la noche a Leonor, quien estaba de reposo absoluto por su embarazo.
A todos los llevaron al centro clandestino de detención "El Campito", en Campo de Mayo.
Leonor, Juan Carlos y el bebé que debió nacer en octubre de 1977 permanecen desaparecidos.
La noche del 30 de agosto de 1977, Egidio Battistiol fue secuestrado por un grupo que llegó a su casa de Boulogne, donde lo esperaron. En la casa estaban Lorena y Flavia con Juana y Ema, hermana de Egidio, con su hija Sandra Missori, de 13 años.
Egidio regresó a las 3 del 31 de agosto y fue secuestrado junto a su mujer, Juana Colayago -embarazada de 6 meses-, su hermana y su sobrina.
Flavia, de tres años, y Lorena, de 11 meses, fueron dejadas con una vecina, que se contactó con su abuela materna, María Ángela Lescano, quien se hizo cargo de las niñas.
Ema y Sandra estuvieron cautivas cinco días en Campo de Mayo, y por sus testimonios la familia Landaburu pudo saber que Leonor y Juan Carlos estuvieron en "El Campito".
"Por el testimonio de una mujer llamada Virginia, hija de un personal civil del Ejército y que estuvo internada en el Hospital de Campo de Mayo por un accidente de moto, supimos que el hijo de mi hermana había nacido en octubre de 1977", consignó Roberto.
Contó que Virginia vio a una "asistente social" con un recién nacido, y le preguntó quién era, a lo que la mujer le respondió "es hijo de una de las presas". Después Virginia se casó y un día su suegra le contó que la había conocido antes de entablar un vínculo político con ella; la había visto en Campo de Mayo, donde la madre de su esposo era enfermera.
"'Qué pasó con ese nene recién nacido que vi en Campo de Mayo'", dijo que le preguntó a su suegra, a lo que ella contestó que "'el bebé había terminado con un alma caritativa'".
"Por ese testimonio, supimos que a ese nene, su mamá le había puesto Federico, que era el nombre que Leonor le quería poner, pero la supuesta asistente social le dijo que lo iban a llamar de otra manera", repasó Roberto.
María Esther detalló el seguimiento de inteligencia que les hicieron a las víctimas y que conoció gracias a una pericia del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
"Les pido a los acusados, que después de tantos años, nos digan la verdad. Que rompan el 'pacto de silencio' y nos permitan conocer qué les pasó a nuestros seres queridos", remarcó María Esther visiblemente conmovida.
Flavia contó alternativas del secuestro de sus padres y como esperaron en la casa donde vivía la familia Battistiol, la cual saquearon antes de irse con el matrimonio secuestrado.
Lorena (quien integra la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, querellante en la causa) repasó la búsqueda que hace 43 años lleva a cabo para buscar a su hermano/a.
"Me gustaría que los imputados nos digan dónde están nuestro padres y mi hermano. Pasé toda vida estudiando esta causa de los ferroviarios y les pido que tengan el gesto de decirnos la verdad para terminar con tanto dolor", subrayó Lorena.